EPILOGO

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— Octavia: gracias, lo tendré presente. Permíteme ir poco a poco, iremos viendo lo que quiero hacer paso a paso, lo dejaremos al tiempo y a la circunstancia, quizás no aguante mucho sin desear querer despertar todos los días en la cama a tu lado, lo que es seguro es que mi futuro eres tú

Nos besamos con ternura y entrega. Las caricias y los besos que nos dimos eran suaves y tiernos, pero el deseo reapareció. Aún así esta vez nos amañamos lentamente con calma. Nos amamos de forma sensual, sin prisa. Disfrutando cada caricia, cada beso, cada rose. Disfrutamos abrazándonos, mimándonos y entrelazando piernas y brazos.

Separe las piernas y él se acomodó entre medio. Estando preparada entró en mi interior, deslizándose gentil, suave como seda. Gemí gustosa, deseando más. Los gemidos salían subes y quedos. Los labios se rosaban mientras nos vivamos en las pupilas del otro. Nos expresamos nuestro amor dándonos besos en el rostro.

Cruzando las miradas enredando los dedos en nuestro pelo alborotado. Las manos exploraban nuestros cuerpos lentamente al ritmo sensual del coito, hasta que el extasis bullía y se expandía. Subimos juntos hasta el clímax hasta que los cuerpos se contorsionaban, exigiendo la culminación, en los últimos segundos antes de tocar el nirvana él se meneó rápido y fuerte.

— Lyncon: ME VENGO OCTAVIA
— Octavia: YO TAMBIÉN AMOR, CÓRRETE CONMIGO, DAME TU CORRIDA
— Lyncon: NO PUEDO ECHARLO DENTRO
— Octavia: DAME TU SEMEN, LLÉNAME, LO QUIERO, tomare mañana la pastilla del día siguiente, comenzaré a tomar anticonceptivos, por esta vez lléname de tu néctar

Él me dio en el gusto, ya ni me negará nada lo sé. Se abrazó fuertemente a mi cuerpo. Sentí sus músculos tensarse y luego relajarse. Lo sentí llenándome. Dentro de mi su polla expulsó hasta la última gota.

Quiso decirme algo, pero lo calle con mis besos.

— Octavia: ssssssssh. Se lo que me dirás. No quieres que tome las pastillas del día después, no lo haré. No abortaria un hijo tuyo, no pasará nada, conozco mi cuerpo, no estoy en mis días fértiles, pero si sucede, si me embarazaste, amara a tu hijo
— Lyncon: estamos loco nena
— Octavia: si, tienes razón, estamos completamente locos

El miró con tanto amor que sentí que me derretía de verdad. Nos fundimos en un beso largo y posesivo.

El cansancio nos invadió. Nos quedamos dormidos sobre su cama, sobre la ropa de cama mullida. Me quede aferrada a su cuerpo sintiéndome en mi hogar, en mi lugar en el mundo. Entre sus brazos me sentí protegida. Ame dormir escuchando sus latidos. Estaba amándolo tanto.

(•••)

Al día siguiente......

Temprano por la mañana Raymond me llevo a mi casa. Incrédulos tuvimos que hacer frente Al echo de habernos quedado dormidos.

En mi casa, juntos tuvimos que soportar la seria regañiza de parte de mi familia que al escuchar al auto salieron al jardín lata recíbeme con pésima cara.

Él me protegió entre sus brazos ante los gritos histéricos de todos en mi casa. Hasta que llegó la ex esposa de Lyncon, mi novio de 33 años, con un tono de voz alto y claro les dijo a la concurrencia, vallándolos.

— Lyncon: ¡LA AMO! Voy en serio con ella. Si fuera por mi me caso ahora mismo, pero según lo que ella me pidió lo haremos cuando termine sus estudios, lo único que deseo en esta vida es estar con Octavia , con mi novia y luego como mi esposa voy a dedicarme a cuidarla y a adorarla, la adora.

Un Amor ProhibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora