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Él sabía que era una locura haberse enamorarse de ella.
Llegaría al infierno con tan sólo besarla, pero al menos habría tocado el cielo por unos instantes mediante el pecado y eso le fasinaba por completo sólo de imaginárselo, únic...
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𝕋𝕠𝕕𝕒𝕧𝕚𝕒 𝕢𝕦𝕚𝕖𝕣𝕠 𝕒𝕡𝕠𝕤𝕥𝕒𝕣 𝕡𝕠𝕣 𝕥𝕚 𝕦𝕟𝕒 𝕧𝕖𝕫 𝕞𝕒𝕤
- Princesa, ya es hora de que salgas de ahí. - nuevamente suplicó Mikoto desde afuera del cuarto de su única hija. Fácilmente podría haber ingresado por cuenta propia, pero la Uchiha mayor no quería que Katsumi se sintiese invadida con su repentina interrupción - El té aminorará el dolor, te lo prometo. -
- No quiero mamá. - escuchó el diminuto quejido de su retoño desde el otro lado de la puerta - Bajaré más tarde. -
La pobre Mikoto soltó un suspiro completamente derrotada por la terquedad de su hija. Sabía que en estos días lo mejor sería dejarla sola hasta que su malestar se rebajara un poco o en el mejor de los casos, se extinguiera por completo.
Pero todo eso no sería posible si Katsumi no salía de su cueva de dolor a tomar un calmante.
Minutos después, la esposa del jefe del Clan Uchiha dirigió la mirada hacia su derecha, donde se hallaba Sasuke jalando levemente de sus ropas con intención de que su madre notase su presencia y le prestara atención.
- ¿Sucedió algo, Sasuke?. - indagó la señora Uchiha con una cálida sonrisa que podría hipnotizar a cualquiera que la viese -
- ¿Acaso nee-san no piensa llevarme a los rostros Hokage? Llegaremos tarde si no se apresura. - le reprochó el menor con un tierno puchero en su rostro a su progenitora - ¿Mamá?. -
Mikoto se agachó hasta quedar a la altura del más pequeño de sus tres hijos y acarició delicadamente la mejilla de este.
- Katsumi se siente algo mal por ahora, Sasuke. - inmediatamente el menor frunció el ceño con latente molestia de que aquello fuese así - Pero...¿hay algún problema si te llevo yo?. -
Sasuke se sorprendió ante la propuesta de su madre, cambiando rápidamente su semblante de fastidio y decepción a una radiante sonrisa.
- No, creo que no. - aseguró el infante con un brillo de ilusión adornando su ónix mirar -
- Entonces ve a tomar una ducha. Te esperaré en la cocina. - le indicó la mayor colocándose de pie - No demores mucho. -
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