Capitulo 22: Espejismo de la Felicidad

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La voz de Violet se quebró y Steven no escuchaba nada sobre ella.

-¿Qué dices?- le pregunto sobre su propuesta –vamos Vilo, casi nunca hablamos demasiado, solo por esta vez deja a tus amigos-

-yo…- seguía pensando en que no iría a comer con el porque tal vez ya estarían haciendo su funeral, pero ella no lo iba a permitir.

-si no quieres no impo…-

-esta bien, nos veríamos el jueves después del trato-

-oh genial que aceptaras…- después de decirlo emocionado se aclaro la voz –supongo que nos vemos el jueves-

-supones bien, pero debemos terminar de hablar ¿si?-

-esta bien, no importa porque te veré el jueves así que adiós- corto la llamado con un gran Te Quiero…

La chica se acostó en su cama y suspiro tan fuerte que la podrían haber escuchado. Estaba quedándose dormida cuando de nuevo sonó el teléfono pero esta vez era un mensaje de texto que decía:

Kiara:

"¿siempre nos veremos mañana?"

Violet:

"claro, te veo en el café del centro"

Kiara:

"¿Cuál café del centro?"

Violet:

"El que Derek menciona todo el tiempo"

Kiara:

"genial nos vemos mañana"

Cerró el teléfono, su bendita agenda estaba demasiado llena para ser verdad, sumándole los problemas de supervivencia de Steven, la sensibilidad o mal humor de Derek y su madrastra viviendo aquí… luego decían que la adolescencia es sencilla.

De tanto pensar estupideces se quedo dormida, mañana haría un buen plan para todo y serian felices todos…

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Lo típico de la adolescencia… levantarse cada día para empezar la rutina, bañarse, arreglarse y desayunar… definitivamente una vida muy emocionante.

Bajo las escaleras lentamente directo a la sala para ver donde estarían las maletas portadores del mal de su madrastra pero su objetivo no estaba, seguramente estaban metidas en el cuarto de su padre.

Siguió su camino al comedor y vio a su impotente padre sentado en la cabecera, Mauren sentada a la par del mayor exactamente en el lugar que ocupaba su madre y Mariela al otro lado de su padre donde siempre iba la rubia.

-buenos días- le susurro su padre mirando el periódico y las dos mujeres miraban sus platos con una sonrisa escondida.

-buenos días- Violet se paro en la puerta del comedor –creo que donde Mariela esta sentada es mi lugar en la mesa- ella lo dijo de buena manera.

-¿disculpa?- su padre levanto la mirada del plato, a pesar de todo la intimidaba, esos ojos azules que tenia su padre podían hacerle tener pavor a veces.

-que… ese es mi lugar papá- repitió.

-Mariela te cuidara tu lugar por un tiempo- su voz sonaba golpeada y como si le costara pronunciar las palabras.

-¿Cómo que por un tiempo?- la rubia se empezaba a enojar.

-ella cuidara tu lugar por el tiempo que tu te empieces a comportar como una mujer adulta- Violet no entendía a su padre, adoraba que fuera la bebita de papa pero de la nada quería que fuera toda una mujer hecha y derecha.

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