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Él sabía que era una locura haberse enamorarse de ella.
Llegaría al infierno con tan sólo besarla, pero al menos habría tocado el cielo por unos instantes mediante el pecado y eso le fasinaba por completo sólo de imaginárselo, únic...
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- ¿Vendrás a recogerme en la tarde, nee-san? - le preguntó su hermanito con un tierno destello de ilusión dominando sus bellos ojos negros -
Enternecida con la petición de su hermano menor, Katsumi soltó una pequeña risa asintiendo con la cabeza.
Voluntariamente se había ofrecido esta misma mañana a llevar a Sasuke a la academia sin pedir absolutamente nada a cambio, solamente para pasar un agradable rato con el infante.
- Claro que sí, Sasuke. Te lo había prometido en la mañana, así que no te preocupes por ello, ¿si? -
El mencionado repetidas veces asintió de arriba a bajo, haciéndole saber a su hermana mayor que lo entendía a la perfección.
- Si ves que ya he tardado demasiado en llegar por ti, tú solo tendrás que regresar a casa. - le explicó con seriedad al adorable Uchiha que se encontraba frente a ella - Pero únicamente si ya son las tres, sino aguarda aquí hasta yo venga. -
- Más que entendido, nee-san. - le hizo saber el menor - Aunque tengo que irme ya... - murmuró él viendo a sus pies, esperando a que su hermana se despidiera como casi nunca lo hacía, pero perdiendo las esperanzas al instante al darse cuenta que Katsumi no haría nada fuera de lo común -
Comenzó a caminar hacia la entrada de la academia con la cabeza gacha, sintiéndose plenamente decepcionado por creer que su prójima reaccionaría de forma distinta a otras veces.
Que iluso.
- ¡Sasuke! - pero antes de que el desanimado chico entrara a la gigantesca instalación educativa de Konoha, el inesperado grito de su hermana mayor lo hizo despertar de su tristeza y detener su lento andar - ¿A dónde crees que vas, pequeño tonto? Ven aquí. -
