¿Una rana o una serpiente?

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Emil había soñado con que llegará aquella mañana desde que tenia uso de razón; muchas cosas lo habían emocionado ya a su corta edad, como su primera vez volando en escoba con su padre o su primera ida al callejón Diagon, pero nada en este universo se comparaba con lo que le provocaba ir a su primer año en Hogwarts, aquella emoción guardada cada año que acompañaban a Ezra a tomar el expreso y el le rogaba a su madre poder acompañarlo; ella solo reía y le decía que su momento llegaría pronto.

Y vaya que no estaba equivocada, la espera de vida que Emil tuvo que hacer se redujo a segundos cuando llegaron a la plataforma 9 ¾.

-Emil, vamos- Su hermano lo tenía agarrado de la mano con fuerza pero ni eso pudo evitar que Emil se aferrara con su otra extremidad a la pierna de su madre.

-Te voy a extrañar- dijo el niño sintiendo unas pequeñas lagrimas en sus ojos- ¿y si vienes con nosotros?

La risa de su madre lo envolvió mientras ella se inclinaba para acariciar su mejilla con dulzura.

-Mi niño, no importa cuan lejos vayas, siempre voy contigo.

Deposito un pequeño beso en su frente y camino hasta su hijo mayor, rompiendo el contacto que Emil mantenía con ella.

-Cuídense mucho, corazón- ella le dio un beso igual a su hermano y se alejo unos pasos.

-Emil, enserio es hora- Ezra sentencio el fin de la despedida y se vio obligado a caminar con él; al subir al transporte que los llevaría al colegio Ezra lo hizo caminar por el estrecho pasillo- Se que no querrás ir conmigo y mis compañeros, así que busquemos a tus amigos- mientras recorrían todo el tren Emil escuchó como dieron la primera y segunda llamada para salir de la estación, ya sentía que le tocaría con su hermano hasta que una voz lo hizo voltear atrás con una sonrisa.

-¡Emil!- Vio la cabeza rubia de su amiga Elyon parada junto a la puerta de uno de los compartimentos y sintió una paz similar a la que sintió cuando su madre se había despedido de el, Ezra le dio un pequeño empujón para que caminara hacia ella y el no puso oposición, realmente estaba feliz de verla después de casi un año.

-¡Ely! ¿Dónde están los demás?

Cuando estaba cerca de ella distinguió por el vidrio del vagón a sus demás amigos, los cuales llevaba ya un rato sin ver, descubriendo que todos habían crecido.

-Emil, pensamos que te quedarías abajo por siempre.

Mila le sonrió apuntando en la ventana la distingible figura de su madre platicando junto a Marietta y Febos Lloyd.

El vagón ya estaba lleno de cosas (entre ellas un gato que descansaba en el regazo de Mila) por lo que se vio obligado a dejar su mochila de mano en el espacio de arriba, sin embargo, aún ahorrando ese espacio el único lugar que quedaba disponible era uno reducido junto a Gavril; decidió no darle mucha importancia y se sentó a su lado chocando su mano con la de el como saludo.

Al escuchar el claxon que indicaba la partida del tren a Hogwarts su madre volteo, encontrando sus ojos con los de Emil, el cual le sonrió haciéndole el gesto de adiós con su mano, definitivamente ahora que estaba con sus amigos estaba mas calmado y confiado. Fue entonces cuando el tren comenzó a avanzar, obligando al pequeño a sentarse.

-Los extrañe mucho- dijo Elyon sonriendo como siempre, Emil estaba tan feliz de verlos.

-Chicos ¿en qué casa creen quedar?- Gianna lucia nerviosa, contagiándolo al considerar lo que su amiga estaba preguntando ¿en qué casa quedaría él?¿cómo no había considerado eso antes?

-Obviamente yo iré a Gryffindor- Gavril sonrió y se recostó con la cabeza pegando en la ventana, lucia muy seguro.

-Yo también creo quedar en Gryffindor- Mila también lucia feliz por aquella certeza.

Hechiceros de sol y lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora