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Alexos Hale con pasos apresurados accedió a la clínica…

En la sala de espera se encontró a Nathalie, quién se puso de pie para acercarse a él “Alexos”

“No te me acerques mujer que no quiero ensuciarme las manos contigo” gruñó enojado el lobo y sus ojos brillaron rojos por unos segundos “Tienes suerte de tener una hija abogada, así que más te vale contactarla porque no sólo pediré el divorcio, también te demandare”

La pelirroja se dejó caer en una silla cercana sin saber que decir “Yo…”

“Tu nada” le corto “Pusiste en riesgo la vida de mi hija y la de su compañera por tu estupidez” su voz amenazante hizo temblar a la mujer “No vuelvas a intervenir en mi familia o te mataré”

Nathalie tembló mientras veía alejarse al lobo y se dispuso a llamar a su hija.

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En la oficina del doctor que atendía el caso de Stella e inherentemente a Darah…

“La joven Stella está fuera de peligro” informa un rubio al padre de la loba ojiverde “Sus constantes vitales están correctas y va evolucionando muy bien, que su hija la marcada ha sido un riesgo, pero fue lo mejor que pudo hacer pues nos dio tiempo para actuar pertinentemente” explicaba con calma y amabilidad “Aunque la operación fue un éxito, Stella tardará un poco más en despertar, aunque gracias a la mordida su recuperación está siendo más acelerada y Darah no tardará en despertar pero seguramente querrá mantenerse cerca de su compañera lo cual es lo más acertado y recomendable”

“Muchas gracias doctor” dijo Alexos desde su asiento sintiéndose mucho más aliviado de saber que las chicas estarían bien, además de que la presencia del ojiazul le tranquilizaba “Nunca dejaré de estar agradecido con usted”

El aludido se sonrojo un poco y le regaló una brillante sonrisa “No tiene nada que agradecer señor Hale, es un placer para mí ayudar a otros y me llena de alegría lograr mi cometido”

“Sólo dime Alexos” dice el hombre poniéndose en pie y acercándose al doctor para extender su mano “¿Y cual es su nombre doctor?”

“Oh cierto” dice el joven poniendo en pie saliendo de detrás de su escritorio y extendiendo su mano para recibir la ajena “Isaak Lahey”

Sus manos de estrecharon y se desato el efecto en cadena.

Unos ojos verdigrises brillan rojos.

Los otros azules destellan naranja.

Alexos percibe mejor el olor del doctor, mandarina.

Isaak capta la esencia del Hale con mayor claridad, pino.

Alexos acerca al rubio rodeando su cintura con un brazo “Te encontré compañero” le acaricia la mejilla con ternura.

“Me encontraste” responde Lahey tomando la mano que le acaricia el rostro e inclinándose ante el cálido toque de su otra mitad.

Se acercan el uno al otro despacio como atraídos por una fuerza invisible y unen sus labios en un casto beso.

“Compañero” dicen los dos al mismo tiempo con sus frentes unidas.

“Vengo con equipaje” dice Isaak señalando un portarretratos donde hay una foto de un niño rubio de ojos azules.

“¿Tu hijo?”  pregunta el mayor.

"Te Conocí en Verano"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora