Bokuto Koutaro

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Le había prometido llegar 20 minutos antes de su partido. Seguramente ahora ya entró en su faceta emo por mis 5 minutos de retraso.

Reconocí al equipo por una cabeza naranja que resaltaba en el lugar. Estaba acariciando la espalda de mi novio, seguramente ya está triste.

Dicha cabeza naranja logró verme entre el gentío. Me saludó y, creo que algo le comentó a Bokuto, pues el comenzó a voltear intentando encontrarme.

—¡Hey, tú! ¡Búho sexy!— grité agitando mi mano para llamar su atención.

Su rostro se iluminó cuando sus ojos encontraron los míos, se acercó tomándome entre sus brazos y me elevó por los aires dándome vueltas.

—¡Hey, hey, hey! ¡Llegaste!— me dejó de nuevo en el piso y me miró —¿Por qué tardaste? ¡Por un momento pensé que ya no vendrías!

—¿Que no vendría? ¿Y perderme un partido de tan atractivo jugador?— me sonrió y me acercó nuevamente a él en un abrazo. —Lo siento. Perdí un poco la noción del tiempo viendo a un jugador de volley en internet.— aflojó su agarre y se separó para mirarme.

—¿Un jugador? ¿De volley?— asentí.

—Si. Era muy lindo. No sé cómo es que tremendo dios griego, vino a este mundo para seducir a esta simple mortal.— me señalé mordiendo mi labio —Mira, te lo mostraré.— agregué buscando mi celular.

—Oye, yo no quiero...— le mostré una foto de aquella sesión que tuvo para una revista. No traía playera y, bueno, él es sexy aún con ella.—Wow... bueno, si. Es muy apuesto, debo admitirlo.— soltó una risa.

—Lo sé. Y, ¿Listo para el partido? ¿Necesitas inspiración?— pregunté subiendo y bajando ambas cejas.

—¿Inspiración? ¿A-ahora? Pero el partido comienza en unos minutos y no creo que nos dé tiempo de...— entonces me di cuenta de lo que él estaba pensando.

—¡No! ¡Eso no!

—Claro, eso no. Ya lo sabía... tú no me inspiras así antes de un partido... ¿Entonces a que te refieres?

—Desde el instituto te inspiraba con buenos comentarios de las chicas, ¿no es así?— asintió mirándome con duda. Lo miré de arriba abajo como "inspeccionandolo" para poder soltar un comentario. —Eres el mejor, Bokuto-san.— fingi lo mejor que pude una voz de chica de preparatoria. Él soltó una risa. —Eso decían todas, pero, sólo yo puedo decir que, esta obra de arte es solamente mia— dije mientras movía mi dedo de arriba a abajo sobre su pecho.—Uff, y que decir de ese cuerpo tan bien trabajado— esta vez me mordi el labio mientras tocaba sus brazos, pude notar un pequeño sonrojo de su parte.

—Oh, vamos _____, esta bien que sea un galán pero, no es para tanto.— decía con una mano en su cintura y un aire de autosuficiencia.

—¿Puedes inspirarme a mi también?— preguntó Atsumu llegando a su lado con su típica sonrisa coqueta.

—Claro, guapo.— él también recibió un guiño de mi parte, sonrió y estiró su mano para alcanzar mi mejilla y pellizcarla.

—Gracias preciosa.— le dediqué una sonrisa y se fue. Entonces me di cuenta, que Bokuto estaba haciendo un puchero.

—¿Y-ya me cambiaste? ¿Tan rápido?

Oh, oh.

—¡Genial! ¡Tú idea de bajarle el autoestima antes del partido está funcionando!— me regañó Sakusa a mis espaldas.

—Kou, bebé, era broma.— me acerqué a él tomando sus mejillas para que me mirara.

¡Dios! ¡No puedo con este puchero!

—No es justo que llegues y me halagues, para después hacer lo mismo con él— se quejó señalando al rubio.

—Pero es broma, él es feo.

—¡Oye!— recriminó el otro a lo que yo, rodé los ojos.

—Además,— me eleve un poco con mis pies hasta estar a la altura de sus labios. —¿Quién es el que tiene la fortuna de tenerme como novia?— uní nuestros labios.

Me tomo de la cintura pegándome más a él, intensificando así el beso.

Después de unos segundos, se separó de mi con una gran sonrisa.

—Hoy ganaré por ti— me besó una vez más y volteó a ver a Atsumu. —¡Ja! No eres tan afortunado como para tener a una novia tan perfecta como la mía.

Shugo se acercó al equipo y los llamó, el partido estaba por empezar y debían ir a calentar.

Bokuto me dio un beso antes de irse y yo me dirigí a las gradas para poder apreciar a mi sexy novio jugar y antes, calentar.

Cuando llegué al lugar donde decidí sentarme, lo llamé. Me buscó con la mirada y me mandó un beso mientras me saludaba, luego siguió con su calentamiento.

Me gusta el volleyball, pero más me gusta verlo a él jugar. Ver como lo disfruta, como se divierte, como entrega todo en la cancha, eso fue lo que me enamoró de él, su pasión y entrega a lo que hace.

El partido dio inicio, y el primer punto fue nuestro gracias a mi precioso búho.

—¡Ese es mi novio!— grité mientras aplaudía, ganándome la atención de todo el gimnasio y, claro, de Bokuto, quién volteó a verme señalandome y haciendo un corazón con sus manos.

(...)

—¡Ganamos! ¡Ganamos!— gritaba Bokuto mientras corría a abrazarme.

—¡Ganaron!— se separó un poco de mi, pero sin soltarme por completo.

—Los chicos quieren ir a comer, ¿vienes?

—No soy parte del equipo. Lo agradezco, pero, es su momento. Ve con ellos.— dije dedicándole una gran sonrisa.

—¡Ay, ______!— se quejó haciendo el mismo puchero de hace unas horas.

—Ve, no hay problema.

—Y si vuelvo a casa contigo, ¿Podrías inspirarme de la forma en que yo pensaba hace rato?— reí al sentir como mis mejillas comenzaban a sentirse calientes.

—¿Te sientes con la energía suficiente cómo para llegar a casa a hacer "eso" después de este partido?— su sonrisa lo dijo todo.

—¡Chicos! Paso por esta vez, iré a casa. Los veo luego.— se despidió y tomó mi mano llevándome a la salida. Apenas y pude despedirme también.

Al llegar a casa me llevó con besos hasta la habitación, donde justo, en el momento en que todo iba a cambiar de ambiente, mi celular sonó.

—No, no contestes.

—Es mi jefe. Espera un segundo, ya vuelvo.— le di un beso rápido y salí de la habitación. Terminé mi conversación de oficina a base de puros "Si" "Aja" "Claro" para no hacer esperar a Bokuto, pero al regresar a la habitación, me encontré con la linda escena de él abrazando una almohada, ya dormido.

Era una escena tan linda, que no pude evitar tomar una foto. Me acerqué a él, besé su mejilla y quité con cuidado la almohada para tomar su lugar. Hice que me rodeará con sus brazos y me acurruque.

Sentí sus labios besar mi mejilla y seguido soltó un suspiro.

—Tienes razón, me cansé. Pero en cuanto vuelva a despertar, no te salvaras de mí.— reí ante su voz somnolienta y hundi mi rostro en su pecho para también descansar un poco, antes de que se despertara nuevamente.





Haikyuu - One Shots Donde viven las historias. Descúbrelo ahora