Llega un nuevo demonio

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En la mansión Wayne casi nada pasa, sin que Alfred no lo note.

Las chicas que adentra Dick o las armas de Jason.

Mucho menos los experimentos de Tim, pero lo que menos pasa sin que nadie lo vea, son las pequeñas llamadas que recibía Damián, desde hace 5 años, un día cada semana y le sacaban una sonrisa y lo dejaba de buen humor por todo el día.

¿Quien llamaba?

No sabían.

La vez que Jason había tratado de quitarle el celular, se llevó el peor golpe y cortada de su vida.

¡Ay! De quién tratara de quitarle el celular mientras el hablaba con esa persona se llevarían la peor parte del chico.

Ni Bruce se salvo, cuando intento averiguar con quien hablaba el menor de sus hijos, pero cuando estuvo cerca de hacerlo Misteriosamente se quemo la batí-computadora y dejó de inténtalo.

Los únicos que sabía quién era la persona misteriosa eran Alfred y Jonathan Kent, pero ellos no traicionarían la confianza de Damián, por nada en el mundo.

La mañana antes de Navidad Damián estaba sonriendo y no era una falsa sonrisa, no señor, era una Verdadera sonrisa muy genuina y eso asustó a todos, menos a Alfred que al parecer sabía el por qué estaba tan feliz el chico.

Damián estaba bien arreglado, llevaba puesto unos pantalones negros junto con una camisa blanca y mocasines de igual color a los pantalones.

- De los 8 años que llevas aquí nunca te había visto así, Little D ¿Algo que debamos saber?

- Lo sabrán pronto - dijo el chico feliz, mientras le sonreía

- Deja de sonreír así, que me erizas la piel - Jason le tiro una servilleta en la cara al menor.

- Lo siento, Jason, no era mi intención - hablo rápido, mirándolo arrepentido.

El menor agarrando su plato y se fue tarareando una canción desconocida hacia su habitación.

A Bruce se le había caído la taza de café al suelo, Dick se había desmallado, Tim había regado la comida en sus pantalones y Jason, bueno el estaba al borde de un paro cardíaco y con los pelos de punta. Alfred soltó una risilla y comenzó a recoger los restos de la taza.

< Si así reaccionas a esto, no me imagino cuando pase aquello > - se dijo mentalmente el mayordomo.

5 Minutos después los cuatro adultos estaban corriendo hacia la habitación del más pequeño.

Bruce fue el primero en entrar estrellado la puerta y causando que Damián se tirara su jugo encima y se atragantara.

Se acercó rápido y comenzó a dar unos golpes en su espalda, luego comenzó a verificar si tenía fiebre o algo por el estilo.

Mientras tanto en la puerta de la habitación, 3 chicos se mantenían al margen mientras temblaban.

- Damian ¿Haz tomado algo? ¿Te sientes bien? - comenzó a cuestionar Bruce un poco alterado... bueno, muy alterado.

No era normal ver a su hijo actuando de esa forma. Debía estar muriendo para que se disculpara con alguien.

- Si me siento bien y no, no he tomado nada. Es mas quería hablar contigo antes de... - No termino de hablar ya que la Alarma de la casa se activo emitiendo el timbre de alerta. - ... de eso

Antes de que terminara de hablar, ya no había nadie en su habitación y todos habían bajado al primer piso.

- tt - Se quejo el chico golpeando su frente.

La hermana de DamianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora