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Domingo en la mañana. No hay nada que le guste más a Yoongi que disfrutar de un delicioso desayuno en el silencio de su hogar.
Sus padres salieron de paseo y es eso la fuente de su felicidad.

Tiene tanta hambre que casi devora los huevos estrellados y el tocino que ha preparado para llenar su estómago y nutrir al pequeño bebé que carga con cariño en su apenas crecido vientre.
Repentinamente, la agradable serenidad de la casa se ve interrumpida por el sonido que le indica que ha recibido un mensaje de texto. Toma el celular con cuidado y, por poco, sonríe al leer 'Seokjin sunbae' en las notificaciones.

"¡Buenos días, Yoonie! 💕" Incluso por mensaje es lindo, piensa. "¿Estás en casa? No me mientas~"

Claro que no, porque no podría, aunque quisiera.

"Sí" Le responde.

"Arréglate, pasaré por ti e iremos a nuestra primera cita como novios. ¿No estás emocionado?"

Primero que nada... ¿son novios? Nunca hubo una confesión como tal y eso le desagradaba un poquito.

Y, después, de ninguna manera, no estaba emocionado. Y aún así se mete a bañar para después buscar un atuendo que lo haga ver bonito, peina entonces sus negros cabellos y finalmente se aplica un poco de perfume; eso no necesariamente significaba que estaba a la expectativa, sólo era parte de su autocuidado.

—Hola, Yoonie.— Sonríe embelesado con los bellos ojos de su prometido.— ¿Estás listo? Vámonos.

El automóvil deportivo de su superior siempre le pone los nervios de punta, siente que incluso un mínimo movimiento realizado dejará un rayón en la fina piel de los asientos. Luego de unos minutos de viaje en completo silencio, llegan a un lujoso restaurante donde comen muy poca comida a un altísimo precio, el pequeño pálido no puede sentirse más incómodo e inconforme. Habría estado más contento con ir por unas cuantas piezas de kimbap.

—¿Qué hacemos aquí?— Después de la terrible comida, Seokjin lo lleva a un lindo y costoso motel, las manos de Yoongi están sudando tanto como pueden y sus piernas están a punto de ceder a su peso.— ¿Sunbae? ¿Por qué vinimos a este lugar?

Pero los ojos del mayor lucen oscuros mientras se acerca al pelinegro. Comienza acariciando la suave mejilla del otro y su cálida mano baja hasta cuello contrario.

—Quiero hacerlo, Yoonie...— Sin notarlo, sus alientos están mezclándose de lo cerca que se encuentran el uno del otro. Yoongi continúa confundido en el momento en que sus labios chocan con los ajenos y éstos comienzan a moverse son sensualidad.— Sunbae quiere hacerlo.

—Pero... n-no...— Ni siquiera puede terminar su frase cuando la mano de Seokjin ya se ha colado por su súeter y está acariciando la piel de su cintura. Quiere apartarlo, pero su cuerpo no le obedece.

—Pronto seremos esposos, Yoonie...— ¿Tenía que sentirse obligado por esa simple razón? Al parecer sí. Algo le decía que, porque pronto contraerían matrimonio, debería entregarse a él aunque no lo deseara del todo.— Déjame, ¿sí?

Al final cede, porque la temperatura de su cuerpo también estaba elevándose y debido a sus dulces pero asustados gemidos no se lo pudo ocultar a Seokjin. El castaño no desaprovecha la oportunidad y se da prisa en absolutamente todo, tanto que el frágil cuerpo de Yoongi paga las consecuencias.

—¿Deberíamos sólo usar el jacuzzi, Yoon?— No podía ni pensar, el punzante dolor en sus caderas era casi insoportable.

—Claro.

Se mete él primero con cuidado de no resbalar, irónicamente aún avergonzado de mostrar su desnudes con quién le arrebató su primera vez de la manera más sucia posible.
Explora con la mirada el resto del cuarto de baño perdiendo de vista al mayor en el proceso; cuando sus ojos vuelven a toparse con Seokjin, que ahora estaba sin ropa alguna y entrando a la tina, sus pálidas mejillas se tornaron de un adorable color rosa y no puede hacer más que dirigir la vista a otro lugar excepto el trabajado abdomen del castaño o todo lo que había unos cuantos centímetros debajo de éste.

—¿La temperatura está bien, Yoongi?

—¿E-Eh? Ah, sí...— Carraspea agradecido de que la espuma cubriera sus hinchados pezones.

—¿Quieres que te ayude?

—Si tú quieres...— Aún con los nervios a flote, se coloca dándole la espalda a Seokjin. Pronto, las cálidas y gentiles manos ajenas le pusieron shampoo en los cabellos y el suave masaje en su cuero cabelludo comienza.

Cuando al fin queda limpio agradece debidamente, dudando en si ofrecerse para hacer lo mismo o no.

—¿Te gustaría que... yo también...?— Al final, llega a la conclusión de que le debía el favor.

—¡Sí, adelante!

La misma pocisión, pero ahora con los papeles invertidos. La ancha espalda del más alto le resultaba atractiva incluso a Yoongi. Aún sonrojado inicia los movimientos para enjabonar la anatomía contraria y todo iba normal, hasta que sus rodillas se resbalaron sin más, su cuerpo se fue hacia adelante y en su vago intento de sostenerse, una de sus manos se aferraron al firme glúteo de Seokjin.

Rogó porque todo fuera una pesadilla, una muy mala.

—¡Yoongi!— El castaño se da la vuelta para mirarlo con la cara roja.— Si... deseabas tocarme pudiste sólo decírmelo.

—¡¿Qué demonios?! ¡No quiero tocarte, por poco me caigo!

—Sí, claro.— El tono burlón no le agrada del todo.— Ven aquí, Yoonie.

Entonces, fue pocisionado en el desnudo regazo del mayor y su delgado cuerpo envuelto por los brazos del mismo.

—¿Puedes cerrar los ojos, por favor?— Por alguna razón le gustaba este Seokjin, el dulce hombre con ojos brillantes y gentiles.— Tengo un regalo para ti.

Asiente, procediendo a hacer lo que se le pide. El castaño se mueve un poco y el sonido del roce de tela se hace presente, parece que estuviera buscando algo en su bata.

—¡Listo, ábrelos ya!— Cuando puede ver de nuevo, un brillante anillo en una elegante pero pequeña caja frente a su rostro lo deja perplejo.

—¿Sunbae? ¿Esto qué...?

—¿Quisieras casarte conmigo, Yoonie? Te amo, te amo más que a mi vida.— Bueno, eso quizá lo conmovió mucho.— ¿Quieres pasar el resto de tu existencia a mi lado?

No lo piensa debidamente ni le da vueltas al asunto, estaba enamorado y tal vez eso le nublaba la mente.

—Sí.

Un cariñoso beso para acompañar el momento en el que sus desgracias se hicieron cada vez peores.

La vida de Yoongi // JinSuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora