Parte 1: El inicio

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Una historia se cuenta mejor desde el principio, pero el principio de Iván y Julia no fue el más agradable de todos.

Julia había perdido muchos rumbos a lo largo de su vida, y el más reciente había sido al lado de su padrastro, con quien compartía una historia confusa, pero no podía durar para siempre. Julia llegó al internado por primera vez en el peor momento de su vida, escapando de los errores pero buscando respuestas. Detrás de su burbuja vestida de ganas de llamar la atención, Julia escondía un corazón intrépido, cariñoso, simpático, aunque poco tolerante, pero carismático, luchador y sobre todo sincero.

Desde que el padre de Julia murió, ella desarrolló un don especial: era capaz de ver fantasmas. Personas que han muerto y que se presentan ante Julia para desvelarle algo importante. Su madre nunca le creyó, y pensaba que estaba alucinando tras la muerte de su padre, así que la envió a un psiquiátrico, pero esto solo empeoró las cosas. Julia aprendió a forzar sus instintos para querer llamar la atención de quienes más le importaban, lo único que quería, era que alguien por fin creyera en sus palabras. Sus métodos aveces eran un poco cínicos, y la relación con su padrastro fue el límite para su madre, lo que la llevó a enviarla a ese Internado.

Tras un castigo en el internado, "el club de los cinco" intentaban limpiar el vandalismo que había quedado por los pasillos. No había espacio para quejas, y todavía les quedaba muchas paredes que limpiar. Esto fue cuando la puerta se abrió y Carol se echó hacia atrás con un suspiro de resignación, un hombre uniformado entró con un par de maletas grandes y tras él una chica vestida de negro y los brazos cruzados sobre su pecho había entrado por primera vez al Internado Laguna Negra.

El sonido de la puerta abriéndose llamó la atención de Iván, quien se giró con curiosidad para ver quien había entrado. Pero no había sido el único, las miradas de todos los chicos estaban ahora sobre "la chica nueva" y Roque especialmente, que se había quedado deslumbrado en cuanto la vio llegar. Había sido una de las chicas más guapas que había visto en mucho tiempo, y eso lo supo solo con los primeros cinco segundos de haberla visto. Uno de sus mejores amigos, Iván, se acercó a él por detrás y rodeó sus hombros con sus brazos mientras los dos miraban a la chica nueva con ojo curioso.

Julia le dió una sonrisa forzada al hombre uniformado que le había ayudado a entrar sus maletas y le dió una rápida mirada a su nuevo "hogar"

Roque se adelantó hacia ella antes de que subieran sus maletas. — Oye — llamó su atención de inmediato, Julia tuvo que bajar su cabeza para mirarle mejor, su estatura no ayudaba mucho, Iván lo había bautizado como "enano" — Que si quieres te las subo yo.

Julia tenía una mirada de pocos amigos, y no era para menos, su situación era un desastre en ese momento y para lo que menos tenía humor era para intentos de caballerosidad. Los amigos de Roque se rieron en voz baja y supieron de inmediato que Julia lo había flechado.

No dijo nada y siguió al mayordomo escaleras arriba hacia su nueva habitación, y Roque se echó hacia atrás con una risa vencida.

Julia compartió habitación con Carolina y Victoria, las dos chicas del "club de los cinco" y nada más llegar, se intentó escapar por la ventana de su habitación.

Lo único que Julia quería en ese preciso momento era ir a ver a su padrastro, y sus primeros pasos en El Internado no fueron los más afortunados para intentar escaparse. Quería llamar la atención, y todo le daba igual estando en un sitio donde nadie la conocía y del que pensaba salir en cuanto tuviera la oportunidad, Julia no pensaba quedarse allí mucho tiempo. Ella era suficientemente segura de si misma, valiente, sufridora, inteligente y auténtica, pero no todo sale bien a la primera. En una frase: "Una alumna con el alma partida entre lo que ve y lo que siente".

La historia de Iván & Julia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora