Parte 4: El tercer golpe

456 16 57
                                    

— Eres una puta bocazas — acusó Iván a Vikki en una clase

— Oye que yo nunca se lo he dicho a nadie, ¿eh? — Victoria le respondió en un susurro rápido — La única persona que lo sabía era Cayetano, Iván.

— Ya. — Iván asintió incrédulo. No le creía nada.

Vikki siguió hablando — Pero nadie más

Esto había sido el primer empujón que le había dado Cayetano a Julia para que los chicos empezaran a creerle. ¿Como habría sabido esto Julia de otra manera? ¿Quien se lo dijo, si se supone que nadie además de Cayetano lo sabía... y ni Victoria ni Iván habían abierto la boca jamás?

Los chicos habían empezado a sembrar sus dudas, pero Iván aún no se tragaba ni media palabra. Julia ya no sabía que hacer, lo había intentado todo. Cayetano le había advertido que no le creerían, pero nunca pensó que sería tan difícil. Hasta que buscó a Roque, y de todos ellos, era quién más confianza tenía en Julia.

Aún después de haber pensado que estaba loca, Roque por fin creyó en sus palabras.

— Iván — lo llamó un día en los pasillos

— Roque — Ivan recostó su brazo en la pared con una sonrisa

— Creo que Julia dice la verdad. — le dijo de repente — Me ha jurado que ve a Cayetano.

Iván echó su cabeza hacia atrás. — Ah... que te lo ha jurado — asintió — Mira Roque... te juro que eres gilipollas, te lo juro.

— ¿Pero tú de que vas, tío? — preguntó Roque cuando Iván empezó a caminar delante de él — ¿Te crees que esto para mí es fácil o que?

— Mira... a ti lo qué te pasa es que te mola la payasa esa y pierdes el culo por seguirle el rollo. Pero Roque, date cuenta que se va a reír en tu puta cara, no te vas a comer ni un rosco.

Roque empezó a seguirlo mientras negaba con la cabeza — No, Iván. Lo que me pasa es que se trata de Cayetano, ¿te acuerdas? Nuestro mejor amigo. Y si Julia puede ayudarnos a encontrar al cabrón que le mató... yo creo que merece la pena intentarlo.

Iván suspiró mirando al enano con una media sonrisa de mofa y le dió unos golpecitos en la cabeza — A ti se te va un poquito...

— ¡Joder, Iván! — tiró de su brazo cuando vio que estuvo a punto de irse — Que no nos cuesta nada escucharla. No nos cuesta nada

Iván calló mirando a su amigo con la expresión ahora más seria. No podía creer que estuviera reconsiderando la idea, pero muy en el fondo lo estaba.

— Hazlo por mí. — pidió Roque finalmente

Iván miró hacia delante. Por él. Lo haría solo por él.

O al menos de eso trato de convencerse cuando accedió a reunirse con los demás en la habitación para "jugar" a la Ouija. Pero esta había sido la forma que Julia había encontrado para que le creyeran... que lo vieran todo por si mismos.

Todos habían aceptado. Después de tantas insistencias, Carolina y Vikki habían empezado a creerle. ¿Que tal si al final de cuentas no estaba tan loca como pensaban? ¿Que tal si decía la verdad?

Para demostrarlo, se sentaron todos en el suelo con una tabla de Ouija en el centro y colocaron sus dedos encima de un vaso de vidrio. El único que no estaba en la habitación era Marcos.

— ¿Enserio creéis que esto va a servir de algo? — Ivan volvió a recriminar

Roque suspiró. — ¿Te quieres callar y poner el puto dedo en el vaso, Iván?

La historia de Iván & Julia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora