El llanto de los Ravenclaw

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Era la noche del baile de navidad y aunque Ezra Solerian pasó cada instante de cada día de las últimas semanas deseando que llegara aquel momento, ahora solo ansiaba que el tiempo hubiese pasado más lento.
O qué tal vez esta noche nunca hubiese llegado.
Bastian Yuenai había sido su amor platónico hacia años atrás, siempre lo veía caminando por los pasillos del castillo con esa campante sonrisa y su cabello blanco brillando más que una snich; Ezra toda su vida había sido reservado respecto a sus sentimientos con la mayoría de personas y su madre no era la excepción, él la amaba profundamente pero sabía que jamás lo entendería, y no solo por aquel instinto maternal del que ella le contaba y que, según sus relatos, la impulsaba y orientaba a siempre hacer lo correcto para sus hijos sino porque ella era la ministra de magia.
Ella había sentenciado a Lyra a su cadena perpetua en Azkaban y había anunciado con felicidad la muerte de Dain y Adria Yuenai a manos de un auror.
Desde entonces, a los ojos de ella aquel prejuicio había caído sobre Bastian, y las cartas que le había escrito todo el curso pasado sobre mantenerse alejado de él habían sido prueba de aquello.
En el momento en que termino de ponerse su túnica de gala, una hermosa lechuza café entro por la ventana de su habitación (el agradecía ser prefecto en esos momentos ya que gozaba de cosas como esa privacidad de tener un dormitorio personal), este le dio un sobre azul con un sello del ministerio; no necesito leer el remitente para saber que era de su madre y sin esperar mucho la abrió:
"Mi Ez:
Estas semanas he estado llena de trabajo y he traspapelado tu carta, sé que esta semana es el baile de navidad y espero que te diviertas mi niño.
Para mi mala suerte tendré que dejar de mandar lechuzas por un buen tiempo, ya que están siendo interceptadas por los seguidores de quien tú sabes y, aunque muchas personas saben que tengo hijos, no me gustaría guiarlos con más precisión hasta ti o Emil.
Sé que él ya tiene demasiado en que pensar con el incidente del torneo, no puedo estar ahí ahora por lo que te ruego que lo cuides.
No debería decir esto, pero en el ministerio sospechamos que hay mortifagos infiltrados en Hogwarts, y siendo sincera, creo que Yuenai tiene que ver en esto.
Por favor, mantente alejado de él hasta que te otorgue nuevas noticias.
Te amo mucho, hijo.
Virian Solerian."
¿Cómo decirle a su madre que estaba a unos minutos de aparecer en el gran comedor con él? ¿Por qué su lechuza tuvo que llegar hoy?
Cansado y sin mucho ánimo, Ezra decidió bajar, había aceptado su invitación al baile y aunque a su mamá no le gustara él quería hacer esto, por una vez deseaba ponerse por delante de los demás y, aunque tal vez esa valentía para defender sus decisiones fuese efímera del momento, anhelaba, aunque sea saborearla un poco.
Al llegar a la sala común vio que aún faltaban cinco minutos para las ocho, que es la hora en la que ellos habían coincidido en verse frente a la estatua de la bruja tuerta.
Estaba a punto de irse cuando un leve llanto llego a sus oídos.
Ezra no negaría que por unos segundos él sintió alegría, no por el sufrimiento de alguien sino por que, tal vez, no era el único al que la noche se le había arruinado aun sin siquiera empezar; sin embargo, esa alegría se desvaneció cuando al voltear el rostro su mirada percibió a Gianna sentada junto a una de las ventanas llorando con un papel entre sus manos y una lechuza picando su brazo.
Ella no solo era amiga de Emil, sino que había sido, junto a Gavril, prácticamente criada con su hermano, todos los amigos de Emil eran como familia para Ezra por lo que verla llorando había partido su corazón y estaba a punto de mandar el demonio la puntualidad y acercarse a ella, cuando vio a Alistar cruzar la habitación rápidamente hasta el lugar donde la chica estaba.
-Gianna ¿Qué sucede?
Ella no dejaba de sollozar cada vez más fuerte, apretando con más fuerza sus ojos y el papel entre sus dedos.
-No lo entenderías- aunque estaban al otro lado de la sala, Ezra podía escucharlos por completo y aunque se sentía sucio haciéndolo no podía moverse, quería saber que Gianna estaría bien.
- ¿Por qué no me das el beneficio de la duda?, soy más inteligente de lo que crees.
Gianna soltó una risa que duro apenas un segundo ya que este ruido se transformó en otro sollozo, uno más fuerte y profundo.
-Por favor vete sin mí, disfruta de la noche.
Alistar se hinco frente al sofá donde ella estaba sentada y puso sus manos sobre sus brazos con una delicadeza que, a pesar de la distancia, incluso Ezra podía sentir.
-Gi, no le presumí a Bas y Nair que iría contigo estas últimas dos semanas para que ahora deba dejarte atrás; estamos juntos en esto ¿no?
Ezra no sabía exactamente a que se refería con eso último, conocía la naturaleza de esa amistad y cuan rápido había escalado; lo que un día había sido una conversación en las estanterías de la sala común se había convertido en desveladas de ambos compartiendo una lectura o yendo juntos a la librería del castillo.
Tras unos segundos, Gianna comenzó a bajar sus manos y deposito el papel en las de Alistar, cerrando las suyas en torno a estas junto a la carta y cuando él la soltó para leer ella se había acurrucado como si tuviese frio, abrazándose a sí misma.
Cuando Alistar pareció terminar de leer y levanto el rostro del papel, Ezra pudo ver un brillo en sus ojos que él conocía muy bien: era rabia de la más pura y de esa que te inspira a hacer tonterías.
Era una rabia similar a la que el sintió hace unos meses cuando todos acusaban a Emil de tramposo junto con Harry por el torneo, o algunos años antes cuando escuchaba en los pasillos del ministerio discriminaciones a su madre por ser una mujer aspirando al poder.
Vio cómo el chico se levantó de sus rodillas y, haciendo bola el papel, lo aventó por la ventana de la torre, percibió entonces que Gianna lo miró con angustia.
-Ella va a matarme cuando vuelva a casa.
Cuando Alistar volvió a hincarse frente a ella el ave, la cual intuía había sido la que había traído aquella carta, salió volando disparada por la ventana.
-Gianna, si te soy sincero, dudo que haya un solo mago en este castillo capaz de complacer todos los caprichos y estándares de tu madre, pero tal vez haya alguno que pueda hacerte sonreír y pasarla bien, aunque sea por esta noche; tal vez habrías deseado ir con alguien más pero ya que iremos juntos ¿podrías permitirme intentarlo? Sabes que no me gusta verte triste y te has esforzado tanto en ayudar a los demás a planearlo que mereces pasarlo mejor que nadie, este es tu baile...
No lo había dejado terminar de hablar cuando Gianna se lanzó hacia él, abrazando a Alistar por el cuello y cayendo juntos en el piso, su peinado se había desacomodado y la falda de su vestido verde se había arrugado, pero a ella parecía no importarle.
La vio decir algo, pero pareció ser en un volumen tan bajo que solo Alistar la escucho, abrazándola más fuerte.
-Ezra, te buscan.
Observó entonces que el reloj marcaba las 8:05, y sin dar una respuesta al informante, se apuró hasta la puerta de la sala común.
No era una gran excusa para su tardanza, pero era feliz de que al menos Gianna podría pasar un buen baile.
-Creí que nunca bajarías.
Bastian estaba parado a unos pasos del cuadro que daba entrada a la sala; lucia bastante elegante, tanto que el Bastian de cabello salvaje y sonrisa brillante apenas se parecía al que tenía enfrente.
-Disculpa, me quede viendo por la ventana.
-No hay ningún problema ¿me acompañas? - haciendo un gesto con la mano comenzaron a caminar hacia el gran comedor, apenas y pudo ver Emil en la multitud, en la fila junto a los demás campeones.
Al no ser campeón igual que Bastian, fueron entrando al lugar, todo lucia mágico en aquel tema de hielo y escarcha, lucia como el tipo de momento que congelas en tu cabeza y almacenas por siempre.
- ¿Podemos esperar aquí?, Quiero ver a Emil.
Bastian y él se quedaron parados junto a la pista y cuando dieron las 8:45 la puerta volvió a abrirse dando paso, primero que, a cualquier otro campeón, a Emil Solerian, quien entro con una sonrisa nerviosa (pero bastante orgullosa) del brazo de Elyon.
Muchas chicas miraban con envidia a Valensey y no era para menos, todas querían ir con un campeón y Emil se había vuelto bastante popular con el paso de los días apenas habían anunciado aquel inusual festejo.
Bailaron la primera pieza, esta fue bastante tradicional, y entonces todos comenzaron a sumarse a la pista.
- ¿Bailas conmigo?
Acepto la mano de Bastian y comenzaron a bailar, conforme pasaban los segundos era un ritmo más rápido y lo que empezó siendo una melodía típica del coro de la escuela ahora era algo similar a lo que solía tocar la alocada banda de las brujas de MacBeth.
Así estuvieron brincando un rato, Ezra veía de vez en cuando algunas caras conocidas en el salón como Gianna y Alistar riéndose en una mesa, Emil y Elyon bailando y dando vueltas como si mañana se fuese a acabar la magia, y a Gavril coqueteando con la menor de las Weasley en una esquina.
No había hablado mucho con Bastian, no porque no lo deseara, sino porque su cabeza estaba dividida: una parte en él afirmaba que no podía bailar y hablar por lo que se había mantenido callado y la otra estaba asustada de las advertencias de su madre; él sabía que Bastian no era un mortifago pero sabía que si alguien lo llegaba a ver tan feliz con él podría correr a informarla, no era la primera vez que ocurría.
- ¿Podemos salir? Quiero tomar aire.
Bastian lo acompaño silencioso a una de las torres, sentía como si quisiera decir algo y luego pareciera arrepentirse; cuando llegaron a un gran ventanal abierto entonces habló:
- ¿Te arrepientes?
- ¿De qué? - Ezra creía saber hacia dónde iba la pregunta sin embargo quiso divagar un poco antes de admitir cualquier cosa.
-De venir conmigo, he notado tu silencio.
-Siempre estoy callado, Bas...
El torció su rostro en una mueca y entonces lo miro a los ojos; lo que vio en el plateado de estos hizo a Ezra sentirse la peor basura del mundo.
-Crecí con ellos, sé cuándo un silencio es ordinario y cuando lleva un arma escondida en él; si ya no te interesaba podías habérmelo dicho y no hubieras tenido que pasar por esto.
-Si me gustas, Bastian.
No sabía de dónde había salido aquello, tal vez esa parte que no estaba aterrorizada del juicio social aun quería pelear por aferrarse al amor que residía en su interior.
- ¿Entonces qué sucede? - este lentamente tomo la mano de Ezra que reposaba en el marco del ventanal, uniéndola con la suya y haciéndolo sentir por un minuto con más vida de lo que se había sentido en años.
-Aun no estoy seguro de que esto sea lo mejor; en el fondo no sé si somos el tipo del otro, ¿entiendes?
Por primera vez en la noche Bastian dejo salir esa sonrisa de la que Ezra tanto hablaba, esa sonrisa rebelde que también tintaba sus ojos.
-Tal vez no sepas que quieres tú; pero yo sé que no tengo un tipo y si lo tuviera es exactamente como tú porque nadie más me ha vuelto tan loco.
Ezra se moría por besarlo y cuando su cuerpo comenzó a sentir escalofríos de la adrenalina pareció que la parte miedosa volvía a tomar las riendas.
-Salir conmigo implica cosas que no conoces.
-Se exactamente con quién hablo y creo que tú también; estás hablando de amor con el descendiente de un par de mortifagos siendo el hijo de la ministra de magia, va a ser difícil, pero podría intentarlo si prometes estar a mi lado en esto.
Ezra nunca había deseado tanto jugar en el lado de una persona.
-Ni siquiera te caen bien mis amigos o mi familia, ¿Cómo vamos a hacerlo funcionar con eso? - Se sorprendió de escuchar su propia voz quebradiza.
Aquella noche era todo lo que alguna vez había soñado, pero él sabía que solo era una fantasía, que mañana cuando salieran del colegio ambos tomarían caminos distintos y aquello que tanto anhelaba solo luciría como un capricho adolescente.
Antes de que Bastian pudiera contestar, una voz los interrumpió.
- ¡BASTIAN! ¡HAY UNA EMERGENCIA!
Ambos miraron simultáneamente a Nair quien lucía con un gesto de horror y su vestido blanco lleno de barro.
Ambos caminaron rápido hasta llegar a ella para luego correr detrás siguiéndola a donde sea que esta los estuviese guiando.
- ¿Quién más sabe de esto? - Bastian lucia calmado, aunque su tono de voz delataba otra cosa.
-Nadie, corrí primero por ti.
Bastian la miro indignado aun a pesar de que corrían a toda velocidad.
-Pudiste ir por Dumbledore, por Snape, por toda la gente del baile ¿¡por qué nosotros?! Vamos a morir.
-Tiene a Emil- un frio pulsante le recorrió la espina dorsal a Ezra taladrándole lo más profundo de sus huesos- quiere hablar con tu pareja.
- ¿A quién más tiene? - prefirió ignorar lo de "pareja" y enfocarse en que lo único que su madre le pidió y no había podido cumplir: cuidar de Emil.
-A Elyon.
Tras correr unos segundos más llegaron frente al sauce boxeador, donde un hombre con mascara tomaba a Emil por el cuello, apuntando con su varita a la sien de este.
-Ezra, no importa que te pida, no se lo des.
-Cállate, pequeño mocoso- cuando el mortifago lo miro a los ojos este le sonrió, era una sonrisa que lo hacía sentir como si la muerte y el estuviera jugando un piedra, papel o tijeras con la vida de su hermano como apuesta – Ezra Solerian, justo el sujeto que buscábamos.
-Aquí me tienes, déjalo ir.
En ese instante vio a Bas ponerse frente a él, recordando que venían juntos y sintiendo aún más pánico al saber que no solo la vida de su hermano estaba en riesgo.
-En realidad no tienes a nadie ¡atabraquium! - el hombre sin esfuerzo alguno bloqueo el hechizo, comenzando una batalla con Bastian quien le dio tiempo suficiente a Emil para escapar de los brazos de este.
- ¡Emil! - Ezra quería ponerlo a salvo y estaba fastidiado con la idea de que este corriera a un lugar opuesto a él hasta que escucho un grito y mirando arriba vio aquella melena rubia moviéndose en uno de los brazos de la violenta planta.
- ¡Elyon, resiste! - Emil empezó a trepar por el sauce boxeador y Ezra, rezándole a Merlín por qué estuviera bien, decidió buscar algo útil que hacer hasta que vio más a lo lejos otras figuras.
-Si la sueltas, puedo darte 10 segundos para que corras y ruegues por tu vida- Alistar sonaba frio y amenazante, y junto a Nair estaban frente a otro hombre el cual, a diferencia de su compañero, no poseía mascara y mostraba su cabello café y sus movimientos raros con la lengua.
Tenía a Gianna agarrada del cuello con una mano y del cabello con otra.
-Mejor no estorben, niños; ya debemos irnos ¿no es cierto, preciosa? - Alistar lo miró con repudio-No tienes idea de cuanto me ofrecieron por llevarte conmigo.
La mano que tomaba con fuerza el cabello de Gianna bajo a su pierna, esta estaba al aire por el corte que había elegido en el vestido, y se deslizo en ella provocando que ella temblara y esta vez Nair y Alistar se lanzaron uno de cada lado a defenderla- ¡Crucio! - usando como barrera a Gianna, sabiendo que ellos no la atacarían, tomo desprevenida a Nair hechizándola inmóvil en el piso mientras convulsionaba.
Vio cómo Bastian miro con sufrimiento al cuerpo de su amiga en el piso, llorando y gritando como jamas pensó que la vería.
- ¡Bombarda! - aquella explosión los regreso a la realidad, viendo como una de las ramas del sauce se partían haciendo que Emil y Elyon cayeran inconscientes en el pasto y como el enmascarado se acercaba a tratar de tomar a Emil.
- ¡Depulso! - mandando a volar lejos a aquel hombre Ezra cargo rápido a su hermano y a su amiga y corrió con ellos hasta el aula más cercana, donde los dejo seguros y cuando regreso vio como el atacante de su hermano se había ido, mientras que el que no estaba encapuchado seguía luchando con Alistar echando fuego, agua y luz por todos lados hasta que este, en un mal movimiento recibió el hechizo.
-Reducto- Alistar cayo hacia atrás acompañado del grito de Gianna, la cual tembló más cuando el hombre dijo las siguientes palabras- Imperio.
Alistar, ignorado el dolor que aquella caída probablemente causo en su cuerpo se levantó y cuando sus ojos se abrieron Ezra pudo ver que aquel azul eléctrico que solo la maldición de orden podía dar había teñido su iris.
- ¡Alistar! - Bastian tenía toda la ropa rajada, además de que la sangre le corría por la mejilla y su cabello volvía a correr suelto por su espalda.
-Mátalo- ordeno aquel fanático del señor tenebroso y Alistar acató la orden, comenzando a batallar con Bas a muerte.
-Parece que solo quedamos tú y yo, Solerian.
Sostenía la varita arriba y mientras lo escuchaba analizó el bosque a sus espaldas, pensando que podía hacer para quitarle a Gianna de los brazos; esa era su única prioridad, si después de eso le pasaba algo al menos podría estar tranquilo de poner a los demás a salvo, aun a costa de su propia vida.
-Se que vienen por mí, dame a Gianna y puedes llevarme contigo.
-Nunca dije qué haríamos un trato, ambos me interesan.
-Yo puedo darte más que ella, soy hijo de la persona más importante del ministerio; sabes que valgo más.
Gianna lo miraba lloroso y Ezra luchaba por no verla, si sus ojos se conectaban perdería su confianza y control.
- ¿Cómo sé que no mientes?
Ezra entonces dejo aquella posición defensiva levantando su varita con una mano en gesto de rendición, resignado a que era la única opción y que una vez con Gianna lejos encontraría que hacer.
Cuando el hombre soltó a Gianna esta comenzó a correr hacia Ezra, pero ya era demasiado tarde, lo único que escuchó después del impacto de un hechizo en su espalda fue el grito de su amiga.
-Crucio- De repente todo a su alrededor se tornó blanco y sombras, dejó de escuchar la pelea y ahora solo podía distinguir sus propios gritos; aquel frío que impregnó su alma era algo que nunca antes había sentido, ni siquiera en el curso pasado cuando un dementor lo había acechado había sentido semejante tortura, nada de él podía moverse y vio el final cerca, vacilando frente a su espíritu y mostrándole la luz que lo absorbería para llegar al más allá.
Por primera vez Ezra Solerian escucho a la muerte pedirle respirar una vez más.
Por qué mientras más respirase, más podría torturarlo.
Y a la muerte parecía satisfacerla el suplicio y la agonía humana.
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.

¡Ay chicos! Esta parte me tenia particularmente nerviosa; estaré leyendo sus opiniones.

¿Qué creen que suceda en la parte final? Al menos de "el baile"

¿Cómo creen que se llame el ultimo capitulo?

Los quiero mucho, como siempre aquí les dejo un pedazo de mi corazón.

-Su🎨

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⏰ Última actualización: Dec 27, 2020 ⏰

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