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"Aún no me creo que esto esté pasando."

Sin embargo, estaba pasando.
En ese preciso instante estaba entrando a la gran casa del cantante.

Había pasado una semana desde su primera clase y aunque se hizo algo larga para su gusto, el sábado finalmente había llegado.
Así que ahí estaba.

Al igual que la semana anterior, se levantó pasadas las diez con tiempo de sobra para arreglarse.
A diferencia de la última vez, Yoongi no iba a salir así que tuvo que explicarle con detalle todo lo que había acordado con el castaño. Como era de esperarse, lo que más le sorprendió fue el método de pago, pero tampoco lo cuestionó.
Los artistas son gente rara, decían en la calle.

Esos días no intercambiaron muchos mensajes, pero el viernes el mayor le explicó que mandaría a uno de sus empleados a por él, además de mandarle una foto del coche que usaría y de la matrícula para que pudiera reconocerlo rápidamente.

También se las apañó para convencerle de que no se preocupara por la prensa y le aseguró que los tenía controlados. Eso le tranquilizó.

Las horas fueron pasando y finalmente bajó a la calle, encontrando casi a la entrada del edificio el vehículo de la foto.

Se sorprendió un poco al ver a un chico joven de cabello azul dentro. Sería algún año menor que él.

—¿Eres Namjoon, cierto? —le preguntó cuando entró.

—Sí.

—¡Encantado de conocerte! —su rostro reflejó una sonrisa cuadrada— Yo soy Taehyung y a partir de ahora seré tu chófer también.

Durante el trayecto Taehyung encendió la radio, para que el coche no se quedara en silencio y no fuera tan incómodo.

—Él nos ha hablado de tí —comentó para que se sintiera menos nervioso— Está realmente emocionado, dice que aprendes muy rápido.

—Oh —se sonrojó un poco, realmente había hablado de él con otras personas— Estará muy liado, ¿no? Quiero decir, da más clases ¿verdad?

Llegaron a un semáforo en rojo y el de pelo azul se giró para mirarle.

—¿Qué? —no podía creer que Seokjin no le hubiera dicho nada— Solo te da clases a tí.

—¿En- en serio? —aquella declaración le sorprendió. No se esperaba que sólo tuviera ese trato con él.

—Claro —respondió y sabiendo que no le tocaba dar explicaciones a él, desvió el tema— Pero bueno, dice que aprendes muy rápido y que cree que tienes potencial.

—No se yo... —se rascó la nuca— Aún me falta muchísimo por aprender.

La conversación siguió fluyendo entre ambos, principalmente hablando sobre temas triviales pero congeniaron bien. A fin de cuentas, Taehyung era una persona muy sociable y a Namjoon le encantaba conocer gente.

Tras varios minutos de recorrido, finalmente llegaron a la casa.
El rubio se sintió algo intimidado por el tamaño de esta, tenía varios pisos y un jardín inmenso. Sin embargo, el menor prácticamente le empujó hasta la puerta, para luego llamar al timbre.

Cuando esta se empezó a abrir, el más alto contuvo inconscientemente la respiración, llevándose una pequeña desilusión al no ver al cantante al otro lado.

En su lugar, había un chico algo más bajito con el pelo teñido de naranja.

—¡Bienvenido! —dijo con una sonrisa en la cara— Yo soy Jimin, acompáñame.

rockstar;; namjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora