Lo prometido es deuda, así que gracias por leer. ¡De verdad!
La suerte claramente no podía estar del lado de Ciel, no, ni aunque quisiera que realmente fuera así, la triste realidad era completamente diferente a lo acostumbrado. Hubiera preferido seguir a Sebastian al interior del local, sólo para no toparse con el desastre andante que estaba hecho el rubio. Yuki había dado un grito ahogado apenas lo vio, las lágrimas rodaron por sus ojos y se abalanzó contra su persona.
Sólo balbuceaba cosas estúpidas, mientras él se asfixiaba por el abrazo, y el otro frotaba su mejilla con la suya. Cuando por fin lo pudo separar, el de ojos azules terminó pegando su trasero a la silla que estaba a un lado de él, lanzando su mochila sobre otra. Ciel se quedó sin habla, más preocupado que asombrado porque, aunque Yuki podía no ser Alois Trancy, sentía que le daría los mismos problemas que éste. Pero no parecía una amenaza, o eso es lo que pudo notar a primera vista, siendo un experto a la hora de poder leer su comportamiento corporal. Era indefenso, como un gato abandonado en medio de la lluvia, sereno y exhaustivo, dando una larga mordida a la extraña comida que llevaba en la mano.
Yuki no dijo nada a partir de eso, y Ciel se sintió lo suficientemente intrigado de ese comportamiento, como para mirarlo, sin parpadear ni una sola vez. Para su mala suerte, el atractivo chico de instituto se dio cuenta de su actitud y miradas sobre él.
—¿Quieres un poco, demonio azul? —preguntó con casualidad, extendiendo su mano con su alimento, hasta llegar a la boca ajena.
—¡Esper-...! —Ciel, más aturdido que de costumbre por el apodo tan sospechoso que había recibido, no pudo decir nada, porque sus labios abiertos sintieron el pan con carne, verdura y quién sabe qué más amueblando sus sentidos. Se obligó a dar la mordida, y cuando masticó un ligero rubor inundó sus mejillas, porque el sabor sí había sido de su agrado. Todo a la vista sonriente de ese chico que ya se le había pegado como chicle. Y aunque era incómodo, la idea de huir no estaba permitida, porque se perdería, y porque Yuki había mostrado completa actitud hilarante como para llamarlo «demonio».
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Esos Demonios, En La Eternidad [SebaCiel] | Completa
Fanfic▶Con el pasar de las décadas, a Ciel dejó de parecerle extraño ser un demonio, y muchas emociones humanas iban y venían como un simple carrusel o una montaña rusa. Desde su huida con Sebastian, alejándose de todos los que alguna vez habían sido sus...