°•5•° 𝑳𝒂 𝒄𝒐𝒏𝒇𝒆𝒔𝒊ó𝒏 𝒊𝒏𝒆𝒔𝒑𝒆𝒓𝒂𝒅𝒂

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Después de aceptar la "cita" con Niki se sintió terrible, estaba haciendo las cosas mal pero tampoco creía que dejar al chico así de un momento a otro era una buena idea.
Cabe recalcar que no era una cita porque harían las cosas que usualmente hacían cuando había tiempo libre en sus vidas de estudiantes, una pijamada o quedarse a dormir en casa de un amigo eran acciones normales y repetitivas en la vida común de un adolescente. Sin embargo, ahora que existía esa especie de tensión entre ambos sabía que Niki no lo estaba tomando de la misma forma que él lo hacía.
Para el castaño esto era un cita, una con la finalidad de exponer sus sentimientos hacia Sunoo, para el mayor era solo una prueba de que seguían siendo amigos aún después del infortunio suceso.
Él quería usar esa oportunidad para aclarar las cosas entre ambos, pues aunque no le hubiera dicho todavía una respuesta tampoco le había insinuado que lo pensaba rechazar porque ya tenía a su persona especial. No lo hizo porque cuidaba de Niki y no lo quería lastimar, se mantuvo creyendo eso aunque sus acciones generarán más daño al ilusionar, aunque sea un poco, al castaño de manera inconsciente.

Aquel día la había pasado realmente mal, aún podía recordarlo todo. No había pasado más de un mes pero mientras los días seguían transcurriendo la respuesta que debía de darle no estaba preparada, no sabía que hacer y lo mejor que se lo ocurrió fue dejarlo así, que las cosas siguieran normales y los silencios y momentos incómodos fueran en aumento entre los tres.

[...]

—Ven conmigo un momento Sunoo —le dijo Niki que recién había llegado y lo tomó del brazo para guiarlo. Él estaba esperándolo en la entrada de su edificio porque ambos se iban juntos las veces que podían y este día, era uno de esos días.
No pensó que fuera algo de importancia ya que siempre era arrastrado por Niki cuando quería que lo acompañara a cualquier lugar como si necesitara de su presencia forzosamente. Así había sido siempre.

—¿A dónde vamos? —preguntó después de que se diera cuenta que iban rumbo al otro edificio en dónde se encontraban los clubes y algunos salones de los de último año. Creyó que irían a visitar a Sunghoon porque él tenía sus últimas clases ahí, pero no fue como pensaba ya que comenzaron a subir las escaleras que daban paso al último piso, ese donde se encontraba el aula de música, una que tenía un piano y con el cual Sunghoon a veces le tocaba lo que recién iba aprendiendo.

Esa aula no era usada por nadie en esa época del año porque los de último año estaban ocupados con sus exámenes y les habían quitado sus horas de esa clase por sesiones de estudio, tampoco la usaban en algún club porque esos tenían salones mucho más completos. El pequeño espacio al que Sunghoon lo había llevado, y que incluso Niki conocía porque a él también le gustaba la música y solía tocar algunos instrumentos, era uno solitario y tranquilo al que se podía ingresar siempre y cuando no desordenaras nada.

—Aquí —señaló Niki abriendo la puerta y dejando pasar primero a Sunoo para posteriormente cerrarla y caminar a sentarse en una de las tantas bancas libres que estaban puestas a un lado junto con el resto de instrumentos y solo el piano quedando en el centro de todo.

—¿Por qué estamos aquí? —sonrió de manera nostálgica al recordar que hace mucho no iba para allá, Sunghoon estaba muy ocupado con sus estudios que ya casi no tenía tiempo para él.

—Primero necesito que te sientes —arrimó una de las tantas bancas para que tomara lugar a su lado.

—Ok... —dudoso el pelinegro se sentó, esperaba otra cosa menos venir a reunirse a esta aula como si le fuera a contar algo sumamente secreto.

—Tengo que decirte algo, es algo que he estado pensando mucho tiempo y ha rondando mi cabeza muchas veces —se aclaró la garganta al sentirla seca, el nudo comenzaba a formarse—. Es algo muy importante.

Hopeless Love                                       °•🅂🅄🄽🄶🅂🅄🄽°•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora