Capítulo II

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"Que el cielo ayude a un tonto que se enamora".

- The Lumineers, "Ophelia"

Severus, Lily charlaban animadamente en el vagón del tren. Mientras yo asimilaba lo que estaba ocurriendo, mi hermana y yo ibamos a asistir a una escuela de magia llamada Hogwarts.

— ¿No es grandioso, Mary? — preguntó mi hermana.

— Si... — contesté brevemente ya que Severus tenía su mirada en mí y no podía evitar ponerme nerviosa.

Desde el primer día que lo vi mirando a mi hermana, lo encontré atractivo. Cuando comenzamos a salir juntos mi corazón se aceleraba, pero sólo me hablaba porque quería estar con Lily. Percibía cierta cercanía entre ambos, sin embargo no quería algo que no era.

El tren se detuvo y los niños empezaron a salir. Subimos a un bote y comenzamos a ver el inmenso castillo. La descripción que nos había dado Severus era poco comparado con esto, el viaje se hizo corto y ya estabamos pisando tierra. Giré a ver a mi hermana y su amigo, pero no estaban cerca mío.
Los busqué por todas las filas de niños de primero, sin embargo no los encontré. Un profesor nos guió al gran salón y empezaron a llamar a los estudiantes.

— ¡Evans, Lilian! — escuché el nombre de mi hermana y fui más cerca para poder verla, para mi... Sorpresa, Severus estaba allí.

— ¡Gryffindor! —

Los leones gritaron extasiados y le hicieron un lugar a mi melliza.

Luego me nombraron a mí y me colocaron el sombrero al momento que me senté.

— Interesante, tienes cualidades de un Ravenclaw. Pero tu sed de aprobación y de conseguir exactamente las cosas que quieres sin importar las vías por las que las consigas me hacen dudar... Tú estarás en... ¡SLYTHERIN!

Solo algunas serpientes aplaudieron y me resigné a sentarme y escuchar el nombre de Severus que por arte de magia y suerte para mí le tocó en mi misma casa.

Draft | Severus SnapeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora