El corazón que rompiste

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Nota de la autora: el siguiente trio de mini capítulos pueden abordar abuso, traumas, infidelidad y otros temas que pueden ser sensibles para cierta audiencia; lean bajo su propia responsabilidad.

Este capítulo también es un poco light, por lo que se puede leer si no eres tan sensible a ciertos temas. 

Otra, tal vez tonta, advertencia es que este capitulo no tuvo revisión Beta (Abi y yo estamos trabajando en algunas cosas por lo que preferí no molestarla)

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El cabello de Lina olía a frutas y hacia que Gavril viajara a otro universo cuando la tenia tan cerca como para percibirlo; llevaban ya un rato así abrazados en un aula sola en el tercer piso, la luz del atardecer entraba por la ventana y acompañado de esa hermosa risa Gavril se sintió tan afortunado de tenerla con el.

Sin que el lo esperará ella paró abruptamente de reír y se abrazó aún más fuerte de él, cosa que Gavril no sabia si interpretar como una muestra de amor masiva o como un momento para parar y disfrutar solo el uno del otro.

O tal vez ninguna de las dos ya que ella comenzó a llorar.

- ¿Qué sucede, amor? - ella estaba poniendo fuerza para seguir abrazada a el y no levantar su rostro para mirarlo, sin embargo, con el paso de los segundos su cabeza comenzó a ceder hasta que Gav pudo ver sus ojos negros, usualmente brillando con fiereza, ahora derretidos en agua.

-Necesito decirte algo, pero no sé si pueda, no quiero arruinar nada.

Por un segundo Gavril sintió su cabeza entrar a un mar de posibilidades: tal vez ella había hecho algo malo, o estaba embarazada, o la habían expulsado, o...

Gavril debía respirar, mantener la compostura y ser quien llevara las cosas de la mejor forma por lo que mentalmente decidió tirar todas las posibilidades por el barranco y esperar a escuchar lo que sea que su novia tuviese que decir.

-Puedes decirme lo que sea- Ella comenzó a respirar con dificultad, sus sollozos se mezclaban con su intento de respirar y salían ruidos raros desde lo profundo de su garganta; Gavril puso una mano bajo sus rodillas y otra en su espalda y la levanto de su regazo para ponerla en la mesa delante de el- cálmate, respira y cuando estés lista puedes hablar y yo estaré listo para escuchar.

El se sentó nuevamente en la silla esperando al tiempo, tratando de mantenerse sereno hasta que ella estuviera lista para decir algo.

-Amor, cometí un error- fue lo único que pudo decir antes de que esos horribles sonidos volvieran a invadir su garganta, Gavril le dio unas palmaditas en la espalda pudiendo apreciar como la manga de su túnica estaba llena de mocos y lagrimas- no supe que sucedió.

- ¿De qué hablas? Por favor respira- aquello ultimo lo hizo recordar una vieja experiencia, deseando que ninguna mujer pasará por algo así y haciendo que su voz ya no pudiera salir en paz, ahora todo en él estaba hambriento de la verdad.

-Te en...- pareció luchar por su propio control, respirando y subiendo la cabeza, frunciendo su rostro como si decir una palabra fuera difícil- yo te engañé con alguien mas.

En cuanto dijo eso volvió a ahogarse, pero a Gavril ya no le importaba, ahora era su corazón el que se estaba ahogando y si no lo ayudaba el mismo ¿Quién lo haría? La persona que menos pensó que lo heriría resulto la que estaba destrozando cada capa de vida que envolvía su alma.

- ¿Hace cuánto? - para su sorpresa su voz regreso a ser calmada y su volumen era tan bajo que apenas pensó que lo había dicho, también ella lucia sorprendida.

Hechiceros de sol y lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora