Esa voz... era tan conocida que resonó en los recuerdos más profundos de su mente. Para el menor, era la voz que siempre había estado a su lado, acompañándolo en cada paso de su vida.
—¡Trunks! —gritó, su rostro iluminándose con una amplia sonrisa al verlo.
La sonrisa de Goten era tan natural y cálida que cualquier otra persona habría respondido con otra igual. Incluso Trunks habría correspondido automáticamente, inclinándose hacia él, dejando que la alegría del momento lo envolviera. Pero no esta vez. Sus ojos estaban firmemente posados en la figura del otro Trunks, el Trunks del futuro.
—Goten, vámonos —ordenó, su voz cargada de firmeza, sin desviar su intensa mirada del mayor.
Trunks del futuro percibió aquella mirada, aunque no pudo descifrar del todo su significado. Había algo en ella: una mezcla de desafío, desconfianza y algo más que no lograba identificar. No sabía qué había hecho para ganarse esa reacción del Trunks más joven, pero no podía ignorarla.
El único que permanecía completamente ajeno a la tensión que flotaba en el aire era Goten. Él, con su habitual despreocupación, no tenía la menor idea de lo que ocurría entre ambos Trunks.
—Pero Trunks, el otro Trunks está raro. Está todo rojo. ¿Estará enfermo? ¿Estás bien? —preguntó con genuina preocupación, su voz inocente resonando como una melodía para los oídos de los dos Trunks.
Esa voz... era una delicia, una música tan dulce que ambos podrían quedarse escuchándola eternamente. Pero había una diferencia crucial entre ellos: mientras que el Trunks del futuro se conformaba con apreciar la pureza de Goten, el Trunks del presente era mucho más codicioso.
—Vámonos, Goten. Él no está enfermo —replicó con seriedad, tomando al menor por el brazo y acercándolo hacia sí. En un instante, Goten quedó atrapado entre sus brazos, el único lugar donde, según Trunks, debía pertenecer.
Para Trunks, aquello era simple. Él no era una persona pura como Goten. Sabía que era egoísta, que era codicioso. Si deseaba algo, lo tomaba, sin importar lo que fuera o a quién tuviera que enfrentarse. Y Goten... Goten era suyo. Solo suyo. Nadie más tenía derecho a tenerlo, a compartir esa sonrisa, esa voz, esa inocencia.
Por un breve momento, Trunks sintió una pizca de compasión por su yo del futuro. Podía entender el dolor de no tener a Goten, pero eso no significaba que estuviera dispuesto a ceder ni una fracción de su posesión. Goten no era un objeto para compartir. Era suyo desde la niñez, y lo sería hasta el último día de sus vidas. Aunque Trunks se esforzaba por convencerse de que esto era una simple amistad, en el fondo sabía que esos sentimientos habían cruzado una línea que nunca se atrevía a admitir.
—Pero... —intentó objetar Goten, mirando a Trunks con algo de confusión.
—Pero nada —interrumpió el mayor, alzando ligeramente la voz, mostrando un destello de irritación al ver que Goten deseaba quedarse. Su tono cambió al añadir con firmeza—: Mai y los demás nos están esperando.
La mención de Mai hizo que el rostro de Goten se ensombreciera por un instante. Una leve tristeza cruzó sus ojos antes de que la reemplazara con una sonrisa forzada. ¿Cómo podría olvidar a Mai, la persona que su amigo parecía apreciar tanto?
Goten era ingenuo en cuestiones de amor, pero fiel a sus sentimientos. Por primera vez, sintió un deseo desconocido y abrumador: el deseo de monopolizar a su mejor amigo.
![](https://img.wattpad.com/cover/249722916-288-k760822.jpg)
ESTÁS LEYENDO
MÍO-one-shot (TRUTEN)
Fanfic🌟pareja principal : trunks x goten 🌟posiblemente salga trunks del futuro