Capítulo Único

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Conoces la leyenda de el Hanahaki?...

Dicen que las leyendas contienen ciertos dijes de realidad que nos ayudan a comprender la vida de cierta manera, mi madre solía decir que las leyendas contienen verdades que nos ayudan con las lecciones de la vida.

Yo siendo en ese entonces un niño despreocupado de la vida no podía hacer más que escuchar y divagar en diversas imágenes sobre las palabras de mi madre, pero vamos, que esperaba mi mamá que un niño de 7 años aprendiera en ese entonces, como cualquier niño jugaba siempre, veía televisión y vivía de mi imaginación, que iba yo a saber de el amor y las consecuencias de una leyenda que para mí no tenía sentido.

Yo siempre dije que las leyendas eran esa clase de historia imaginarias con un toque de magia que te hace soñar, pero obviamente no pensé que de verdad fuera a ser realidad, principalmente porque yo no tenía idea de que me pudiera ocurrir a mi.

La leyenda de el Hanahaki proviene de Japón, según se dice, el Hanahaki es una enfermedad que ocasiona el amor no correspondido, sus síntomas son dolorosos y el desenlace si no se trata a tiempo puede ser fatal, solo hay dos maneras de curar esta enfermedad, una es operando arrancando el dolor desde la raíz y la otra manera es dejándote morir....





Todo comenzó un día que parecía ser relativamente normal, como siempre salía temprano de mi cuarto para llegar a mi salón, estudio gastronomía así que tengo que estar siempre temprano para preparar las cosas que utilizo como condimentos y otras cosas para poder hacer lo que muestro chef nos pide, ese día recuerdo había un festival como bienvenida a los nuevos ingresados así mismo como celebravamos la navidad ya que la mayoría de los que estudiábamos aquí no podíamos viajar a nuestras casas para estar con nuestra familia. Entre a mi salón acomode mis cosas y me dispuse a salir a conseguir algunos instrumentos de cocina para poder estar listo, iba caminando por el pasillo de mi facultad cuando lo vi, un chico morenito de cabello negro con aire de rebeldía y superioridad, vaya si que me bajo los humos que no tengo hasta el suelo, tenía una sonrisa que deslumbraba a todo el que lo veía y prácticamente los dejaba en el suelo o estampados con alguna puerta casi como mi caso, de no haber habierto bien los ojos seguramente hubiera chocado con la puerta de el salón de enfrente, para ser nuestra primera vez obsevandonos hubiera sido muy vergonzoso, podría decirse que yo en mi vida he tenido novia o novio, es más, nunca me había detenido a pensar sobre mi orientacion sexual pero ahora que vi a ese chico estoy sintiendo pequeñas sensaciones en el pecho que no se como describir, prefiero no tomarle importancia, si no me meto en eso es mejor, no quiero problemas..

Mi pensamiento por supuesto era el *si no te mueves no te ve* prácticamente evitaba toparme con el desde el primer momento que lo vi entrar a mi salón y después de eso todas las veces posibles desde que la vida se empeño en juntarnos, fui yo quien le mostró su habitación, fui yo quien le mostró el instituto y prácticamente fui yo su asesor desde que llegó, si, la vida se empeñaba en ponerme en malas y ridículas situaciones con el, y más porque el chico nunca se quedaba quieto, siempre me molestaba, se burlaba de mi forma de ser tan seria. Todo es su vida era alegría, risas, juegos y muchas cosas más, en realidad no me quejo, pese a su forma de burlarse de mí, siento que con su manera de ser le da alegría a mi vida y de cierta manera hacer que mi corazón se caliente, no se como llamarle a esta sensación, me estoy volviendo loco..

—Hola saint— saludo el llegando a dónde yo estaba desayunando.

—Hola perth— conteste mientras metía una cucharada de mi arroz blanco a mi boca.

—Que haces?— pregunto mientras me examinaban detenidamente.

—Supongo que desayunando, no crees?— respondí con ironía.

Especiales De Navidad [Finalizados]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora