Capítulo 14

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La fría mañana lo recibió al salir a entrenar.

Seguía a su mentor Pelaje Rayado rumbo a la zona de combate. Esperaba poder luchar correctamente. Aún sentía un dolor profundo al recordar a Nutria, sin embargo apartó ese sentimiento y corrió con más velocidad, rebasando a su mentor.

Llegaron al claro y vió con sorpresa a Zarpa de Halcón junto a Corazón Florecido. Es que iban a pelear juntos o sólo habría sido coincidencia.

– Buenos días Acecho –. Saludó Corazón Florecido cortésmente.

– Buenos Días Corazón Florecido, ¿Qué hacen aquí? –. Preguntó algo nervioso.

– A ver como combaten los dos, ya son lo suficientemente mayores como para hacerse guerreros. Esta no es una prueba pero sí una evaluación, Estrella Moteada quiere nombrar guerreros a aprendices firmes y diestros en el combate, espero estar refiriéndome a ustedes –. Murmuró con un deje de advertencia.

– ¡Inicien! –. Gruñó Pelaje Rayado.

Él miro a Zarpa de Halcón y se abalanzó veloz contra el robusto aprendiz.
Lo derribó inmovilizandolo contra el suelo y golpeándolo. Zarpa de Halcón se agachó y le dió una mordida feroz en el cuello haciendo que retrocediera y cayera con torpeza.

El aprendiz marrón lo embistió con fuerza lanzándolo contra un árbol, la nieve le empapó el pelaje haciendo que se estremeciese de frío. Sin previo aviso, Zarpa de Halcón lo inmovilizó con rabia y le susurró:
– Siempre había deseado que esto ocurriese, ¡Te despedazaré! –.

Se levantó rápidamente y lo mordió imitando la técnica que había visto hacer a Paso de Alce tantas veces. 

Con un veloz manotazo lo derribó y luego lo inmovilizo poniéndole una zarpa en la cabeza. Jadeaba exhausto y adolorido por el combate, sin embargo se mantuvo firme.

– ¡Muy bien Acecho! –. Felicitó Pelaje Rayado.

– ¡¿Qué te ocurre?! –. El gruñido rabioso de Corazón Florecido hizo que pegara un salto.

Zarpa de Halcón se levantó torpemente y le sostuvo la mirada a su mentor por un rato pero luego la apartó.

– ¿Y bien? –. Preguntó Corazón Florecido con un deje de decepción.
– No puedo creer que te haya derrotado un aprendiz que tiene una luna menos que tú, me has decepcionado. Con este entrenamiento Acecho tiene por seguro que será guerrero dentro de poco –. Finalizó Corazón Florecido.

Zarpa de Halcón gruñó algo entre dientes y luego se incorporó y groseramente salió disparado hacia el bosque.

– Gracias Corazón Florecido, espero poder convertirme en guerrero pronto, sería genial... –.

•   •   •


Regresó al campamento solo, Pelaje Rayado se había ido con Corazón Florecido a cazar.

Tan solo había pasado tres lunas y media desde la muerte de Nutria y Tormenta. Todo se le había pasado demasiado rápido... siempre sentía un vacío profundo y frío al recordar a la joven. Trataba de apartar sus sentimientos entrenando y cazando, pero no podía.

Raudino había estado entrenando duro con Torbellino de Colmillos y casi no solían verse. Con el que casi siempre tenía que ver era Zarpa de Halcón, éste era como una espina clavada en la piel, era tan irritante y molesto.

Un chillido brotó de entre las zarzas de la maternidad. Cinco cachorros aparecieron rodando juguetonamente. Pequeño Fuego era el de mayor tamaño, había abierto los ojos un día después de nacer igual que Pequeña Tormenta.
Pequeña Nieve era dulce pero también algo tozuda. Pequeño Soleado tenía un parecido más a Corazón Florecido, pues era más reservado y Pequeña Enlodada era… especial, su actitud era bastante diferente… inteligente, rápida, agresiva y sobre todo la más valiente de todos. Había algo en la cachorrita que lo acercaba con curiosidad.

Perlada y Flor de Ceniza también salieron de la maternidad, se sentaron viendo con ternura como jugaban los cachorros.

Pequeño Fuego rodó hasta sus patas y lo miró con sus hipnotizantes ojos azul hielo.

– Hola pequeño –. Ronroneó tratando de sonar amable.

– Hola, ¿Eres Acecho? –. Preguntó el cachorro con un destello de curiosidad.

– Si... yo soy Acecho –. Murmuró risueño.

– Y yo soy Raudino –. Dijo una voz a sus espaldas.

– ¡Raudino! –. Exclamó corriendo hacia su hermano y dándole una cabezadita cariñosa.

– Acecho, es genial poder verte por una vez, nos traen demasiado ajetreados que no hemos podido vernos –. Se rió bromista.

– Si... ¿Supiste sobre nuestras ceremonias de guerreros? ¡Serán pronto! –. Dijo alegremente.

– Lo sé, por eso pensé en verte de una vez. También escuché que derrotaste en combate a Zarpa de Halcón, ¡Eres genial hermanito! –. Dijo Raudino cariñosamente.

– Gracias hermano, tú también lo eres. Es fantástico que pronto vayamos a ser guerreros, jamás pensé que algo me volviese a alegrar –. Murmuró.

– Hablas de Nutria ¿Cierto? Yo también la extraño igual que a Tormenta, pero hay que continuar... seguro que ellas nos observan desde el Clan Estelar –. Dijo dándole un empujoncito.

– Si... tienes razón, gracias Raudino –. Sacudió la cola con determinación.

Pequeña Nieve salto sobre él derribandolo, Pequeña Enlodada se le sumó mordiéndole.

– ¡Hey! Dejen de atacarme –. Dijo en tono de juego.

– ¡Cachorras! Bájense de Acecho –. Las regañó Perlada.

– Ay pero queríamos jugar –. Dijeron las cachorritas.

– Pueden ir con los veteranos si quieren, solo no interrumpan las tareas de Zarpa de Sauce pues ella está ayudando a los veteranos –. Maulló Perlada.

– ¡No la molestaremos! –. Dijeron al unísono y salieron corriendo.

– Cachorros –. Dijo Flor de Ceniza mirando a los suyos con amor.

Salpicadura Dorada que estaba cerca de ahí, miro a las reinas con un brillo de hostilidad y se alejó.

¿Por qué Salpicadura Dorada no podía ser como las demás reinas? Siempre se mostraba fría y apartada, en pocas palabras hostil.

– ¿Se convertirán en guerreros pronto? –. Preguntó Flor de Ceniza, interrumpiendo sus pensamientos.

– Ah... si, yo superé una de mis evaluaciones de combate hoy –. Ronroneó orgulloso.

– ¡Eso es fantástico! Escuché eso, superaste en combate a Zarpa de Halcón ¿No? –. Interrogó Flor de Ceniza.

– Si, siento mucho si fuí demasiado duro, pensé que él me iba a ganar... –. Añadió nervioso esperando que la reina no estuviera enfadada con él, por haber derrotado a su hijo.

– No tienes que disculparte, fue muy bueno que hayas pasado tu prueba, lo lamento por Zarpa de Halcón porque ya lo conoces, es muy arrogante y se enfureció cuando perdió –. Dijo decepcionada  la reina.

– Eso significa que eres muy bueno en combate –. Ronroneó Perlada.

– Gracias Perlada y Flor de Ceniza –. Dijo inclinando la cabeza. – Voy a ver si Zarpa de Sauce no necesita mi ayuda –. Volteó para ver si Raudino lo acompañaba pero el aprendiz ya no estaba. Suspiro decepcionado y con un movimiento de la cabeza se despidió y corrió hacia la guarida de los veteranos.


El Pasado De Acecho de Ratón  (OCS Edition Special)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora