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Él sabía que era una locura haberse enamorarse de ella.
Llegaría al infierno con tan sólo besarla, pero al menos habría tocado el cielo por unos instantes mediante el pecado y eso le fasinaba por completo sólo de imaginárselo, únic...
Los tenues rayos de sol traspasaban las cortinas blancas de su habitación y recaían en el fino rostro de Katsumi, haciendo que la joven adolescente abriera con pereza sus obscuros ojos negros que seguidamente talló con el dorso de su mano derecha.
Se acomodó mejor en su futón a modo de quedar sentada en este y tranquilamente permaneció contemplando la pared delante de ella como si fuera la cosa más interesante de todo su cuarto.
Aunque su momento de relajación llegó a su final en cuanto su querido hermano menor entró a su habitación sin pedir permiso, como siempre.
- Nee-san, ¿hoy entrenarás conmigo?. - preguntó el tierno infante con una enorme sonrisa abarcando su regordete rostro mientras que se acercaba hacia donde estaba su hermana -
- Te he dicho que tienes que tocar antes de entrar, Sasuke. - lo reprendió la mayor haciendo sus colchas a un lado para que finalmente lograra levantarse de su cómodo futón, inconscientemente esquivando de esta forma la pregunta del menor - No puedes pasar a mi cuarto así de imprevisto. -
El más pequeño de la familia Uchiha frunció el ceño al ver como su hermana comenzaba a hacer su rutina diaria, ignorando su presencia.
- Nee-san no has contestado mi pregunta. - reprochó Sasuke desde afuera del cuarto de baño que tenía la habitación de Katsumi, ya que la Uchiha había ingresado a este - ¡No me ignores!. -
Luego de unos minutos, Katsumi salió del baño con su cara húmeda y el cepillo de dientes en su boca llena de dentrífico.
- No te estoy ignorando pequeño. - dijo ella sin dejar de pasearse por todo cuarto en busca de su ropa ninja - Pero... -
Antes de que la pelinegra pudiese excusarse con el fin de eludir el entrenamiento con su hermano menor, Sasuke se le adelantó poniendo un puchero a modo de desaprobación.
- Lo prometiste ayer en la cena...¿también me vas a olvidar como nii-san?. - susurró cabizbajo el menor -
Ver así a Sasuke provocó que su corazón se achicara y comenzara a sentirse ligeramente culpable. Nunca le había agradado ver a sus hermanos tristes, por lo que siempre trataba de complacerlos en todo lo que pudiese para evitar a toda costa que se desanimaran.
La Uchiha suspiró asintiendo a la vez que revolvía el cabello de su hermano, sabía que era en parte culpa suya por mimarlo tanto desde el primer momento en el que lo vió, pero...realmente no se arrepentía.
