un caos nace en mi

Sol oscuro

Hermes

El cielo estaba en luto, su color claro y cálido estaba totalmente ausente, el sol no estaba posicionado en su lugar, pero no sólo Helios estaba molesto, Gea, Poseidon, Demeter todos y cada uno estaban desquitando su ira de una u otra manera.

Hermes - esto es lo que ocasiona la impertinencia de un dios lleno de capricho - digo para mí mismo, decepcionado de todo lo que veo a mi paso. Puedo ver a lo lejos la cueva que me lleva al inframundo me siento aliviado y menos preocupado, seguramente Hecate tendrá la solución a este desastre, y seguramente Hecate quiera matarme, lo cual no la culpo de quererlo hacerlo.

Me siento angustiado por el tio Hades, por Hera, por Kore, Demeter da miedo pero también me angustia, mi amada tía Hestia y Artimisa; claramente esta situación no es fácil de sobre llevar; Artemisa perdió mucho de la noche a la mañana y bueno todos hemos perdido algo, ese sentimiento que te hace sentir tan pequeño, aplastado y derrotado lo puedo compartir con Artimasa, ella parece fuerte y valiente pero en el fondo sigue siendo una niña, ella no aprendió a ser fuerte de la noche a la mañana, a ella la obligaron a ser fuerte, Hera estaba en constante ataque que era necesario aprender a defenderse, Artemisa tenía a Apolo como apoyo emocional, y si para los ojos de muchos Apolo era un engreído, que sentía ser el centro del universo pero era bueno solucionando problemas y era muy amable con aquel que apresiara el arte o la naturaleza, era sensible creo que por eso Artemisa hablaba con él todo el tiempo que les pudieran dar juntos

Sin darme cuenta de todo lo que he recorrido por estar atrapado en mis pensamientos, al fin estoy en el inframundo y siento alegría en mi corazón, algo me dice que estara todo bien, necesito llegar a ella y pedirle que me ayude, la busco por cada esquina y no encuentro rastro alguno sigo caminando por el inframundo

Hermes - vaya cuantas almas - digo en total sorpresa, pues ni con los genocidios de Deméter, Hera o el mismo Zeus se habían acumulado tantas almas como hoy

Hecate - es a causa del capricho de una diosa - dice la voz más dulce para mis oídos, mis ojos se encuentran con los suyos y ella pinta una cara de desagrado al verme llegar sólo, es como si estuviera desepcionada de mi

Hermes - se que tus ordenes fueron que no regresara hasta que la tragiera de nuevo pero... Ella esta a punto de hacer un ritual y creo... - digo nervioso, su cara está llena de ira y algo en ella se ve disgusta pero al mismo tiempo preocupada, no me deja terminar ni la mitad de mi explicación

Hecate - ¿que clase de ritual? - dice con gran angustia, no puedo responder a eso, pues no se que clase de ritual hará

Hermes - no se, solo se que ella esta en Grecia en el templo favorito de Apolo a punto de iniciar un ritual - digo con los ojos puestos en la nada nunca antes me avía sentido tan intrigado y débil como en estos momentos, su mirada fría y perdía me inquieta más que cualquier cosa pues no puede ser nada bueno, en si nada bueno sale de nosotros

Hecate - estamos jodidos, estamos simplemente jodidos - dice en desesperación y angustia sus ojos quieren romper en llanto pero ella es muy valiente como para hacerlo

Hermes - no podemos solo ir a detenerla? - inquiero curioso y nervioso, se que suena estúpido pero es la única respuesta que tengo

Hecate - no hermes no solo puedo ir a quitarle un libro y tratar de frenar algo que ya invoco - dice con la voz quebrada, llena de angustia, sus ojos juegan como si la ayudarán a encontrar algún hilo suelto de dónde empezar a deshilar y encontrar una respuesta más lógica

Hermes - ¿de que hablas ? ¿algo que ya invoco? - digo nervioso, no se cómo funciona las cosas de brujas ni las cosas del Hades respecto a la muerte misma