CAPITULO 4

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Parada junto a mi tocador se encontraba una mujer. No era Anabeth. No era mi madre. Era una mujer de cabello cafe intenso, en la parte lateral le faltaba cráneo y se asomaba su cerebro. Sus ojos eran rojo vivo, y de ellos brotaba sangre como lagrimas, debajo del ojo izquierdo habia un corte largo y profundo. Su boca era horrible, pues le faltaba parte de labio, los dientes estaban llenos de sangre seca. en su cuello se observaba una parte de la tráquea y su blusa tenia sangre.estaba comiendose desesperadamente un hermoso gato persa. Del miedo, me pare como un rayo de la cama y me dirigí a la puerta,  en eso la mujer dejo al gato en el tocador y mas veloz que la liz llego hasta mi y con gran fuerza me empujo al suelo, mientras me recuperaba del golpe, ella de nuevo se abalanzó sobre mí y me levanto del suelo mientra me lanzaba a la cama. Cuando aterrizé me hice un ovillo.

-hola Lea- me dijo con una voz angelical y sonriendo ampliamente

Llena de miedo me quede callada

-¡Responde!!- dijo al tiempo que jalaba mis cobijas.

-hola- respondi al borde de un ataque de pánico-¿que quieres de mi?

- soy marie- dijo sin responder a mi pregunta, mientras se dirigía al tocador y tomaba de nuevo al gato, pude observar las gran mancha de sangre en el mueble- estoy aquí para que me ayudes a regresar al mundo de los vivos, y para eso te necesito

-¿como pretendes que lo haga?

-sencillo, tienes que cumplirme 22 deseos nada agradables- respondio con una horrible sonrisa mientras le daba otro mordisco al gato.

22 deseosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora