Amor de niños 2/2

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(Perdón por la espera :c)

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—Fui a dar un paseo— entro el albino que se dirigía a su habitación.

—¿Si sabes lo peligroso que es salir o es que acaso no aprendiste del error de tu hermano? — regaño.

—Sí, no lo volveré hacer.

—Eso espero — dijo viendo como su hijo se ocultaba en la oscuridad de la habitación.

"Ese niño, Izuna, se veía bonito" seguido de pensar aquello, a Tobirama le apareció un color rosa en sus mejillas, "estoy cansado, por eso digo esas tonterías".

Se acomodó en su cama listo para dormir, segundos pasaron para que el pequeño Senju quedara en los brazos de Morfeo.

Al día siguiente la familia Senju se encontraba lista para desayunar excepto que algo hacía falta, té. Buscaron en la alacena y, en definitiva, no había.

—Tobirama, cerca de las afueras de la aldea hay platas de té, trae unas cuantas—ordeno Butsuma— y no quiero que salgas de nuestro territorio.

—Si padre— el albino se levantó de su asiento, tomo su armadura y sus armas y salió de casa.

El día era soleado como los demás, caminaba hacia donde su padre ordeno. En el camino, adentrándose un poco al bosque, le llamo la atención el ver una flor negra al lado de una blanca; puesto que rara vez te puedes topar con una de ese color. Ese tono oscuro le recordó al cabello de su rival, se avergonzó por sus pensamientos, mejor siguió con el mandado.

—Genial, ya no hay— se dijo porque las plantas ya habían sido arrancadas, ahora tendría que ir más adentro del bosque, aunque su padre le haya dicho que no saliera del territorio Senju.

Se iba arriesgar, pero no le importaba. Caminaba con tranquilidad, pero tampoco se daba el lujo de bajar la guardia; cuando encontró la planta se agacho para desenterrarla, saco un kunai e hizo presión desde la raíz. De repente escucho el ruido de los arbustos sacudirse y de inmediato se colocó en posición de pelea. De la naturaleza salió un Uchiha, para ser más claros, Izuna. Quien lo perseguía un perro de tamaño grande, el canino se abalanzó al azabache y comenzó a lamer su cara.

—¡Jaja, basta no hagas eso! — El Uchiha ya hacia tirado en el césped y que ignoro por completo la presencia del Senju.

A Tobirama le salió una gotita de sudor estilo anime.

—Veo que no piensas pelear— el albino siguió con lo suyo hasta que lo logro.

—No, ¿y tú? — se levantó y sacudió su ropa.

—Me da igual— sintió al lado suyo al menor, lo miro y este le sonrió, Tobirama se le formo un sonrojo poco visible.

—Quisiera ya no tener que pelear...

—Lo sé— dispuesto a irse, pero un brazo lo detuvo.

—Espera, quisiera que tú y yo ya no estemos en guerra— agacho la cabeza, estaba avergonzado.

—En dos ocasiones, no hemos peleado, con eso basta— lo miro.

—Sí, pero, ¿podemos ser amigos? — comenzó a jugar con sus dedos.

—Está bien, pero que nadie se entere.

—¡Si! —sonrió y tomo al perro—hasta luego— y se fue.

—Adiós...

Lo vio irse, después el hizo lo mismo, al llegar sus padres y Hashirama lo esperaban.

Oɴᴇ-sнoт's ToʙιIzuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora