Última parte

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Año 2020, Barcelona, una tarde lluviosa.

–Su historia fue, es y será la historia de amor más bonita y corriente para alba, aunque ella no esté para afirmarlo –acabó de leer una Mel adulta –Gracias a todos por asistir a la lectura de diferentes fragmentos del libro que escribí con ayuda de mi madre: Galletas de canela.

El publico aplaudió emocionado y la cola para comprar una edición firmada empezó. Después de poner en venta el libro las entrevistas para periódicos, radios y algún canal de televisión fueron frecuentes, al igual que las firmas de libros.

Un día del 2020 en una emisora catalana de radio.

–Explícanos un poco sobre tu nuevo libro –preguntó Marc, el locutor.

–Este libro relata la historia de amor de mis padres, contiene desde partes de su infancia, adolescencia y juventud, para que las personas simpatizaran y conocieran a los dos protagonistas, hasta su historia de amor y el porqué de su fin. Después quise relatar un poco sobre nuestra vida después del accidente, quería que la gente supiera lo fuerte que es mi madre y retratar el dolor que veía en sus ojos –explico emocionada Mel.

–Parece que lo has conseguido, lo he leído y es muy bueno –sonrió Marc.

–Muchas gracias –le devolvió la sonrisa marcando sus hoyuelos.

–Hasta ahora tus novelas y libros eran de géneros policiacos, fantásticos... –habló el locutor –Es cierto que contenían romance, pero no era el tema principal, ¿a que se debe este cambio?

–Mi madre falleció hace dos años –el locutor murmuró un "lo siento" a lo que ella sonrió dándole a entender que podía hablar de ello, que no era un tema tabú. –Una de las cosas que mi madre escribió como uno de sus últimos deseos fue que convirtiera sus textos, las emociones y los recuerdos en un libro.

–Siempre mencionas que tu madre te ayudó ha escribir la historia, tengo entendido que la escribiste entre el año pasado y este, ¿cómo es posible que te ayudara? –preguntó con un poco de miedo de tocar un tema muy personal.

–Ella me proporciono los textos, estos contienen la mayoría de las páginas del relato de su historia de amor y anécdotas. Lo que hice yo fue crear una estructura de libro, añadir cosas, corregir, modificar partes del texto y reunir más información de familiares para que estuviera completo.

–¿Y sabes cuando escribió esos textos?

–Sí, de hecho, me considero un poco la causante –rio Mel –Habían pasado diez años de la muerte de mi padre, es decir tenía unos quince años. Al ser domingo por la tarde me encontraba sola y aburrida en casa, ya que mi madre trabajaba. Decidí cocinar alguna cosa, no encontraba ninguna receta que me apeteciera en los libros de cocina así que fui a la habitación de mi madre a buscar algún libro de cocina más, rebuscando di con una caja –cerró los ojos recordando el olor a recuerdos de esa caja –Era antigua y nunca la había visto, cuando la abrí encontré cosas de mi padre como corbatas, fotos, sus gafas de leer y unos papeles.

–Los textos –la cortó el locutor, al ver lo que había hecho se disculpó sonrojado.

–No –respondió tranquila –encontré la receta estrella de la pastelería que dirigía mi madre, las galletas de canela. Entonces las hice. Cuando se estaban horneando llego mi madre de la pastelería y al oler las galletas se quedo pálida, como en shock y unas lágrimas cayeron de sus ojos.

Flashback de esa tarde

–Mamá, que pasa? –preguntó preocupada una Mel de quince años.

–Son mis galletas favoritas –dijo en trance Alba.

–Pues nunca las habías hecho –comentó inocentemente Mel.

–También eran las favoritas de tu padre –Mel se quedó muda, ella no recordaba mucho de su padre solo tenía fotos, algún recuerdo... Pero sabia que la quiso mucho.

–Lo siento mamá –entonces Mel se sintió como si volviera a tener cinco años. Su madre la abrazó.

Ese día Alba se dio cuenta que no lo había superado del todo y ese miedo de recordar se transformó en miedo a olvidar. Así que decidió escribir su historia con Daniel lo más detalladamente posible.

Vuelta a la actualidad

–Entonces mi madre se encerraba cada día durante unas horas y escribía esos textos, lo sé porque la vi de escondidas hacerlo. Después de eso parecía que se hubiese quitado un peso de encima, las galletas de canela volvieron a elaborarse y venderse, la receta se quedó en la cocina y la caja se guardó pero no se escondió –habló Mel con los ojos brillantes –Mi madre me inspiro a escribir, ella no lo sabrá nunca porque fue gracias a la lectura a escondidas de sus textos, me hicieron sentir tanto que tuve claro que quería dedicarme a emocionar a las personas a través de palabras –una lágrima de emoción cayó de sus ojos miel.

–Pues no te ha ido mal con esa decisión –bromeó el hombre –Tres bestsellers, una adaptación al cine de uno de tus libros, varios premios... –empezó a enumerar el locutor.

–Me ha ido bastante bien –rio Mel.

El programa continuó con alguna pregunta más y finalizó con la despedida de Mel y una canción "Give me love" de Ed Sheeran.

Saliendo del estudio una voz la llamó.

–¡¡¡Mel, espera!!! –Marc la llamaba.

–¿Me he dejado algo? –preguntó dudosa.

–No, no, solo quería saber si me podías firmar el libro –ella asintió sonriendo –Y saber si algún día te gustaría salir a tomar un café o algo –añadió tímidamente.

–Esto... –Mel le entrego el libro firmado –¿Te acuerdas de la pastelería de mi madre?

–Ehhh... claro –contesto un poco confundido.

–Pues ahora la dirige mi mujer –sonrió.

–Oh –exclamó avergonzado

–Si, oh –rio ella.

–Yo lo siento –se disculpo rojo como un tomate

–No pasa nada, podemos ir a por un café, solo que con otras intenciones por tu parte –bromeó ella.

–Claro, me sirve –le sonrió él, al menos haría una amiga pensó.

–Bueno tengo que recoger a mi hijo Daniel y a mi hija Sara –le dijo despidiéndose con la mano –Ya quedaremos para lo del café amistoso –rio mientras se iba.

–Vale –exclamó riendo mientras la veía marchar.

De esa entrevista nació una bonita amistad, tan buena que Marcos acabo saliendo con la hermana de Claudia, la mujer de Mel. La vida continuó, Mel siguió escribiendo, las galletas de canela se siguieron fabricando, Alba y Daniel se reencontraron y donde sea que están se dieron esos besos prometidos y muchos más. Alba pudo encontrar la respuesta ha esa pregunta: ¿Qué pasaría si hubiese elegido galletas de chocolate y no de canela? Simplemente no hubiera conocido al amor de mi vida, el único, el que me hizo entender la palabra amor.

Galletas de canelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora