El Bello y la Bestia (kookmin)

38. Los Diez Pasos del Buen Conquistador: Paso 4

Jimin abrió los ojos lentamente pestañeando seguido varias veces hasta regular su visión a las luces de la nueva mañana que caían dentro de su habitación. Al tratar de reincorporarse y salir de cama, Jimin notó un peso extraño de uno de los lados, impidiendo sus movimientos fuera de la cama.

Y fue cuando Jimin notó el rostro de su esposo apoyado sobre el lado de la cama, con su cuerpo yaciendo de rodillas, tocando el piso. Lo último que Jimin recordaba de la noche anterior, era el calor que emanaba del cuerpo de su esposo mientras lo mantenía abrazado.

-¿J-Jungkook-ssi? – llamó débilmente el joven universitario.

-¿Jungkook-ssi?... ¿estás bien? – volvió a llamar Jimin, perdiendo el control de sus movimientos, al notar una de sus manos colocada delicadamente sobre el cabello de su esposo.

El rostro dormido de Jungkook se veía sereno y apacible. Muy diferente a la imagen de bestia que seguía viviendo en los recuerdos de Jimin.

Una vez más la mano de Jimin decidió moverse por su cuenta, acariciando ligeramente el rostro de su esposo.

"quiero creer en usted"

-mmmh... ¿Jimin-ah?... despertaste – abrió Jungkook los ojos, dirigiéndose a su joven esposo con voz débil y rasposa.

Jimin retiró su mano con rapidez del rostro de su esposo, antes que éste se diera cuenta de sus movimientos.

-aún tienes algo de temperatura – murmuró Jungkook, colocando una mano sobre la frente de su joven esposo.

-me siento mejor... – habló Jimin, tratando de levantarse de la cama, pero fallando terriblemente por el mareo que le sobrevino hasta casi hacerlo caer contra el piso.

-aún no estás bien, lo mejor será que te quedes en cama el resto del día – sujetó Jungkook a su esposo entre sus brazos, volviéndolo a acurrucar entre las mantas.

-pero... ¿y mis clases?

-eres un alumno modelo, no creo que sea problema si pierdes un día... - argumentó Jungkook, retirándose de la habitación.

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Jimin durmió unos minutos más, hasta que el sonido de la puerta de su habitación abriéndose, hicieron que sus ojos volvieran a abrirse, notando a Seokjin ingresando con una charola de comida en las manos.

-¡buen día!... ¿cómo te sientes? – el ama de llaves, tomó asiento en la cama, revisando la temperatura de Jimin.

-aún hay algo de fiebre... come esto y luego toma la medicina, estarás mejor para el final del día – aseguró Seokjin, colocando la charola de comida sobre el regazo del muchacho.

-ya me siento mejor... aún tengo tiempo de ir a la universidad – argumentó Jimin con voz débil.

-no, el Sr. Jeon ordenó que permanecieras todo el día en cama... - respondió Seokjin.

Jimin hizo un adorable puchero, rindiéndose en su pelea.

-... ¿pero nadie sabrá que me dejaste salir un rato cierto?... – habló Jimin luego de unos minutos de haber terminado su desayuno.

-¿estás loco?.... ¡me regañarán si te dejo salir enfermo! – regañó Seokjin al menor.

-¡nadie se enterará! Prometo regresar antes del almuerzo – negoció Jimin.

-el Sr. Jeon está abajo en su despacho, ¿crees que no se enterará si sales de la casa?

-... ¿Jungkook-ssi está aquí? – interrogó Jimin, sorprendido.