La sentencia

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Hades

Después de una larga espera los jueces entran a la sala, todos con sus típicas miradas frías, sin emociones ni preocupacion por los demás. los ojos de Eaco demuestran cansancio, en ocasiones es difícil que los 3 estén de acuerdo en la sentencia, Radamamtis demuestra la clara expresión de molestia, mientras que Minos por su lado sigue pensando en sí es lo correcto

Eaco - orden, silencio y
atención - dice en un tono de voz alto, lo suficiente como para estremecer a más de uno, su autoridad se marca en su voz que incluso yo me siento intimidado por él

Radamamtis - la decisión esta tomada - dice tan calmado, sin darle importancia a nadie en la sala, los tres tienen temperamentos similares, pero sin duda el más relajado es Radamamtis

Minos - señorita Mente de un paso a delante - dice mirándola a los ojos, su mirada cargada de frialdad, esa mirada que te dice todo con tan solo tenerla en ti, la mirada de Minos te hace sentir siempre una culpa inesperada, sientes el peso de tus pecados sobre ti

Radamamtis - el amor a sido su mayor pecado, daño una relación donde el amor reinaba, se atrevió a manipular todo a su favor con tan de conseguir su propósito sin pensar en el daño hecho - dice tan frío, tan severo, tan intimidante que todos sentimos ese aura que solo él tiene, haciendonos desear nunca ser juzgados por él y eso ojos tan fríos que aperentan cansancio

Eaco - usted fue despiadada como ninguna, hundiendo en su propia miseria a dos Dioses que se amaban - dice con la mira perdida en la pequeña sala, dice mientras se acomoda en su asiento, dejado caer su espalda así adelante, mientras su mano derecha sostiene su mentón, su voz es tan neutral, como si esto no le importara, él siempre es el mas severo y justo de los 3 jueces pero su actitud de poca importancia lo hace aún más intimidante que Radamamtis o Minos

Minos - no exiga piedad - dice adelantándose a lo que sea que fuera a decir mente, ya que se quedó en un suspiró su intento de hablar, su expresión es tan fría, parece molesto, pero es un poco difícil definir ese sentimiento, es como esa mirada amarga que le das a alguien que odias pero que finges todavía estar bien con él para no levantar sospechas

Radamamtis - claro que el señor Hades también cometió errores y también será castigado, somos severos si no lo puedo negar pero también somos justos - dice mientras me lanza una mirada inquisitora, tan penetrante que sentí como si un cuchillo me atravesará el pecho y se deslizara por todo mi tórax hasta llegar a mi estómago donde se detiene para agitarse de manera violenta, pero rápidamente el contacto visual se fue Radamamtis posa sus ojos en el suelo, su postura se hace perezosa dejado caer de su dorso en el asiento, mientras su mano izquierda es colocada en su frente

Eaco - ya que no es una sombra no la podemos mandar al Tártaro, su castigo será el exilió, no podrá recibir ayuda de nadie, ni contacto con nadie, el día que muera su castigo será no entrar al tártaro ni a los campos silicios - dice frío, con tanta severidad cargada en su voz que un pequeño silencio incómodo se crea en la sala haciendo que el sonido de trago de Ares se escuche por completo, todos se miran con caras de horror pues no existe peor castigo que el exilio incluso para un dios es algo difícil de digerir los exilios, solo basta con ver el rostro de Ares para dacer una idea de lo mal que es un exilio

Mente - ¿todo por amar a alguien? pero si fuera un dios no sería este su castigo, incluso lo premiarán ¿no es verdad? - dice con un tono molesto, caminando a la desperacion más grande que puedo existir en ella, sus ojos buscado una alma que aboge por ella e intervenga y pida piedad, se que esa alma soy yo pero esta ves me limitaré a solo mirarla en silencio y dejar que los jueces hagan lo suyo sin ser una molestia.

Hera - el amor no daña niña estúpida, el amor libera el amor te complementa con la otra mitad, esto no es amor es tu mero capricho - dice con un tono amargo, con nostalgia y dolor, dejando que el amargo recuerdo del sentimiento cálido que alguna vez embriago su corazón salga en forma de lágrimas, lágrimas rancias y dolorosas, su voz se hace un podo grabe quitándole el dulce sonido a su voz, poniendo mi cerebro a recordar lo feliz que fue y lo enamorada que estaba, eso, eso generó un dolor en mi pecho inexplicable.

un caos nace  en miDonde viven las historias. Descúbrelo ahora