10

1.2K 124 27
                                    

—Bienvenido, joven maestro.— Un hombre mayor los saluda con una reverencia de noventa grados, detrás de él están tres mujeres que igualan su postura.— Y bienvenido, joven Yoongi.

—Ah, sí, buenos días.— Está tan nervioso que también realiza una reverencia, pero el castaño hombre a su lado lo rectifica en un instante.

—¿Deberíamos pasar?

—Adelante, mi señor.

Yoongi camina detrás de Seokjin, sus ojos por poco no dan crédito a lo que observa; se siente en un drama histórico, específicamente en la escena en la que el protagonista ingresa en el Gyeongbokjung. La casa es enorme de época, el jardín es hermoso y todo sería como en cuento de hadas si no estuviera a punto de vomitar debido a los nervios.

—¡Finalmente llegan!

Un fuerte sonrojo se apodera de sus mejillas al observar a la bella mujer castaña que los recibe con una enorme sonrisa antes de abrazar con fuerza al más alto.

—¿Cómo has estado, madre?

—No mejor que tú, querido.— La mirada de la fémina se centra en el apartado jovencito que la observa con cautela.— Tú debes ser el querido Yoonie de mi Seokjin.

Ni siquiera le dio tiempo de reaccionar, a los segundos ya estaba siendo estrechado en los brazos de su suegra.

—Un gusto, señora.

—¡No me digas señora, sólo llámame madre o Yoona!

Sonríe menos incómodo que cuando entró, entonces su mano es tomada por el padre de su hijo y es dirigido hasta uno de los sofás, ambos chicos se sientan con cuidado y la castaña también lo hace frente a ellos.

—Seokjinie me ha hablado muchísimo de ti.

—¿De verdad?

—¡Por supuesto, y me apena bastante que hayas tenido que hacer un viaje tan largo en tu estado!

Mira confundido a su sunbae, este solo le sonríe adorablemente y posa su propia mano en su espalda.

—¿Mi estado?— Ha comenzado a sudar, como si le avergonzara que la madre de su prometido sepa de su embarazo.

—Sí, mi hijo me contó que estás embarazado. Comprenderás que ahora eres la adoración de esta familia ¿no?— Yoongi palidece aún más, la situación no le agrada.— Gracias a ti nuestro legado continuará, querido.

Seokjin solo asiente alegre, igual o más feliz de que su familia se agrande.

—Muchas gracias, Yoongi. Dejo en tus manos a mi más preciado tesoro, a mi bebé.

Su respiración se ha vuelto inestable, preocupando a los otros adultos a su alrededor.

—¿Te sientes bien, Yoonie?— Mira a los brillantes pero preocupados ojos de Seokjin, le agrada lo que ve pero tiene que negar.

—¡Llama al doctor!

—No es necesario, sólo estoy nervioso.— Una risita sale de sus labios.— Ya se me está pasando.

—Ya veo. Nos asustaste mucho.— La cálida mano de su sunbae sigue acariciando con cariño su espalda.— Por cierto, no podrás conocer a tu suegro hoy, está bastante ocupado. Será mejor que regresen pronto para que te sientas más tranquilo.

Yoona camina con elegancia hasta el sofá en el que se encuentran los jóvenes.

—Tengo distintos asuntos pendientes. Cuídate mucho, Yoonginie, nos veremos hasta la boda.— Abraza con legítimo cariño a su yerno.— Y tú también cuida mucho de él, hijo.

—Claro que lo haré.

—Hasta luego, suegra.— Sonríe como puede e inclina un poco la cabeza, observando cómo la esbelta mujer sale por la puerta principal; fue mucho más fácil de lo que imaginó.

—¿Ya te sientes mejor?

—Ah, sí.— Queda justo frente a su mayor, que lo mira con un brillo distinto en los ojos.— Gracias, sunbae.

El castaño asiente, acercándose de a poco al rostro contrario. Yoongi tiene que retroceder tanto como se lo permite el estar sentado.

—Sólo un beso, ¿sí, Yoonie?

El tono de voz empleado, sumado a la linda expresión de Seokjin mientras se acerca aún más. Así que cede, se queda completamente quieto con los ojos cerrados cuando siente cómo sus labios chocan con los contrarios y estos comienzan a moverse lentamente. Unos segundos después, en el momento en el que ya se estaba acostumbrando y no le parece para nada desagradable, la lengua del castaño intenta meterse en su boca, duda un poco pero finalmente se lo permite.

Así transcurrieron unos cuantos minutos, con apasionados besos, momentos para tomar aire, sonrisas por parte de Seokjin, suspiros de Yoongi, algunas caricias del mayor y varios sonrojos del pelinegro como respuesta.

—Te amo, Yoonie, te amo tanto.

Pero él no contesta, solo desvía la mirada antes de salir de la gran casa de los Kim.

La vida de Yoongi // JinSuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora