El Bello y la Bestia (kookmin)

23. Frías Vacaciones parte 2

Jimin permanecía de pie, sin mover un solo músculo, totalmente petrificado luego que el botones del hotel dejo su equipaje y el de su esposo en la habitación que estaba destinada para ellos. Muy dentro de él, estaba deseando haber oído mal las palabras de su esposo.

-¿estás bien? – se acercó Jungkook con rostro preocupado.

Jimin pestañeó un par de veces para asegurarse de no estar soñando despierto, o más cómo tener una pesadilla despierto a plena luz del día.

-¿q-que fue lo que dijo? – habló finalmente el muchacho, tropezándose con sus palabras.

-te pregunté si estás bien – respondió Jungkook.

-no, eso no, lo de antes – insistió Jimin.

-te dije que esta era nuestra habitación...

Ahí estaba, esa palabra que había dejado a Jimin en shock "nuestra habitación".

-¿¿nuestra??... ¿a qué se refiere con eso?, ¿que acaso no tendremos habitaciones separadas? – habló Jimin. Casi en un solo respiro

-Shinwon arregló las reservaciones para una pareja casada – respondió Jungkook con naturalidad, acomodando sus maletas en el closet.

-p-pero.... ¡Quiero una habitación para mí solo!, ¡no puedo quedarme acá!... - Jimin dio la vuelta, intentando abrir la puerta.

-espera... - dijo Jungkook tomando su mano, antes que pudiera tocar la perilla.

-¡suélteme! – golpeó Jimin la mano de su esposo.

-¡está bien lo siento! – respondió Jungkook alzando las manos a la altura de su pecho.

-no dormiré en la misma habitación con usted – estableció Jimin, presionando su espalda contra la puerta.

-escucha, no haré nada raro, lo prometo, puedes dormir en la cama, yo dormiré en el sofá – negoció Jungkook con el rostro aterrado de su joven esposo.

-no... no quiero.... ¡Quiero regresar a casa! ¡Déjeme regresar a casa con Seokjin! – exclamó Jimin casi al borde de las lágrimas.

Jungkook entró en pánico al notar las lágrimas tentando con recorrer las mejillas de su esposo.

-no hay más habitaciones disponibles y no te voy a dejar ir solo a casa, te traje aquí para que te relajaras y disfrutaras de unas buenas vacaciones.

-déjeme en paz... no importa lo que haga o que trucos use, ya se lo dije antes... no puedo amarlo... - habló Jimin una vez más, cayendo al suelo con la espalda aún pegada contra la puerta.

Jungkook sintió nuevamente ese cuchillo clavarse dentro de su corazón, sin embargo no estaba listo aún para darse por vencido.

-si puedes, claro que sí puedes, si yo pude enamorarme de un niño al que apenas conozco, tú puedes enamorarte de mí... no me pienso rendir Jimin... no importa cuánto insistas en alejarme – dijo Jungkook con tono firme, de rodillas frente a su esposo.

Jimin observó al hombre frente a él con sorpresa.

¿Qué acaso Jungkook ya no lo había hecho sufrir demasiado?

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La mañana transcurrió tranquila y luego de tomar una breve merienda, todos los accionistas y demás invitados, se encerraron en la sala de conferencias del hotel por largas cuatro horas. Al menos en ese lapso de tiempo, Jimin podía sentirse seguro, sin la presencia ni la presión de su esposo.