10

279 55 25
                                    

El frío de la noche le pegó justo en el rostro a Lev, lo cual tuvo que taparse con la bufanda que portaba en el cuello.

Esperaba afuera del hotel donde se hospedaba su amigo y no podía sentirse más que nervioso.

Faltaban dos días para que Yaku regresara a Rusia y quien sabe cuando se podrían volver a ver.

Al principio Yaku le había reclamado que no le ha contestado ninguno de sus mensajes o le ha llamado, además, de que andaba muy distante todos los días que estuvo él en Japón.

Más que distante Lev estaba pensativo, en cualquier momento podría escupir su propio cerebro y no se sorprendería.

Ya había arreglado las cosas con Heather e incluso la rabia le dio uno que otro consejo para tratar de abordar el tema sin que Yaku piense que él enloqueció o está confundiendo su amor de amistad con el de pareja.

Realmente el corazón le martillaba una y otra vez de manera constante en el pecho, lo que hacía que le doliera cada cierto tiempo.

Todo lo que nunca sintió en su adolescencia lo estaba sintiendo en ese momento, las mariposas en el estómago, sus manos temblorosas, el nudo en la garganta; todo, absolutamente todo lo estaba sintiendo y de manera simultánea.

¿No podría ser esto algo más humillante?

Vio a Yaku salir con una leve sonrisa y Lev lo único que hizo fue devolverle el saludo levantando su mano derecha, claro que después su amigo le dio una patada en el tobillo.

—Sigo molesto contigo. —Se quejó el más bajo.

—Lo siento, estuve muy ocupado esta semana.

Yaku le dio unas palmadas en la espalda, estaba bromeando con él.

—No te preocupes, ahora eres toda una celebridad no tienes tiempo para tus amigos. —Comentó con diversión.

Lev se rascó la nuca, realmente estaba nervioso.

Hicieron exactamente lo de la vez pasada, pasearon por la cuidad, hablaron de los viejos tiempos y los futuros prometedores que ellos esperaban tener. Más bien parecía que nada había cambiado, como si realmente Lev no hubiese ignorado al jugador de voleibol casi todo el tiempo que estuvo en Japón.

Con el pasar de las horas Lev recordaba cada vez más su situación...

¿Realmente estaba bien confesar sus sentimientos?

¿No cambiaría su relación con Yaku?

¿No era mejor simplemente olvidarlos?

No, ya no podía detenerse. Necesitaba avanzar con estos sentimientos.

Lo cual era algo graciosos ya que justo en ese momento detuvo su andar, quería analizar lo que diría.

Por más que había pensado su confusión a cada rato la cambiaba, parecía que nunca encontraba las palabras indicadas.

Siempre estaban en su mente, pero cuando trataba de sacarlas se iban con el viento.

—Yaku-san, tengo algo importante que decirle. —Habló con determinación.

El de baja estatura lo observó de cierta manera extrañado.

—Dime ¿Pasa algo?

Lev miró a su alrededor, estaban en medio de la cuidad así que tomó del brazo a su antiguo Senpai y se alejaron un poco de la multitud.

No era que tuviese miedo del que dirán, después de todo algún día se enterarían y ya le daba igual; más bien quería privacidad... Algo que nunca tuvo con Heather por más que quisiera.

Yaku se estuvo quejando casi todo el camino de lo brusco que fue Lev, pero eso no importaba.

Cuando por fin se alejaron estaban en un parque.

Estaban uno frente al otro.

—En serio ¿Qué te pasa? Pareciera que alguien se murió con la cara que llevas.

—¡Por supuesto que no! —Exclamó Lev—. Es solo que... Es muy importante para mi y no quiero que te burles.

Yaku frunció su ceño con total disgusto y se acercó más a Lev con los brazos en forma de jarra.

—Si es algo estúpido puede que si, todo depende de cómo lo digas.

—Yaku-san, le pido que sea serio con esto y no crea que es alguna especie de chiste o broma. —Pidió Lev.

Ahí su amigo relajó su rostro y le mostró una leve sonrisa.

—Debe ser algo que te preocupa mucho. Dime ¿En que te puedo ayudar?

Recordó las palabras que le dijo Heather "Solamente di lo que sientes y todo estará bien".

Realmente no estaba seguro de que podría estar bien después de eso, pero si podría ser libre al confesar sus sentimientos.

—Yaku-san usted me gusta. —Soltó de golpe.

Y ya había metido la pata, sus nerviosos lo estaban haciendo perder la cabeza por completo.

—¿Entonces? —Cuestionó Yaku sin comprender.

—Pero no del "gustar" de amigo, usted me gusta como algo más... Del gustar de pareja, del gustar de estar enamorado; a ese tipo de "gustar". —Explicó Lev evitando la mirada de castaño.

—Oh, Lev... Yo... —Podía escuchar la voz de Yaku, se notaba la sorpresa.

—Déjeme terminar —Lev tomo aire—. Me di cuenta tarde de cuánto me gustas... Me gustas desde que te graduaste o tal vez antes, pero ese día me di cuenta que tan enamorado estaba de ti, desde el día en que te vi rodeado de esas flores rosadas no pude olvidar este sentimiento que llevo en mi pecho, me gusta cuando sonríe o cuando hablas o cuando haces todo tipo de caras graciosas y como te esfuerzas por lograr tus sueños cada día sin importar las cosas... Todo de ti me gusta, realmente me gusta...

—Lev...

—Я люблю вас, Morisuke. —Murmuró Lev con nerviosismo.

Sintió como el calor golpeaba sus mejillas, de seguro el color podría asemejarse a una manzana brillante y muy roja y esta vez no podría culpar el frío de la noche, no sabía si era por la vergüenza o por los nervios.

Por fin tuvo la valentía de mirar a Yaku a los ojos, su corazón seguía haciendo demasiado ruido para su gusto.

Sus pensamientos ya estaban en blanco, su cerebro no podía maquinar nada más.

Lo único que podía hacer era esperar la respuesta de Yaku.

Solo se podía centrar en la sonrisa que Yaku le mostraba en esos momentos.



CHAN CHAN CHAN

Lamento la tardanza.

Gracias por su infinita paciencia amores, se les quiere muchooooo.

Como dije en la otra historia que se publica de manera semanal la universidad me tiene loca...

Por eso mismo el epílogo no estará listo para esta semana.

Sin nada más que decir...

Nos leemos ❤️

l Can't Sleep // Haiba LevDonde viven las historias. Descúbrelo ahora