Conexión divina 1

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Quan YiZhen nunca ha sido una persona paciente, ni siquiera con todos aquellos años en los que sirvió como funcionario celestial, ningún otro entendía del todo por qué sus seguidores seguían sirviendo incluso cuando los golpeaba

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Quan YiZhen nunca ha sido una persona paciente, ni siquiera con todos aquellos años en los que sirvió como funcionario celestial, ningún otro entendía del todo por qué sus seguidores seguían sirviendo incluso cuando los golpeaba. Aunque tampoco podían negar que su eficiencia como dios marcial era claramente muy buena e impecable.

Qi Ying siempre fue impulsivo, demasiado inocente e inconsciente de los demás o la influencia de sus propias acciones. A diferencia de otros dioses, sus orígenes humanos eran mucho más humildes, pese a que la mayoría sabía que había cultivado su camino en una secta prominente, antes de ello, había vivido lejos de los demás, siendo incluso un poco salvaje, sus habilidades de pelea eran incomparables por ser alguien que había luchado por sobrevivir desde una edad muy temprana, y en cambio, su inteligencia emocional era casi nula.

Las únicas cosas que lo hacían sentir vivo, eran la lucha y una persona especial. Nunca fue apegado a los bienes materiales, el renombre o los méritos.

Entonces, cuando esa persona se fue, lo único que podía hacer era luchar y buscar. Pero era demasiado tonto para saber cómo buscarlo si él no quería ser encontrado. Ni siquiera sabía que el otro no quería ser encontrado, porque se negaba a aceptar que lo evitaba a propósito.

Así, pasaron más de trescientos años hasta poder volver a verlo. Sin embargo, tan pronto como lo encontró, volvió a perderlo. Esta vez, dejando claro que por más que buscara, no volvería a él. Dejando una cicatriz indeleble en su corazón, en una acción que contradecía tanto a sus palabras que no logró entender.

Lluvia Carmesí que buscaba la Flor se había desvanecido por un tiempo, y Dianxia le había dicho que el alma de Yin Yu estaba tan dispersa, que lo único que podían hacer era restaurarlo para que pueda entrar al círculo de reencarnación.

A aquellos trescientos años sin su Shixiong, se le fueron sumando decenas, llegando a cincuenta, cien, doscientos, trescientos, cuatrocientos...

Ling Wen ya estaba harta de tener las visitas del dios marcial durante los últimos siglos, pese a que su respuesta siempre fue la misma.

Pero entonces, en el año quinientos cuarenta y tres, la respuesta no fue la misma. Ya que Ling Wen finalmente, le anunció que el alma de Yin Yu había reencarnado, en el cuerpo de un ser humano nada menos.

Cuando Quan YiZhen desciende en el lugar donde Líng Wen le indicó, se encuentra un poco confundido, pues este no era un lugar donde esperabas encontraste a una persona. Era una carretera pavimentada, la tormenta hacía ver el camino como un profundo río negro. Los rayos caían e iluminaban por instantes su visión. Cuando Qi Ying pensó que la diosa de la literatura lo había engañado por alguna extraña razón, escuchó un ruido entre el estruendo de la tormenta.

El llanto de un bebé.

Entonces lo entendió. A las orillas de aquella apartada carretera, había un automóvil volcado a un lado, entre la maleza de un lado del camino. Cuando se acercó, las dos personas de enfrente se encontraban sangrando, pero sus corazones ya no latían, sus cuerpos comenzaban a enfriarse, debieron haber muerto poco antes de que él llegara. Aún así, en la parte de atrás, el único lugar aparentemente intacto, se encontraba un pequeño niño llorando a todo pulmón. Seguramente a esa edad no sabría lo que estaba pasando, no sabía que acababa de perder a las personas que debían amarlo y protegerlo siempre, y aún así, Quan YiZhen sintió como si aquel estuviera llorando por el dolor de la pérdida.

Una Vez Más, Te Encontré 〘  QuanYin 〙Donde viven las historias. Descúbrelo ahora