Visionaria

Capitulo 4: Una Pesadilla hecha Realidad

Cansada y muy agotada entro a su casa abriendo el portón principal y luego la puerta, siendo recibida con mucho cariño por su encantadora mascota Jolie. Jolie era una labrador de tres años y era muy grande con pelaje blanco y ella adoraba a su dueña sobre toda las cosas.

-Hola Jolie- le acaricio el  cabello a la perra con mucho cariño y esta ladro de felicidad –Si ya sé, huelo fatal- se encamino a abrir la puerta para entrar a su casa.

Al parecer no había nadie así que se baño, busco en su closet lo primero que encontró fue unos shorts negros y una blusa. Rápidamente bajo a su cocina en busca de algo de comer, se sirvió cereal y comió un poco desesperada ya que no había desayunado.

Decidió hacer algo productivo con su vida así que se fue a la biblioteca a buscar información de su madre, porque su padre nunca le aclaraba nada. Busco en el mismo lugar donde dejo todo y la caja ya no estaba.

Se subió a la escalera y busco por todos partes pero no había nada.

-Pero que rayos…- se dijo a si misma al ver que la caja no estaba.

Por suerte había guardado el comprobante de defunción, que estaba guardado en su cuarto. Obviamente el dije misterioso lo tenía puesto perfectamente colgado en su cuello, pero sentía el impulso de que su padre no lo viera para evitar los estúpidos interrogatorios que tanto odiaba.

Después de someter la biblioteca a una investigación meticulosa, decidió darse por vencida y resignarse a que la caja había desaparecido pero de algo estaba segura después la buscaría y la encontraría.

Después de horas estando sola en su casa, sentir la paz y la buena vibra era la mejor medicina. Su estomago rugió y sabia lo que quería, comida. Así que se cambio y salió de su casa parando un taxi para que la llevara a un supermercado para comprar alguna chatarra innecesaria y después buscaría otro que la llevara a un restaurante elegante o no, quería comida.

-Hola ¿me puede llevar al supermercado Times?- le pregunto Violet al conductor del taxi subiéndose rápido a este. En la casa de los chicos fue demasiado difícil encontrar un taxi, por lo menos decente. Pero en el centro era tan simple como chasquear los dedos.

 -Con gusto- el taxi empezó a moverse, Violet como típica persona se puso a ver las calles por la ventana pensando en lo sola que estaba, su madre estaba muerta, su padre no estaba y Jolie no hablaba. Saber que después de que volviera no habría nadie que la estuviese esperando y un sentimiento de tristeza le recorrió todo el cuerpo. Una lagrima escapo de su hermoso y verde ojo mojando de manera suave y silenciosa su mejilla.

-Ya llegamos señorita- le dijo el conductor viendo el retrovisor y notando la mirada melancólica y perdida de la chica sin olvidar la lagrima en su mejilla.

-¿Cuánto es?- saco su cartera del pequeño bolso negro que llevaba en sus manos.

-16 dólares- la chica le dio el dinero al conductor de manera deprisa, iba a salir cuando este la detuvo con su voz ronca de adulto.

-Señorita no llore- la chica volteo a ver al hombre era mayor, tenia lindos ojos. Para su edad estaba muy conservado, sus palabras la hicieron estremecer.

-A usted no le interesa- iba a salir cuando la detuvo de nuevo con su penetrante voz, estaba cansada de ese señor y la manera absurda de querer meterse en su vida.

-Si me interesa, no se sienta mal. Pronto ya no se sentirá sola, se lo prometo- la chica salió del auto totalmente confundida el conductor arranco el auto y se fue, desapareciendo al final de la carretera.

Cada vez su vida tenía más conflictos y preguntas por responder, claro está, pero porque siempre todo le guardaba una incógnita. Estaba cansada de las preguntas tontas de ahora en adelante exigiría una respuesta. Siempre creía que ser orgullosa era una de sus cualidades más grandes, estaba segura que no llamaría jamás a los dos chicos tontos ni aunque se estuviera acabando el mundo. Todas las cosas que le causaran sospechas o desconfianza no le pondría atención.