Cita con el diablo parte III

99 13 4
                                    








De nuevo una sonrisa totalmente natural e instintiva se formó en sus labios al escuchar ese sonido proveniente de su boca, sus mejillas regordetas causaron el impulso jugando en sus largos de dedos de apretarlas, pero se le hizo demasiado atrevido de su parte, bajo la mesa sus dedos se enroscaron atrapando la fina tela de su pantalón y le miró fijamente.

—Ya veo, como dije antes, no me gustan las visitas, y cada hogar tiene sus reglas, sería bueno que ambos nos acopláramos a ellas, la puntualidad y la llegada diaria a casa es fundamental—Espetó

Kuan sostuvo la mirada de Yibo, no sabía en ese instante como traducir esa mirada, sin embargo Kuan no era alguien que se doblegara ante nada, no estaba acostumbrado, tal vez el carácter fuerte e imponente que ambos lo llevaban en los genes.

—Come Yibo, debes comer bien—

Fue la frase que dejó escapar de sus labios, no obstante eran otras palabras las que se quedaban atoradas en su boca, cuestiones, reclamos.

"¿Por qué nunca me buscaste?"

"¿Por qué nunca regresaste?"

Kuan concluyó sus alimentos el cuenco a medio llenar de arroz y unos cuantos mariscos sobre el plato, se quedó sentado sobre su silla, esperando a que Yibo terminara de comer, tal vez para hacerle compañía, o simplemente para asegurarse que no dejara nada en su plato.
Yibo bajó sus hombros derrotado, su hermano estaba aplicando su modo de patriarca ahora en la casa y el como menor tenia que acatár de alguna manera esas ordenes.
—Tengo algo que agregar ... Yo necesito mis horas de ensayo, los cuales suelen ser en la noche.
Espero que no te moleste la  música. Y tampoco acepto a tu pareja aquí... Puedes verla en otro sitio si la tienes, supongo que la tienes.
También  que yo duermo hasta las 10, porque me acuesto recién a las 4 o 5 de la mañana, a menos que este muy cansado.—

Pincho con los hashis un marisco antes de llevarlo a la boca masticando tranquilamente y por ultimo acabarse el arroz .
Se sirvió un vaso entero de agua el cual bebió de 4 sorbos grandes y suspiro lamiéndose los labios.

Yibo tenía muchas cosas en que pensar, tenía muchas cosas las cuales arreglar en su cabeza. Talvez debería llamar a su psicóloga para algún consejo.

—Estuvo delicioso, Kuan... eh... Te ayudo a levantar esto  así  luego cubrimos las plantas.—

"Jaque mate"

Eso mismo pensó Kuan al ver los movimientos y la forma en la que Yibo movía las piezas sobre el tablero. Tal vez esta vez el juego había terminado aún cuando él había impuesto todo, pero era una manera de hacerle sentir en confianza y tomarlo desprevenido, para lo que fuera.

Kuan sonrió con sorna y negó.

— Te equivocas, mi mudanza acabó con mi relación, soy un hombre libre en el ámbito amoroso, pero muy ocupado en mi trabajo, así que por ello no habrá problema. En tu caso... tu novia entra en la categoría de  visita, digo, si es que la tienes, aunque aún eres joven ¿por qué querrías tener pareja?—
Kuan sabía que estaba pisando terrenos peligroso y se estaba tomando más libertades que las que un hermano mayor podría y debería poseer.

Lo vio comer tan a prisa que por un momento pensó que pudo haberle incomodado. Apenas concluyó su comida y arremangó su camisa y se levantó para limpiar la mesa y llevar lo platos hacia la cocina.

—Yo lo hago, descuida, esta es mi carta de presentación contigo, espero que te haya gustado realmente la cena y la velada—

Con los cubiertos y los platos Kuan se dirigió hacia la cocina para limpiar, sumergido en recuerdos difusos de un fuerte de mantas en su habitación, Yibo había sido su compañero de juegos, su cómplice en todo, y de pronto habían sido separados el uno del otro, sin duda generaba una y mil emociones, Kuan se sentía emocional, con el deseo de encerrarse en su habitación y construir ese fuerte de mantas y refugiar a Yibo en ese lugar.

DistopíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora