Capítulo 3

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—Me alegra que decidieran celebrar su boda a lo grande —digo de forma sincera y con gran felicidad, mientras observo con gran ilusión a la pareja.

Apenas nos sentamos a comer la conversación gira en torno al tema de los preparativos para ambas bodas. Naruto y Hinata finalmente optaron por celebrarla con una gran fiesta. No me sorprende totalmente, sospechaba que sería de esa manera.

—Hinata está realmente ilusionada con la idea de nuestras familias reunidas para celebrar junto a nosotros —dice el rubio.

—Lo sé. Sé que Hina ha soñado con ese día y me alegra que estén planeándolo juntos.

Miro a Sasuke de reojo, su mirada está completamente sobre la comida, la cual apenas ha probado. Al parecer su buen humor mañanero se ha esfumado por completo, lo cual me tiene un poco extrañada. Naruto parece haberlo notado, pero no está tomándole importancia. Mi mejor amiga se encuentra fantaseando como para ponerle atención, así que decidí ignorarle también. Repentinamente el rubio tose de manera exagerada, consiguiendo la atención de Sasuke, quién eleva su vista y nos observa desconcertado por algunos segundos, después se aclara la garganta y continúa.

—Necesito usar el baño, ya vuelvo —enseguida se levanta de su asiento y se retira sin decir más.

Mi entrecejo se frunce mientras lo sigo con la mirada, ahora me parece que está actuando de una manera extraña.

—Saku, no quiero que te sientas presionada ni mucho menos pero, ¿ya han planeado la fecha?

—No —negué rápidamente—. La verdad es que hemos avanzado muy poco, supongo que ustedes ya la tienen, ¿no es así?

—Una fecha bien establecida no —dice el rubio—. Recién hemos discutido el punto de celebrar la boda, falta ver el salón, los invitados...

Pude notar la irritación que le causa pensar en todo eso, Naruto no es una persona a la cual la organización se le dé de maravilla, al parecer estábamos en la misma situación.

—Lo de ustedes es más lío, sin duda —digo de manera cómica—. Estoy segura que nuestras fechas no se empalmarán. Saben que Sasuke y yo queremos algo sencillo y privado, tenemos otros planes.

—Por supuesto —dice mi amiga—. No hay que apresurarnos, todo se dará mientras nos sepamos organizar.

—Estoy de acuerdo —mis ojos se enfocan en Naruto y mi sonrisa se esfuma—. Oye, ¿pasó algo entre Sasuke y tú?

El rubio me observa y niega ligeramente con la cabeza.

—Nada. Quizá simplemente no esté de buen humor, lo cual no es raro.

No muy convencida asentí y no volví a preguntar nada más sobre la actitud del azabache. Después de unos minutos regresó a la mesa, charlamos un poco más y después decidimos volver a casa, prometiendo visitarles más a menudo.

El camino a casa fue silencioso, nada parecido al de hace unas horas. Sasuke bajó del auto y después yo le seguí. En cuanto entramos a casa noté sus intenciones de subir a la habitación, para seguramente evitarme, pero no se lo permitiría, así que me apresuré a los escalones y los bloqueé, colocándome entre éstos y él.

—¿Me dirás por qué de repente estás tan serio? —le cuestiono de la manera más amable.

Él suelta un suspiro que delata su cansancio y masajea la parte posterior de su cuello con una de sus manos.

—Lo siento, preciosa. Tengo tantas cosas en la cabeza sobre el trabajo, y sin querer tocar el tema sobre los preparativos de la boda me han causado más estrés.

Estabilidad | SasuSaku [#2] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora