El silencio inundo la habitación, ambos hombres mantenían contacto visual, los ojos esmeraldas se mostraban inexpresivos, pero algo en ellos quería demostrar otra cosa mientras que los zafiros estaban abiertos de par en par con sorpresa, sin embargo, el sentimiento de descontento se vio reflejado en los mismos.
Leo: No hare eso —Sus manos estaban hechas puño.— No te dejare hacer esto solo, Rafael
Rafa: No es cómo si tuvieras otra opción, Leonardo —Frunció más su ceño, apretando los dientes.—
Leo: Soy tu compañero —Bajó la mirada, intentando no perder la calma.—
Rafa: Eso no justi- —Las palmas del menor azotaron con fuerza sobre su escritorio, haciéndolo callar.—
Leo: ¡Somos compañeros! —Su mirada parecía suplicante.— ¡Somos un equipo! ¡No puedes ir a hacer misiones tu solo!
Rafa: ¡Claro que puedo! —Se levanto de igual manera, mirando un poco hacia abajo para seguir viendo directo al rostro ajeno.— ¡No te llevare! ¡Ya esta decidido!
Leo: ¡No recuerdo haber estado de acuerdo con esa decisión! —Ahora frunció su ceño, enderezándose.—
Era la primera vez en algunos meses que Rafael quería parar aquella discusión, la determinación del pelinegro-azulado era demasiada lo cual lo hacía sentir extraño, Leonardo se había vuelto importante para él, pero aún no estaba listo para aceptarlo y mucho menos ante el desastre que se venía para todos en la estación. Sentía que debía protegerlo, pero aún estaba procesando todo que decir en esos momentos cualquier cosa podría resultar en lo peor, estaba dispuesto a tomar el riesgo.
Leo: ¿¡Por qué otra- —No continuó ante ahora el golpe del puño de su superior sobre el escritorio.—
Rafa: ¡No te necesito! —Dijo con repulsión, sin embargo, el sentimiento de culpa le revolvió el estomago.— ¡Jamás te necesite! ¡No te quiero de compañero! ¡Lárgate ahora! ¡Estas fuera de este caso!
Otra vez silencio, el pelirrojo pudo notar cómo los ojos del menor parecieron cristalizarse, pero Leonardo no dejo que lo viera más ya que se dio la media vuelta, saliendo lo más rápido que pudo de esa oficina, azotando la puerta tras de sí. El sentimiento de culpa de nuevo le recorrió, un suspiro cansado salió de los labios del pelirrojo que se dejó caer en su silla, cubriendo su rostro con ambas manos, teniendo la imagen del rostro triste y decepcionado de Leonardo plasmada en su mente.
El pelinegro-azulado salió de la oficina, aguantando sus lágrimas mientras iba en camino a los sanitarios, evitando a toda costa cualquier mirada de algún otro oficial; Llegando a los sanitarios se encerró en uno de los baños, respirando profundo para que sus sollozos no fueran más audibles puesto que no pudo contener más sus lágrimas. Se sentía cómo un ridículo adolescente en esa situación, pero las palabras del pelirrojo resonaban en su cabeza cómo si se las estuvieran diciendo a gritos al oído.
LH: ¿Leonardo? —Se escucho por lo bajo y cómo cerraba la puerta.— Le he puesto seguro, nadie entrara.... ¿Estas bien?
Leo: ....Sniff.. —Dejó escapar aquel sollozo, levantándose de la taza y abrir la puerta.—
LH: Oh mi amigo —Se acerco al menor, colocando una mano en su hombro.—
Quizá fue impulso de cómo se sentía, no quería verse cómo un niño pero no pudo controlarlo así que termino por abrazar al gran hombre, suspirando entrecortado en un intento de calmarse. El de las cicatrices no se negó ni lo apartó, correspondió al abrazo y le dio unas palmaditas en la espalda. Aun no se tomaba el tiempo de conocer a Leonardo, pero si conocía a Rafael, algo dentro de él le decía que cualquier cosa que haya pasado no debía ser así.
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𝑻𝑴𝑵𝑻 ➼『 𝐍𝐮𝐞𝐯𝐨 𝐜𝐨𝐦𝐩𝐚𝐧̃𝐞𝐫𝐨 』
De TodoAU HUMANS YAOI Ser agente del FBI no es fácil y menos cuando eres uno de los mejores, eso Rafael lo tuvo muy en claro una noche. Tras una tragedia y unos meses después, uno de los mas peligrosos mafiosos de la ciudad regresa y pone en peligro la seg...