Capitulo 5

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El criminal Bradford, después de que atendieran sus heridas, fue llevado a prisión, una prisión en las afueras de la ciudad donde mantenían a los prisioneros mas peligrosos o de cadena perpetua, máxima seguridad. Era escoltado por tres policías que lo llevaron hasta su celda, al quitarle las esposas lo arrojaron con brusquedad dentro del pequeño cuarto y sin decir alguna palabra cerraron la celda para seguido marcharse.

Una risa inundo el área, el hombre en el suelo se levanto y sacudió su uniforme naranja mientras tenia el ceño fruncido y sus ojos puestos en su compañero de celda, el sujeto de complexión delgada pero ágil, piel oscura y cabellera afro se reí mientras permanecía sentado en una de las camas.

Bradford: Claro, no hay mayor tortura que esto —Se cruzo de brazos con rotundo tono de fastidio en su voz.—

Xever: También me da gusto verte, amigo mio —Coloco una mano bajo su mentón aun manteniéndose burlón.— Se nota tu cálida bienvenida

Bradford: Miguel Angel pega fuerte —Pasea un poco al rededor del cuarto.— ¿Cuanto llevas aquí? ¿Tres? ¿Cuatro años? Perdí la cuenta desde que te atraparon

Xever: Cuatro —Se encogió de hombros.— Pero no me cambies el tema, ¿Le dijiste algo al rubio ese?

Bradford: Solo la parte del plan que sucederá justo ahora —Soltó una suave carcajada.—

Xever: ¿Tan fácil nos van a sacar de aquí? —Se removió en la cama hasta quedar pegado a la pared.— 

Bradford: Tranquilo, amigo —Tomo asiento en la cama frente al contrario.— Ten un poco de confianza en nuestro bando

Xever: No gracias, tardaron demasiado en venir por mi y ¿Ahora quieres que confié? —Lo mira con notable indignación.—

Bradford: Pero que rencoroso —Rodo los ojos y negó un poco con la cabeza.—

Los tacones de los botines negros resonaban con firmeza en el mosaico del piso, la mujer de oscura cabellera oscura y lacia, su maquillaje de sombras moradas la hacían resaltar con gran estilo y sus grandes de color miel claro, casi de un tono amarillo le daban una esencia malvada pero la verdad tenia una gran personalidad, quizá presumida pero lograba tener un buen encanto, Shinigami es una hermosa mujer.

La mujer iba a paso apresurado en dirección al departamento de terrorismo, estaba disfrutando de un buen papeleo antes de ser llamada con desespero a través de su radio por parte de su colega, sin duda una emergencia.

Al llegar al departamento, se sorprendió al encontrarse con los demás integrantes gritarse mutuamente de que deberían hacer, se encamino hasta la computadora donde se encontraba la principal de todo aquel revoltijo. Rodeo a los dos hombres que estaban con su colega, era raro que los dos mejores agentes de la comisaria estuvieran ahí, y a su vista la mujer de corto cabello teñido de la parte inferior de color rubio se veía atareada.

Rafa: ¿Estas seguro que esas son las coordenadas? —Pregunto una vez mas al rubio.—

Mikey: Por enésima vez ¡Si! —Llevo sus manos a sus mejillas y las estiro hacia abajo.— No es mi culpa que Karai no las anote bien

Karai: ¡Eres un maldito mal agradecido! —Sin pensarlo dos veces le dio una patada en la rodilla.— ¡Tu me las diste mal en primer lugar!

Mikey: ¡Aaah! ¡Un medico! —Se tira al suelo mientras roma su rodilla lastimada.—

Shini: Si alguien fuera tan amable de informarme —Se recargo sobre el escritorio.—

Karai: Shini, querida, ve por tus cosas —Le ordeno sin mirarla.—

𝑻𝑴𝑵𝑻 ➼『 𝐍𝐮𝐞𝐯𝐨 𝐜𝐨𝐦𝐩𝐚𝐧̃𝐞𝐫𝐨 』Where stories live. Discover now