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Esa era la cuarta vez que se veían.
La semana anterior Seokjin fue a la casa de Namjoon y siguieron avanzando en materia, el castaño estaba realmente encantado con él y lo rápido que aprendía.
Decidieron repetir de lugar ya que la semana siguiente coincidió un pequeño viaje de Yoongi con unas pequeñas reformas en la casa del cantante.

Así que ahora se encontraban de nuevo en el salón del menor, con la guitarra olvidada en un lado ya que su lección de ese día había acabado.

En ese momento, estaban sentados en el suelo frente al televisor, mientras el mayor comía algunos de los ositos de gominola que fueron parte de su sueldo la semana anterior.

Cuando Seokjin empezó a mirarle de reojo, la situación aún le parecía extraña y eso hacía que quisiera saber más y más sobre el chico que estaba a su lado sobre su vida cotidiana.

—¿Y tú trabajas? —preguntó curioso el mayor

—Sí, en una gasolinera.

—No te pagan mucho, ¿verdad? —le miró algo apenado— ¿Por eso cuando te propuse esto dijiste que no podrías pagarme?

—Ajá.

—Ay dios, pero ¿y las entradas? Compraste las más caras —continuó hablando, algo exasperado— ¡Y encima dos!

—No te preocupes por eso —habló restando importancia— Estuve ahorrando algún tiempo. Además, Yoongi luego me dio el dinero de la suya.

—¿Él en que trabaja? —volvió a preguntar, después de varios minutos en silencio.

—Da clases de piano —el castaño le miró sorprendido y siguió hablando, riendo un poco por su reacción— Sí, así como nosotros. Pero él cobra con dinero —esta vez Seokjin era el que se reía— Así conocimos a Jungkook.

Al verle la cara llena de interrogantes, continuó su explicación.

—Es un chico que aún va a la universidad, tres años menor que yo. Resulta que también eres su cantante favorito, eso hizo que tuvieramos tema de conversación y con el tiempo nos hicimos amigos —el mayor le miraba con la boca en forma de O— También habría querido ir a tu concierto, pero tenía exámenes esa semana así que no pudo ser.

—Oye Nam, se me ha ocurrido algo —dijo nada más acabar el otro de hablar—  Déjame tu teléfono ¿Tienes su número?

El menor asintió y algo extrañado le tendió el aparato.
Al tomarlo, comenzó a buscar el chat que mantenía con el más pequeño y cuando llegó a él, abrió la cámara y empezó a hablar.

—Hola Jungkookie~ un pajarito me ha dicho que soy tu cantante favorito —desvió la cámara hacia Namjoon— ¿Quieres hablar, pajarito? —al ver que este se ponía rojo y no hablaba, la apartó y volvió a grabarse a sí mismo— Bueno pues parece que nuestro amigo el pajarito es tímido —soltó una pequeña carcajada, antes de volver a un tono más serio— Te mandaba esto porque me ha comentado que estás algo liado con la universidad así que quería darte ánimos, ya que no pudiste venir al concierto. Si apruebas todo, que sepas que me voy a enterar y tal vez nuestro amigo común consiga que nos conozcamos también ¡¡Jungkook fighting!!

Tras decir eso, dejó de grabar, mandó el video y le devolvió el móvil a su dueño mientras le giñaba un ojo.

—Para darle algo de motivación extra —añadió divertido.

Estuvieron un rato riendo, conversando sobre distintos temas, como solían hacer siempre que terminaban, descubriendo lentamente cosas acerca del otro.

—Oye y como les va a Yoongi y... ¿Hoseok?
—preguntó de repente, él asintió— ¿Ya están saliendo?

—Eres un chismoso —dijo el rubio riéndose un poco— Según me ha comentado Yoongi todavía no —vio como el castaño se sorprendía— ¡Lo sé, yo estoy igual! Se nota que los dos se gustan mucho, pero ninguno se atreve a dar el paso.

rockstar;; namjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora