INTRODUCCIÓN

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"Cuando haya muerto, llórame tan sólomientras escuches la campana triste,anunciadora al mundo de mi fugadel mundo vil hacia el gusano infame

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"Cuando haya muerto, llórame tan sólo
mientras escuches la campana triste,
anunciadora al mundo de mi fuga
del mundo vil hacia el gusano infame..."
William Shakespeare

- DIEZ AÑOS ATRÁS -

-¡Te estaba esperando, Hank! - Murmuró Ian Ferguson con voz molesta y en un tono más elevado de lo normal.

Hank se estremeció ante el sonido esa voz atronadora y molesta, pero trató de disimularlo, sin embargo, el gesto grave y severo en el rostro de Ian lo puso alerta. Los nervios se dispararon, así como su miedo y ansiedad. Hank se sentó frente a su amigo y socio, dedicándole su mirada más inocente.

-¿Te sucede algo? - Preguntó Hank fingiendo demencia - Parece que te...

-¿Por qué Hank? - Lo interrumpió Ferguson - ¿Por qué lo hiciste? - Gritó sin poder más - ¿Por qué te aprovechaste de todas esas personas y de sus buenas intenciones? - Gruñó - Pero, lo más grave de todo es que has manchado mi nombre y el nombre de mi empresa.

-Yo... - Balbuceó Hank retorciendo sus manos - No lo sé - Gimió y comenzó sudar copiosamente - ¡Déjame explicarte!

-Tu situación financiera no era motivo para que montaras este teatro - Dijo Ian lleno de molestia mientras le lanzaba un montón de carpetas al rostro - ¡Aquí están las pruebas de tu fraude! - Bufó - Te escudaste detrás de un montón de instituciones benéficas... - Murmuró Ian sin dejar de mirarlo a los ojos - ¡Y en su nombre pediste dinero! - Gritó golpeando el escritorio con los puños - ¿Para qué? ¡Para llenar tus cochinos bolsillos! Para largarte de vacaciones con tu familia a los sitios más caros del mundo, mientras que esos niños y esas personas enfermas se quedaron esperando la ayuda - suspiró Ian y se frotó la cara - ¡Muchos murieron por tu culpa!

-¡No, no, no! - Gritó Hank poniéndose de pie, el rostro del hombre estaba lívido y demacrado, temía a su amigo. Tenía miedo de que Ian tomara cartas en el asunto y lo encerrara en prisión - Yo... ¡voy a explicarlo!

-No tienes nada que explicar Hank - Exclamó Ian - Aquí están las pruebas, ¡tengo toda la investigación en mis manos! - Murmuró el hombre y volvió a mirar a su socio - ¡Estoy muy triste y decepcionado de ti, Hank! ¡Deposité toda mi confianza en ti! Creí que ibas a hacer las cosas bien, como antes. Pero veo que estoy equivocado, y ahora, ¡a los dos nos espera la cárcel! - Suspiró Ian - Nos han llovido montones de demandas, ¡toda la gente quiere su dinero de vuelta!

-L-lo devolveré - Dijo Hank dejándose caer sobre el sillón - Tuve una crisis financiera, mi otro proyecto fracasó, ¡estaba en la ruina! - Gimió - Mi mujer y mis hijos son muy exigentes, ¡siempre quieren más! No se conforman con poco, les gustan los lujos y...

-¡Que trabajen! - Gritó Ian - Me he cansado de rogarle a tu esposa para que trabaje a nuestro lado... ¡y qué decir de Teddy! - Bufó - Helmut le ha ofrecido un gran puesto como su asistente en la empresa, pero ambos se niegan a trabajar, ¡no lo entiendo! - Suspiró Ian - Debiste ser más duro con ellos, debiste enseñarlos a cuidar lo poco que tenían... ¡la vida no es fácil Hank! En ocasiones estamos en la cima y otras veces estamos por los suelos... ¡el dinero no es eterno, Hank!

LA NUEVA ADQUISICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora