La noche pasó tranquila, Mina no escucho ruidos de la más pequeña entonces pudo dormir plácidamente.En cuanto a la Menor, bueno, ella posiblemente no tenía mucha memoria de lo que había pasado. Y tuvo una noche buena, A pesar de no quedar tal como Mina la dejó, estaba doblada y con las cobijas desacomodadas, además de una en el suelo.
Al día siguiente Mina despertó como si nada, no estaba cansada porque había dormido lo suficiente y claro, ella no había bebido de más. Se preparó el desayuno acompañado de el habitual café y se dedicó a mirar las noticias mientras desayunaba.
Durante todo este tiempo Chae siguió durmiendo, y Mina no la molestó, ni le acomodó las cobijas, ni le prestó atención.
Luego de desayunar se fue a tomar un baño y vestirse para la ocasión. No era un día importante, esos días ya no eran así. Era tan prestigiosa que la contrataban para tantos eventos de lujo que ya no parecía especial para ella asistir a esa clase de eventos.
Cuando Mina ya tenía todo listo sólo se sentó en el sillón frente a su televisor, tomó un control de su Nintendo switch y se puso a jugar unas cuantas partidas de Mario Kart antes de irse al trabajo.
Luego de un rato de juegos, y tomando en cuenta que aún le sobraba tiempo se sentó frente a Chae para mirar.
Simplemente la miraba dormir con la boca abierta y el cabello increíblemente despeinado y además con un poco de baba saliéndole de la boca, nunca le había tocado mirar a alguien dormir así. Y bueno, además de todo eso estaba soltando suaves ronquidos, no tan altos pero igual roncando.
Ahí se quedó unos minutos frente a ella, sin hacer ruido y casi sin moverse, a penas lo hacía para darle un sorbo a su café y ladeaba la cabeza a un lado, seguía sin tener interés en ella pero igualmente daba curiosidad como una persona podía dormir... Así.
En un momento Chae roncó tan fuerte que Mina saltó en su lugar, y bueno, ella misma se despertó. Asustada de el propio ronquido, luego se asustó aún más al mirar a Mina frente a ella, y ahora además de estar asustada, estaba nerviosa.
— ¿Me estuviste mirando todo este tiempo mientras dormía? — Preguntó Chae aún adormilada pero incorporándose poco a poco.
Mina rió ante la torpeza de Chae, en realidad esperaba que sólo fuera causa de que acababa de despertar y no porque realmente fuera torpe.
— ¿Qué otra cosa crees que estaría haciendo frente a ti? — respondió con otra pregunta.
Chaeyoung sólo desvío la mirada al techo mientras que se rascaba la cabeza ya sentada después de limpiarse la baba. Mina se levantó a la cocina para dejar la taza vacía dónde había tomado su café.
— ¿Cómo terminé en tu casa? — preguntó Chae, a pesar de que realmente fuera una desconocida, tenía confianza en Mina aunque lo único que había hecho fuera haberse emborrachado con ella. — bueno, no importa, de cualquier manera gracias. — además la casa de Mina no parecía un lugar peligroso, estaba limpia, ordenada y además iluminada.
— Pues, ayer terminaste tan borracha que no recordabas tu dirección, así que tuve que traerte aquí, era mejor a dejarte en la calle. — respondió Mina y Chae se quedó en silencio, tal vez estaba pensando. — bueno, ¿Quieres un café?
Y en ese momento Chaeyoung entró en razón, levantó su teléfono y miró la hora.
— ¡No puede ser! ¡es tan tarde! AHHH — se levantó de golpe a la vez que repetía eso sin parar, sólo se puso a buscar sus cosas.
Mina sólo la miraba mientras aguantaba sus ganas de reír, era divertido tener a alguien tan jóven y alegre cerca.
— Hoy era un día importante para ti, ¿No? — dijo Mina siguiéndola con la mirada por toda la casa buscando su bolsa.
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Hard Time for Love. -𝓜𝓲𝓬𝓱𝓪𝓮𝓷𝓰
Sonstiges- ¿desconfías de mi? - preguntó, no podía confiar en alguien con quién no fuera mutuo el pensamiento. La menor no decía nada, ni siquiera la miraba - Contéstame. - exigió. Estaba a punto de llorar, pero no hiba a permirselo, no podía dejar que ella...