CAPÍTULO 23

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Simon se sentó en el sillón de la sala, recostando la cabeza sobre el respaldo

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Simon se sentó en el sillón de la sala, recostando la cabeza sobre el respaldo. Dani también tomó asiento, pero se notaba muy tensa e inquieta. Por su parte, Helmut caminaba de un lado a otro de la estancia, como un león enjaulado. En su mirada se reflejaba la ira y la desesperación. También estaba muy nervioso, especialmente por lo que acababa de leer en el diario de Hank.

-¿Y qué haremos ahora? - Preguntó Dani mirando a Simon y a Helmut respectivamente.

-¡Déjalo en nuestras manos! - Murmuró Helmut - Nos haremos cargo de...

-¡No! - Gimió Dani - También debo involucrarme, ¡soy yo la que sale perjudicada de todo esto!

-De momento, es mejor que te tranquilices - Intervino Simon - Aún nada de esto ha salido a la luz ¡y nos conviene! Debemos mantenernos muy herméticos y resguardar ese diario, porque si alguno de esos secretos sale a la luz, ¡estaremos en problemas!

-Mi tío tiene razón - Comentó Helmut sentándose junto a la chica - Si te involucras en esto, es posible que la gente empiece a sospechar - Suspiró - Cuando todo esté arreglado, podrás involucrarte de nuevo en los asuntos de la fundación... ¡nosotros seguiremos apoyándote! - Murmuró y la tomó de la mano - Puedes seguir trabajando en ello y terminar con tu tesis.

-¡Ya escuchaste a Helmut! - Dijo Simon y se levantó de su asiento - Hazle caso y concéntrate en tu tesis, te ayudará a despejarte. Visita el orfanato y no te preocupes por nada más, ¿está bien?

-De acuerdo, ¡les haré caso! - Suspiró - Sin embargo, estoy demasiado nerviosa y angustiada por lo que Helmut descubrió en el diario de Hank -Murmuró - Lo que decía sobre mí.

-¡Sólo desvaríos de un viejo loco! - Exclamó Simon y se alejó - No hagas caso de eso niña, es mejor que te olvides y te concentres en lo que es verdaderamente importante - Finalizó mientras subía la escalera rumbo a su habitación.

-De nuevo el viejo Simon tiene razón - Sonrió Helmut - No hagas caso, ¡olvídate de ello! De Hank y de todo lo malo - Suspiró y se levantó del sillón - ¿Quieres cenar?

-No tengo hambre - Bufó Dani - ¡Me prometiste que me dirías lo que habías descubierto! - Chilló - Y no voy a estar tranquila hasta que me lo digas.

Helmut bufó, rodó los ojos y le hizo una seña para que lo siguiera. La chica caminó detrás del hombre y subieron juntos la escalera hasta su habitación. Helmut cerró la puerta con seguro. Dani suspiró y permaneció de pie con los brazos cruzados, mirando a Helmut. El hombre lanzó un suspiro y se acercó a la chica, colocándose detrás de ella, mientras comenzaba a masajear sus hombros con suavidad.

-¡Relájate! ¿Quieres? - Murmuró - Toma asiento, creo que tengo que decírtelo. Tarde o temprano vas a enterarte.

Dani suspiró y trató de relajarse. Las manos de Helmut presionaban sus hombros, su barba y su aliento le hacían cosquillas en la mejilla. Cerró los ojos y volvió a suspirar, sentándose sobre la cama. Él se sentó a su lado y no dejó de masajear sus hombros y sus brazos.

LA NUEVA ADQUISICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora