— ¡Eunbi! ¡Eunbi, no! ¡Eunbi!
El grito distante algo ahogado de Yerin fue lo que la despertó, extrañada por la ausencia del cuerpo de su compañera durmiendo sobre ella, tal como recordaba de la última vez, miró su mano para notar que ya no estaba unida a la de Yerin.
Miró alrededor con ojos muy abiertos, la arena se hundió debajo de su cuerpo, la notó sobre sus ropas negras de siempre, del primer día, de lo que recordaba.
— ¡Eunbi!
Escuchó golpes y miró el desierto a su alrededor, hasta que la encontró, metros lejos de ella.
La caja de cristal.
Y ella estaba afuera.
Pero Yerin no.
—Yerin... — se levantó de golpe, la rubia estaba adentro, corrió hacia ella.
La vió golpear el vidrio desde adentro, de rodillas, vió sus hombros sacudirse con el llanto.
—¡Yerin! — Eunbi golpeó el cristal, por dentro estaba aterrada, escuchó a la mayor llorar, el vidrio apenas ahogaba un poco el sonido, a pesar de que parecía muy grueso.
—¡No me ibas a dejar! ¡Lo prometiste! — golpeó el vidrio con fuerza, y claro que nada pasó— ¡Saliste! ¡Me dejaste! ¡Lo prometiste, Eunbi, lo prometiste! — lloró, sin dejar de golpear el cristal.
—¡No me iré! ¡Yo no salí! ¡No sé qué hago aquí!— Eunbi negó, posó su mano sobre el vidrio, donde, del otro lado estaba la mano de Yerin— ¡No me iré hasta que pueda sacarte de allí!
La mayor tenía la cabeza gacha, temblaba completamente, apartó su mano del vidrio para llevarla a su pecho, abrazándose a sí misma.
—No respiro.... — murmuró, aunque Eunbi la pudo escuchar y sus ojos se abrieron con pánico.
—¡Yerin, Yerin! — se arrodilló frente a ella, golpeó el vidrio para llamar su atención, la mayor la miró con expresión dolorosa, su rostro estaba empapado en lágrimas—. Mírame, sólo mírame y todo estará bien...
Un viento fuerte azotó los cabellos de Eunbi, y algo de arena voló, raspando su piel al descubierto, de la nada, todo se había vuelto gris y oscuro de nuevo.
Escuchó la lluvia comenzar a caer, y miró confundida hacia arriba de la caja, una nube negra sobre esta, escuchó unos ligeros golpes y se volteó de nuevo hacia Yerin, quien seguía con problemas para respirar, pero quien ahora tenía el cabello mojado, los hombros, la ropa.
Eunbi tardó en entender, tardó en ver.
Estaba lloviendo dentro de la caja.
Yerin miró a sus pies con miedo, el agua ya había llenado los primeros centímetros de la caja, y la lluvia caía con fuerza sobre ella.
—Yerin, Yerin... Tranquila— la llamó Eunbi—. Mírame, sólo mírame.
Sus asustados ojos se encontraron con los de Eunbi, que también tenían pánico en ellos.
—S-Se va a llenar.... Se va a llenar de agua— murmuró, su voz sonaba más aguda por causa del miedo.
— Yerin, mírame, no pasa nada... — Eunbi intentaba calmarla con todo su esfuerzo, pero ni siquiera ella estaba calmada para que funcionara, alguien asustado no podía tranquilizar a alguien asustado— ¿Sabes nadar?
Yerin negó, el agua había pasado sus tobillos.
—Mueve las paredes, para que no suba.
Yerin se levantó y se acercó a la otra pared, intentó avanzar, su pie terminó en el vidrio, pateó el cristal varias veces.
—¡No funciona!
Retrocedió, el agua crecía demasiado rápido, ya estaba por debajo de sus rodillas.
Sintió su pie atascarse en algo, al mirar, no había nada, pero parecía que estaba pegado al suelo, intentó despegarlo, pero se sentía clavado, se vió incapaz de mover ninguno de sus pies.
—Eunbi... — llamó, a la única que conocía y que creía que podía salvarla, en su interior—. No puedo moverme...
Sollozó, mientras el agua subía y subía.
Eunbi miró con impotencia la caja, comenzó a llorar porque no sabía qué más hacer, en un ataque desesperado, comenzó a golpear el vidrio con toda su fuerza, con sus puños, con su cuerpo completo, hasta cansarse y sollozar con dolor, todo su cuerpo dolía, todo su ser.
—¡Eunbi! ¡Eunbi, para!
Entre sollozos, miró a Yerin, el agua llegaba hasta su pecho, la mayor le sonrió de forma penosa y negó.
—Ya... No, no te esfuerces, te haces daño— murmuró—. Gracias, por todo.
Eunbi negó.
—No voy a dejarte, no voy a dejar esto así.... Voy a sacarte de aquí, Yerin, yo debo...
—No se puede romper— Yerin negó, el agua llegaba a sus hombros—. Vete, déjame... No me veas.
— No lo haré.
— Eunbi— sorbio su nariz—. No quiero que veas... No te hará bien... Huye.
— ¡No voy a dejarte! — lloró—. Yerin, no... — sus piernas temblaron, apoyó sus manos en el vidrio, la caja ahora parecía una pecera gigante.
—Te amo, Eunbi— dijo, cuando el agua estaba a la altura de su cuello—. Con todo mi corazón, te amo, no lo olvides...
Eunbi apoyó la frente en el vidrio, el llanto no la dejó responder, cerró sus ojos con fuerza, sus manos en puños para aguantar la furia, escuchó el agua agitarse, escuchó a Yerin luchar por última vez, hasta que todo quedó en silencio de nuevo, y hasta que la lluvia se detuvo.
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Lovely, sinrin
Casuale"¿No es encantador, estar completamente sola?" Yerin y Eunbi despiertan en una caja de cristal, completamente solas, sin recordar nada de sus vidas. •FictionAU. •Inspirado en la canción "Lovely" de Billie Eilish ft. Khalid. •Angst/Ciencia ficción. ...