Se despertó antes de la llamada matinal. San estaba acurrucado contra él, todavía respirando suavemente y durante un momento, Seonghwa miró el rastro de oscuras marcas en sus mejillas y los labios rosados ligeramente separados. Su mano se deslizó despacio hacia abajo por la espalda de su compañero de celda y lo sostuvo de nuevo. Tenía una erección, que se apretaba rígidamente en el vientre del menor.
San se movió en sus brazos y sus pestañas gruesas revolotearon. Abrió sus ojos y Seonghwa miró fijamente en aquellos fondos interminables de oscuridad.
Una sonrisa dulce iluminó la cara del chico.
— Buenos días.
— Buenos días —contestó Seonghwa con voz ronca.
San se estiró, deliberadamente empujando su pelvis contra Seonghwa.
— ¿Tienes algo para mí? —preguntó tímidamente.
Seonghwa aguantó su respiración ya que sintió que San comenzaba a ponerse rígido, también.
— Adivina lo que tengo.
— Bueno, bueno —San metió la mano entre sus cuerpos y agarró el miembro del mayor, acariciándolo a través de sus boxers— Tal vez quieras ponerlo en algún otro sitio esta vez.
La sangre se calentó en las venas de Seonghwa.
— ¿Cómo dónde? —preguntó con cautela mientras la mano del pelinegro se movía dentro de sus boxers y lo excitaba cada vez más.
— Como en mi culo —San presionó sus labios contra los de su compañero.
Seonghwa lo besó de nuevo con la mente disparada. No podía. San podría creer que realmente esto iba en serio si lo follaba y si lo hacía, se convertiría en maricón. Levantó su brazo de la espalda del chico y miró su reloj.
— No tenemos tiempo —susurró.
San se enroscó alrededor para agarrar la muñeca de Seonghwa y miró por sí mismo el reloj.
— ¡Tenemos una hora! —protestó— ¿Te va a llevar tanto tiempo?
Como si fuera a tardar tanto. Seonghwa enrojeció. Cinco minutos serían probablemente lo más que tardaría.
— No quiero hacerlo con prisas. No quiero hacerte daño y además...
— ¿Qué? —San se apoyó en su brazo, mirándolo, sombras jugando sobre su cara.
— No hace mucho tiempo de la última vez...—Seonghwa se calló.
— Estoy bien ahora —dijo San suavemente— Ellos no me hicieron demasiado daño.
Ellos.
Eso confirmaba que más de un hombre había violado a San ese día. Seonghwa encontró difícil de entender cómo el niño podría querer algo con él cuando algo tan traumático le había pasado sólo unas semanas antes.
Sacudió la cabeza.
— No puedo.
San lo miró un momento antes de que hablara.
— Sí —dijo silenciosamente con un tono de resignación— Lo sé —Se apartó de los brazos del mayor y salió de la litera antes de que Seonghwa lo pudiera detener. Se fue al urinario y comenzó a orinar estrepitosamente.
Seonghwa suspiró. Esto era lo mejor, se dijo.
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Podría haberle hecho daño a San rechazándolo, pero era persistente.
Lo arrinconó en la biblioteca más tarde ese día, viniendo hacia él con la intención reflejada en su cara y empujando a Seonghwa contra la estantería.
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#𝐀𝐍𝐃 𝐒♡ 𝐈𝐒 𝐋♡𝐕𝐄 || SanHwa - ATEEZ
Short StoryCon una condena de diez años, Park Seonghwa ha sido un hombre solitario durante sus primeros dos años. Cuando Choi San interrumpe su soledad y se convierte en el objetivo para los matones del lugar, Seonghwa encuentra que la mejor manera de proteger...