~ Sueños y pesadillas ~

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En mis sueños siempre estás tú, pero tengo miedo de verte también en mis pesadillas.

El mismo día, por la noche, ambos en sus respectivas habitaciones se encontraban refugiados en sus camas, envueltos entre las sábanas y susurrando cosas que solo ellos podrían entender.

Neji sudaba frío y se retorcía en su cama. Otra vez ese horrible sueño.

Por otro lado quien más disfrutaba de esto era la chica. Tenía uno de los sueños más reconfortantes y adorables del mundo; estaba ella recostada en el cesped de algún bello lugar, podía srntir los rayor del Sol tocar delicadamente su rostro y a su lado, recostado sobre su costado, estaba él, no tenía un rostro pero sabía que lo conocía. Él tocaba su mejilla con el dorso de su mano y la miraba totalmente embelesido y ella se sentía tan bien a su lado, plenamente feliz.

—Mañana es el gran día. —le decía— Y seremos marido y mujer.

—¿Estás seguro de querer hacerlo? —preguntaba ella.

—¿Tú no?

—¡Claro que si! Solo que no me gusta que estés solo en ese día.

El chico la tomaba de las manos y besaba sus dedos, le dedicó una mirada que brillaba cual perlas.

—Yo no estaré solo si tú estás a mi lado.

Y despertó. Tanta dulzura, su corazón latió tan rápido que no pudo evitar despertar e interrumpir tan magnífico momento.

Había estado durmiendo sobre su brazo derecho, le dolía. Miró la hora en su celular, apenas marcaba las tres de la madrugada.

—Genial. Ahora me costará un huevo de avestruz poder dormir de nuevo. —se quejó en voz alta.

—¿Huevo de avestruz? —escuchó a sus espaldas y se giró consternada.

—¿Qu...quién eres? —tartamudeó mientras se cubría con las sábanas todo el cuerpo.

—Soy el fantasma de la casa. —canturreó— Ridícula.

La morena se giró y vio al Hyuga sentado junto a su cama reclinado sobre la silla.

—¿Qué haces aquí?

—No podía dormir, así que me puse a pensar y llegué a la conclusión de que exageré mi reacción de hace rato. —explicó— No quería hacerte sentir mal. Lo siento.

Tenten se sentó y recargó su espalda en la pared sintiendo el frío estremecedor de esta.

—No te disculpes. No debí hurgar en tus cosas. —el castaño se encogió de hombros y mostró una discreta sonrisa de lado— Por cierto, ¿qué te hizo creer que estaría despierta a las tres de la mañana? —preguntó curiosa.

—No lo sé. Supuse que te quitaría el sueño estar peleada conmigo.

—¿Tan importante te consideras para mi? —preguntó entre risas.

—Tranquila, con tus ronquidos me di cuenta que te daba igual nuestra pelea.

Ambos compartieron risas y se sentían bien.

—¿Puedo preguntar por qué no podías dormir?

—Tan curiosa como siempre... —musitó divertido— Digamos que hay un sueño que me persigue casi todos los días.

—¿Y si es un sueño por qué no te deja dormir?

—Tienes razón, es más una pesadilla. —suspiró— Todo comienza como el mejor día de mi vida, pero... —carraspeó intentando mantenerse recto— Bueno, la tragedia de mi vida.

Recuerdos del corazón 《Nejiten》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora