~Ray: After Story~ [Mystic Messenger]

Capítulo 20 - Te amo

Fueron demasiadas emociones en un solo momento, me sentía mareada, confundida, pero de algo estaba segura, esta persona junto a mí, era mi pieza clave, Saeran es lo más importante para mí, es la persona que más amo en este mundo.

Por alguna razón necesito demostrárselo.

—Saeran, llévame a casa.

Saeran: —Es un poco tarde y llegaríamos de noche, tienes que descansar, mañana temprano regresamos.

Lo beso una vez más y le repito mi petición, sin palabra alguna él entendió mi mensaje, así que subimos a su auto.

No recordaba mucho aún, y me sorprendió lo lejos que se encontraba nuestra casa, bastante alejada de la ciudad, de verdad sentí nostalgia al pasar por la entrada, estaba llena de esas preciosas flores, lirios del valle, rosas y muchas más, pero por un momento recordé el jardín de Mint Eye y se me erizó la piel.

Al bajarnos, no pude evitar ver hacia arriba, el observatorio se veía hermoso rodeado de los últimos rayos del sol.

—Vamos a ver las estrellas.
Dije a Saeran mientras caminábamos por la pequeña colina.

Saeran: —¿No quieres ir a tu habitación a descansar? Hoy has pasado por mucho.
Me dice preocupado.

Y tenía razón, mientras subíamos al observatorio, me sentí mareada y casi me resbalo, Saeran por supuesto me atrapó.

Saeran: —¿Lo ves? Volvamos a casa.

Esta vez, solo asentí con la cabeza y obedecí, Saeran me llevo hasta la casa.
De verdad sentía mucha nostalgia, extrañaba este lugar. Nos dirigimos a mi habitación donde Saeran me recostó sobre la cama.

Saeran: —Iré a preparar algo para que comas, no debes saltarte ninguna comida.

Él se levantó, pero, no quería estar sola, así que lo jale devuelta a la cama, el cayó sobre mi, me miró nervioso y sonrojado y se levantó rápidamente.

Saeran: —¿Qué estas haciendo? Ten más cuidado.
Me regañó mientras se sentaba en la cama, apoyando su espalda en la cabecera, se puso cómodo y luego dijo:

Saeran: —Ven aquí.

Sin pensarlo dos veces me moví hacía él, me acomode sobre su pecho mientras el me abrazaba y acariciaba el cabello.

—Siento que acabo de despertar de un largo sueño.

Saeran: —Siento lo mismo, aunque, no podría llamarlo sueño, más bien fue una pesadilla, así se sintió todo este tiempo sin ti.

—Saeran...

Saeran: —¿Si?

Por alguna extraña razón, siento un hormigueo en todo el cuerpo, siento que como si mis sentimientos hierven dentro de mi. Tengo la necesidad de demostrar mis sentimientos, no quiero volver a alejarme de Saeran, quiero estar unida a él. Así que trato de expresar lo que siento, aunque de manera titubeante.

—Saeran... yo... ¿puedo umm, pedirte algo?

Saeran: —Por supuesto, cumpliré lo que quieras amor. Dice mientras me da un dulce beso en la frente.

—¿No te negarás?

Saeran: —No, ¿qué es lo que quieres?

Escondo mi cara en su pecho, de verdad estoy muy avergonzada de mis sentimientos... y pensamientos, pero simplemente quiero sentir que todo estará bien. ¿Esta bien si dejo salir todo?

Respiro profundo y segundos después le hago mi egoísta petición:

—¿Podemos... hacer el amor?...

El silencio inundó la habitación, saqué valor para ver su rostro, y como lo esperaba él estaba sorprendido, sus ojos abiertos y sus mejillas bañadas en un color suave color rojo que parecía extenderse hacia sus orejas y su cuello. Parecía querer decirme algo, pero de su boca no salía sonido alguno, solo se escuchaban nuestras respiraciones.

Pensé que se negaría ante semejante idea, pero, en lugar de eso, me abrazó dulcemente y acercándose a mi oído me susurró:

Saeran: —Siempre pensé en protegerte, no quería hacerte daño bajo ninguna circunstancia, eres lo más preciado para mi, te amo demasiado, pero habían ocasiones en que te deseaba de esta manera... sentía que mi lado oscuro tomaba mi consciencia y siempre reprimía esas ideas, ahora que tu lo dices, me siento aliviado, no quería hacer nada que tu no quisieras, quería darte tu tiempo y espacio, gracias, gracias por permitirme esto.

Algunas lágrimas salieron de mis ojos.

—Saeran, de ahora en adelante no quiero que reprimas nada conmigo, te amo más que a nada en este mundo.

Saeran me mira a la cara y nuestras miradas se cruzan.

Saeran: —Si es así, entonces, déjame tomarte esta noche.

Saeran me besa dulcemente pero al mismo tiempo puedo sentir su pasión y deseo en cada beso, sus manos acarician mi cuerpo tan delicadamente haciéndome sentir como lo más preciado para él.

A media que las caricias avanzan nos deshacemos del obstáculo que nos impide estar piel con piel, me siento muy avergonzada, pero Saeran me hace sentir la persona más amada y bella del mundo, al mismo tiempo yo disfruto de la vista del hombre frente a mí, tiene muchas marcas en su cuerpo y no puedo evitar ver el tatuaje en su brazo, lo acarició, pero él me retira la mano para ponerla sobre su corazón, siento sus acelerados latidos.

Saeran: —Olvidemos de todo por esta noche.

Asiento con la cabeza y nuestro juego de amor empieza, me prepara gentilmente para el momento en el uniremos nuestros cuerpos, todo en mi se estremece con cada toque, siento que mi mente se va derritiendo poco a poco, cuando por fin, llega el dulce momento nos volvemos uno, puedo sentir el calor en mi interior, duele, pero Saeran me tranquiliza llenando de besos mi frente, ambos somos nuevos en esto, pero en este momento solo importa nuestro deseo de demostrar cuanto nos amamos.

Cuando nos acostumbramos a la sensación de estar unidos, le permito a Saeran continuar, puedo sentir cada movimiento dentro de mi haciendo que me aferre a su cuello. Algunas lágrimas salen a flote, una combinación del dolor de la primera vez con la alegría de saber que puedo estar con Saeran de esta manera demostrando nuestro amor. Y es así, como esos movimientos al principio torpes, suben de intensidad haciendo que disfrutemos más del momento pero siempre, con ese delicado cuidado que solo Saeran tiene conmigo.

Puedo ver en su rostro lo mucho que está disfrutando esto, tanto como yo, me avergüenza verlo a los ojos, pero quiero disfrutar de esa expresión que solo me muestra a mi, y quiero mostrarle este rostro que refleja el profundo amor que le tengo, esta expresión de la que solamente él es dueño.

Fundidos en un beso llegamos al clímax, juntos, felices, satisfechos de poder estar juntos de esta manera, susurrando el uno al otro: Te Amo.

Continuará...