Parte 2

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La perfección es subjetiva, pero si le preguntas a ella te dirá que esa cita lo fue, así como las que vinieron después de la primera.

Alba destacaría la segunda, donde se dieron el primer beso, un beso dulce y simple que revolucionó a las mariposas que se escondían en su estómago. También podría destacar la cuarta cita donde su relación se formalizó, o ese día en su apartamento donde se entregaron en cuerpo y alma fundiéndose en uno, o ese dónde ella estaba cantando y bailando mientras hacían galletas de canela y él le dijo que la quería, o la noche donde ella le dijo que lo amaba y fue correspondida, el primer aniversario de un año, el irse a vivir juntos; recuerda eso muy bien.

–Me puedes traer el bote de pintura azul?

–Cógelo tú, estoy muy ocupada instalando la televisión –gritó la chica desde el comedor.

–Por favor –exclamó desde el que sería su nuevo dormitorio –Te recuerdo que también es tu dormitorio –añadió remarcando el tu.

–Voy –dijo después de soltar un suspiro.

–Grac...–quedó mudo cuando notó un material pegajoso y aparentemente azul recorrer su espalda.

Y así inició una guerra de pintura que ocasionó una habitación original y una pareja azul besándose y riendo. Después de la pequeña guerra, a petición de Daniel, decidieron dejar su dormitorio así, como prueba del ataque por parte de Alba.

Y así surgió una de las muchas anécdotas que guardaba el pisito de Barcelona. Como la de los vecinos fiesteros, la maceta rota, el móvil del vecino de arriba que cayó en su balcón....

Un sábado por la noche

–No puedo más –musitó la chica mientras se tapaba la cabeza con la almohada –Que bajen la maldita música, ya –imploró mientras suspiraba.

–No entiendo como los demás vecinos no se quejan –añadió el chico.

–No aguanto más –exclamó la de ojos verdes –Maldito reggaetón –musitó apagando la televisión.

–¿Dónde vas? –preguntó siguiendo con la mirada a su novia.

Alba fue directa al reproductor de música y lo encendió.

–Si tengo que escuchar música al menos que sea buena –comentó mientras ponía Kiwi de Harry Styles –. She worked her way through a cheap pack of cigarettes –cantó Alba, mientras Daniel reía.

Así desarrollaron su pequeña y particular fiesta que solo duró unas pocas canciones, porque eran conscientes que era tarde y los otros vecinos ya tendrían bastante con una fiesta. 

Galletas de canelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora