CAPÍTULO 15

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Danielle miró el reloj, ¡eran más de las dos de la tarde! La mujer lanzó un suspiró y continuó mirando un video musical en Youtube

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Danielle miró el reloj, ¡eran más de las dos de la tarde! La mujer lanzó un suspiró y continuó mirando un video musical en Youtube. Tenía tres días en casa de Helmut y durante todo ese tiempo había estado encerrada en la habitación. No porque se le prohibiera salir, Helmut le había dado la libertad de ir y venir por la casa, así como salir cada vez que lo deseara; claro, acompañada siempre de un guardaespaldas.

Tampoco tenía quejas de la gente del servicio, quienes la trataban a cuerpo de reina y estaban dispuestos a cumplir cualquiera de sus caprichos. Helmut había dejado claro que ella debía estar bien atendida. Todo lo contrario a vivir con Hank, quién siempre se había mostrado más posesivo con ella. Incluso la servidumbre la trataba de mala manera y cuando ella les pedía un favor, siempre recibía respuestas groseras y le hacían las cosas de mala gana.

Dani dejó a un lado los audífonos y conectó su móvil para recargar la batería. Iría a la biblioteca a consultar algunos libros y continuar redactando su tesis. Tenía días que no tomaba su laptop para continuar trabajando en ella. Últimamente había dejado muchas cosas a un lado, todo por tomar una decisión. Pero tenía que poner manos a la obra si deseaba tener lista su tesis para antes del mes de abril.

Helmut le había dicho que en la casa se contaba con una enorme biblioteca dotada de montones de libros. Quizá pudiera encontrar alguno que le proporcionara un poco de información, ya que en internet encontraba muy poco respecto al tema y eso le estaba causando mucho estrés.

La chica tomó su mochila y guardó su laptop, su agenda y su cuaderno de anotaciones para salir de su cuarto y dirigirse a la biblioteca. Antes de llegar, cambió el rumbo para ir a la cocina y tomar unos snacks. Sabía que estaba prohibido comer en una biblioteca, ¡pero ella tenía hambre! Además, Helmut no estaba cerca y ella podía hacer lo que quisiera. Le pidió a la cocinera un sándwich de atún, papas fritas, un trozo de pastel y jugo de naranja.

Daniella abandonó la cocina con una enorme charola en sus manos y entró en la biblioteca. ¡Era enorme! Había montones de estantes de libros alrededor, así como una videoteca y un par de computadoras con acceso a internet. Dani suspiró y dejó la charola sobre el escritorio para caminar hasta el estante donde se encontraban los libros con temas de administración, negocios, finanzas y mercadotecnia. Seleccionó los que le serían útiles y después de un par de horas abandonó la biblioteca.

Cuando cerraba la puerta, su cuerpo chocó con alguien. A la joven le dio un vuelco el corazón, creyendo que Helmut acababa de llegar y que iba a comenzar con sus peleas. De inmediato se dio la vuelta, pero para su fortuna se encontró cara a cara con el amable rostro de Simon Ferguson.

-¡Qué tal Dani! - saludó el hombre - ¿Cómo estás? - susurró - Buenas tardes.

-Buenas tardes, señor Ferguson - respondió la chica bajando la mirada - Estoy muy bien, gracias por preguntar. - dijo y recordó las palabras de Helmut, ¡debía mantenerse alejada de ese señor! - Es un gusto saludarlo - dijo antes de echarse a andar - Qué tenga una excelente tarde.

LA NUEVA ADQUISICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora