Conexión divina 3

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Yin Yu nunca había podido confiar en otros con facilidad, por ello, nunca fue completamente cercano a nadie en específico a lo largo de los años

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Yin Yu nunca había podido confiar en otros con facilidad, por ello, nunca fue completamente cercano a nadie en específico a lo largo de los años. El crecer criado solo por su abuela, solía avergonzarle de niño, y aunque con los años se dio cuenta que no había razón alguna, no hablaría de su vida si no era completamente necesario.

Cuando era pequeño, tras leer muchas historias en historietas y pequeñas novelas, pensó que tal vez lo que le faltaba lo hacía especial, que quizá de un día a otro conocería a un viejo maestro o criatura mágica que lo guiarán a encontrar su verdadero destino. Cuando creció, supo que esos pensamientos infantiles eran pequeños gajes de la desesperación que sentía por ser especial, algo más que el huérfano bien portado que la gente veía.

Desde ese día en que asistió a una fiesta y decidió dejar un poco esa fachada, los recuerdos borrosos que venían a él eran confusos. Recuerdos más allá de una simple noche nublada por el alcohol y las abrumadoras luces del lugar. Imágenes de paisajes que en su vida habría tenido la posibilidad de ver: montañas nubosas que se alzaban hasta un cielo estrellado, palacios hechos de oro y adornados por joyas preciosas, solitarios pasillos vestidos de terciopelo rojo, rocosas cuevas iluminadas por la luz de una mariposa blanca...

Yin Yu no en ese momento pensó que eran sueños vívidos, consecuencias de haber leído historias de fantasía, acompañadas de alguna imagen publicitaria que haya visto en algún lado.

Lo dejó pasar. Sino, aquellos pedazos de el anhelo infantil que aún reposaban en una esquina de su mente habrían vibrado con una esperanza irreal, aquella que necesitaba la fantasía para seguir adelante.

Cuando se había convencido de que todo era una mala jugada de su cerebro, en una tarde nublada con pesada oscuridad vio una luz blanca familiar. Una luz que parecía revolotear como las alas de una mariposa en primavera. Algo en él despertó, sin saber dónde o por qué, sentía en el fondo de su corazón que debía seguir esa luz, sentía que la había visto cientos de veces antes.

Antes de poder reaccionar, se había perdido en los adentros de una zona boscosa, la lluvia repentinamente comenzó a caer como un diluvio apocalíptico, la única luz que volvió era la de los rayos que rugían en la tormenta.

Para su fortuna, había un templo oculto ahí. La placa es vieja y lleva el nombre de un viejo dios, los caracteres familiares escriben su título y Yin Yu casualmente piensa en que este es el mismo que su abuela aún adora. Por un segundo, pensó que tal vez ese dios realmente existía y escuchaba las palabras de la mujer para cuidar de su nieto. Rió ante ese pensamiento.

Si los dioses realmente protegieran a sus fieles, entonces sus padres no hubieran muerto en aquel accidente.

Cuando finalmente entró a aquel refugio, trató de secar su cabello como puede y soltó un pesado suspiro. Vaya día. No había pronósticos para una lluvia tan intensa, así que no había llevado un paraguas, era probable que llegara tarde para preparar la cena, esperaba que su abuela no se preocupara mucho.

Una Vez Más, Te Encontré 〘  QuanYin 〙Donde viven las historias. Descúbrelo ahora