Todo era tan estúpidamente ridículo que le causaba gracia, y al mismo tiempo terror. ¿Por qué todo lo vergonzoso e imposible le pasaba justo a él? Sungmin, a sus 15 años de vida había hecho algo de lo que ahora 8 años después se arrepentía: Entregar...
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"Tú también me gustas, hyung"
¿Había oído mal? Kyuhyun parecía hablar muy en serio. A pesar de que su corazón dio un salto de alegría, su cerebro rápidamente le indicó que todo esto no estaba bien, los dos muy pronto vivirían juntos, sus padres se casarían y pasarían a ser hermanos. Corresponder a sus sentimientos, si llegaran a ser verdad, estaba mal, muy pero muy mal.
Retrocedió varios pasos asustado al ver como Kyuhyun intentaba acercarse más de lo permitido.
—Estás loco, no sé de lo que estás hablando...
—Hyung —lo abrazó con fuerza a una velocidad que Min no vio venir—, no sabes mentir.
Sus rostros estaban tan cerca que Sungmin podía sentir su respiración golpear en su cara. Toda esa situación le sorprendía, le gustaba el hecho de saber que siempre fue correspondido, en realidad había dejado de pensar en él por un tiempo, pero jamás lo olvidó. Todos esos años había tenido una o dos parejas, nada serio, pero nunca se enamoró de verdad, nunca los vio como algo importante para él. Y ahora llegaba Kyuhyun a su vida de nuevo y su corazón comenzaba a dar saltos estrepitosos tan solo por tenerlo cerca, ¿sería eso un indicio de que no había dejado de quererlo?
Sin ser consciente se movió un poco y esto hizo que Kyuhyun sonriera apretándolo más contra su cuerpo, Sungmin intentó retroceder y se golpeó con el escritorio de madera que adornaba su recámara, la lámpara se sacudió al igual que la lapicera. Kyuhyun fue acercando más su rostro con una sonrisita única, pero al mismo tiempo Sungmin se inclinaba hacia atrás para evitarlo, eso hizo que finalmente quedara sentado en el escritorio y golpeara su cabellera rubia contra la pared.
—Si querías estar más cómodo, debiste decirme antes, hyung ¿Deberíamos ir a la cama? —el comentario de Kyuhyun hizo que Sungmin se sonrojara y comenzara a gritar en su defensa.
—¡Esto no...! ¡No es lo que parece!, ¡Déjame salir! —Min comenzó a patalear, pero Kyuhyun separó las piernas con rapidez acomodándose entre ellas, poniendo su peso en el escritorio. Jaló un poco las piernas de Sungmin para acercarlo.
—Pensé que te daría gusto verme, ¿te da vergüenza todo esto?, ¿o es acaso que ya no te gusto, hyung? —la pregunta de Kyuhyun detuvo los ataques del joven, ¿no lo quería? ¡Por supuesto que sí!, pero no quería decirlo, no a su futuro hermanito.
—No me... gustas —dijo en un tono muy bajo, pero Kyuhyun lo escuchó perfectamente.
—Mentiroso —lo tomó de la nuca y le plantó un beso en los labios que lo dejó estático.
Sungmin quedó sorprendido, Kyuhyun lo besaba por primera vez y él no hacía nada para impedirlo. En el fondo quería que continuara haciendo lo que le diera la gana con él, era la única manera de sentirlo cerca, pues no se atrevería a corresponderle jamás sabiendo lo que el futuro les deparaba en unas semanas, la boda de sus padres. Además, nunca lo trató en realidad, ¿y si solo era una ilusión adolescente?
