Ese Mayordomo, En El Supermercado

1.5K 219 124
                                    

Capítulo dedicado a: NataliContri, por seguir esta historia

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Capítulo dedicado a: NataliContri, por seguir esta historia. ¡Muchas gracias!

—¿Cuántos pisos tiene este lugar? —armonizó en el ambiente Ciel, abriendo sus ojos con cierta sorpresa cuando llegaron a la entrada del enorme supermercado que estaba dentro de esa enorme plaza, y ver que a un lado todavía había unas escaleras que...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¿Cuántos pisos tiene este lugar? —armonizó en el ambiente Ciel, abriendo sus ojos con cierta sorpresa cuando llegaron a la entrada del enorme supermercado que estaba dentro de esa enorme plaza, y ver que a un lado todavía había unas escaleras que llevaban a otro piso más arriba. En serio, todo estaba cambiando.

—Cuatro, si mi memoria no falla —contestó Sebastian, mientras daba una ligera reverencia y trataba de adelantar los pasos de Ciel para abrirle la puerta del lugar donde comprarían los alimentos. Sin embargo, Ciel pareció notar eso como un acto de rebeldía en contra de su ahora nula posición como Conde y trató de entrar primero, confiándose en que las puertas serían automáticas.

Se estrelló con el vidrio de la entrada.

Su primera salida al mundo exterior en sus 205 años de existencia había sido guardada con un enorme recuerdo tan maravilloso: el vidrio vibrando, siendo el punto de atención de muchos visitantes curiosos, Sebastian tragándose una risa y una nariz roja, que, gracias a su posición y su raza actual no le afectó para nada, pero sí dolió como el Infierno.

—Joven amo, eso le pasa por precipitarse —aludió Sebastian, cuando por fin pudo recuperar un poco la compostura. En su lugar, se limitó a ser lo más serio que se le pudiera permitir en su atractivo rostro humano, abriendo la puerta para que él pasara—. Puede pasar.

—Tsk... —Fue lo único que salió de sus labios al soltar un chasquido lleno de vergüenza y miedo realista acumulado en su cara. Aun así, no se dejó apantallar por nadie más, simplemente alzó un poco su cara para demostrar su superioridad, y entró al enorme local.

Todavía seguía ardiendo por el golpe, y era bastante extraño que tuviera un nudo atorado en su garganta, y sus ojos cristalinos parecían revelar que sí podía llorar. Eso lo sorprendió de sobremanera, ya que, ¡eso no era posible! Él ya no sabía cómo llorar, y tampoco sabía cómo reír. Estaba destinado a estar parado en medio de esas dos emociones y caminar entre ellas, sin ceder. Porque era fuerte.

Esos Demonios, En La Eternidad [SebaCiel] | CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora