𝓓𝓮𝓪𝓽𝓱 𝓲𝓷 𝓱𝓲𝓼 𝓔𝔂𝓮𝓼

Invitada Especial

— Sería mejor que tú me mires así... - Dijo con su voz ronca, clavando la mirada directamente a tus ojos, esa mirada que te hace sentir deseo.

— Yo... - ¡Joder! No es la primera vez que se acerca así... Y a mi me dan ganas de... Besarlo...

No tenía idea ni de qué pensar, todo lo que estaba sintiendo... No tenía explicación, justo hoy lo acabo de conocer... Y me besó... Su comportamiento me altera y demasiado, su voz me encanta, su rostro... ¡Mierda! ¿Qué me está pasando? ¿Celos? ¡Por dios! Nunca había sentido celos por nadie, tan solo mirarle a la cara me provoca a querer darle un beso, y dios es un maldito ¡Matón! Ni siquiera sé si realmente estoy a salvo a su lado... Pero no me ha matado al contrario, ¿Sentirá lo mismo que yo?...

— No... - Dije bastante nerviosa mi voz se escuchaba temblorosa.

— ¿Tú no? - Preguntó Lee de una manera coqueta, mientras se levantaba de la silla para acercar su rostro al tuyo, poso su mano derecha sobre la mesa, su rostro terminó a centímetros del tuyo. - Dime nena, ¿Preferirías que la bese a ella... - Fue interrumpido rápidamente.

— ¡Cállate! - Lo grité, inconscientemente tomé el cuello de su camiseta con fuerza y lo jale hacia mi rostro, le dí un beso, ¡Mierda le dí un beso!

— Aquí tienen su orden... - Dijo la mesera, poniendo una tabla con comida en la mesa, y ese tono de asco por lo que estaba viendo.

Yo decidí separarme de él rápidamente, dije gracias y miré a la mesa, no quería alzar el rostro, me moría de pena.

— Ja... Me parece extraño que no admitas lo que sentiste. - Dijo Lee mientras reía - Ahora tengo que probar ésto y ver quién gana la apuesta, ¿Verdad?

— Ah sí... ¡Si es verdad! - Dije asintiendo con la cabeza sin mirarlo aún a la cara.

Lo ví de reojo mientras le daba una mordida a mi hamburguesa, lo ví ahí sonriendo como niño pequeño, mientras veía la hamburguesa de adentro y de afuera.

Volteó a verme y sonrió cálidamente, sigo sin entender cómo es tan versátil, de un hombre malo, sádico y pervertido puede cambiar a un niño lindo, amable y divertido.

Le dió la primera mordida a su hamburguesa, y vaya que su mirada lo delato bastante, se veía en su carita que le sabía exquisita.

— ¡Agh que asco! - Dijo entre dientes, mientras comía.

— ¿De verdad no te gustó? ¿Ni tantito? - Dije de forma burlona, y con risitas.

— Obvio, yo nunca miento. - Lo dijo de una manera tan tierna, haciendo puchero.

— Mmm... Si nunca mientes ¿Te gusto? - Le pregunté para que me respondiera honestamente, me refería a mi.

— Si!... Lo admito la hamburguesa está muy buena. - Dijo riéndose un poco, porque se que sabía a lo que me refería y decidió cambiar el tema.

— Agh no salió cómo esperaba pero estoy satisfecha. - Dije con una entonación de felicidad, ahora tendría un día completo para que él hiciera lo que a mí me plazca.

— Tonta. - Dijo en voz baja haciendo boca de pato para después seguir comiendo su hamburguesa.

Una vez que terminamos de comer, Lee pagó la cuenta, nos levantamos de la mesa en la que estábamos, y antes de salir del local, echo un vistazo desde una venta a su auto, vio todo correcto y camino hacia afuera, yo solo lo seguí, llegamos al auto, abrió la puerta para que yo entrara y el se regreso a su asiento.

— Mañana tenemos que volver a ir a la escuela T/N. - Dijo Lee antes de encender el auto.

— ¿Porqué... - Fue una pregunta ridícula lo sé, él es maestro en las mañanas así oculta su verdadero trabajo, y yo nunca voy a clases, me aburro de escuchar cosas que no sirven más que para no ser ignorante y precisamente cosas que ya conozco.